Observador ciudadano/Enrique Bautista V
LA CANDIDATA DE MORENA AL GOBIERNO DE LA CDMX
Enrique Bautista Villegas
En días pasados, en un ejercicio que atrajo el interés de la opinión pública, el partido Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, desarrolló una encuesta entre habitantes de la Ciudad de México, CDMX, para determinar quién habrá de ser su candidato (ahora se sabe que será candidata), para ocupar el cargo de Jefe de Gobierno de la capital del país.
El tema desató comentarios desde tiempo antes que el ejercicio en cuestión se llevara a cabo. Los analistas políticos apostaban a que si la encuesta era genuina el candidato natural sería el Jefe de la Delegación Cuauhtémoc de la CDMX, Ricardo Monreal Ávila, por ser el más conocido entre la ciudadanía y su amplia trayectoria política: tres veces Diputado Federal, dos veces Senador de la Republica, ex Gobernador de Zacatecas, cuando salió del PRI y aceptó la candidatura para el puesto por el PRD, siendo entonces Presidente de ese partido el propio López Obrador; además de ex coordinador de la campaña presidencial de este en el 2012. Sin embargo, los suspicaces señalaban que no habría tal encuesta y que el ejercicio así denominado sería solo una trama para ungir a la favorita de AMLO para el puesto, la Jefa delegacional de Tlalpan, académica universitaria y ex miembro del Consejo Estudiantil Universitario de la UNAM, CEU, en los años ochenta, Claudia Sheinbaum.
En lo personal soy de los que creen que en realidad si hubo una encuesta seria y genuina para definir al candidato de Morena al gobierno de la ciudad de México; una encuesta con una metodología sui géneris que todos los precandidatos aceptaron, incluyendo el propio Monreal.
Sin conocer los detalles, ha trascendido que la consulta señalada buscaba no solo medir el conocimiento y/o recordación del nombre del aspirante más popular a la candidatura, sino otros aspectos importantes como la valoración que la sociedad tiene de cada uno de los evaluados como personas honestas, capaces y eficientes en el desarrollo de su trabajo; las opiniones negativas, que pudieran restar votos y posibilidades de ganar la candidatura al gobierno de la CDMX. Pero también que pudieran contribuir a dar una imagen a Morena de un partido que busca los mejores candidatos a puestos de elección popular, más allá de la candidatura a la Presidencia de la República, que como es sabido corresponderá a su dirigente, Andrés Manuel López Obrador.
En este contexto, tanto Monreal, como Sheinbaum, Martí Batres y el Senador Mario Delegado, debieron prever una eventual derrota para si en sus aspiraciones. Sin embargo, cada uno confió en que sus propios atributos lo haría el ganador.
Sin lugar a dudas el más experimentado y conocido políticamente de los contendientes era Ricardo Monreal, pero también el más cuestionado por incidentes que ha tenido a lo largo de su carrera política. No se trata de juzgar aquí si algunos de ellos en que se cuestiona su integridad moral y honestidad son genuinos o surgieron de la calumnia. Sin embargo, a los ojos de una parte de la opinión pública los mismos manchan su imagen y lo harían vulnerable a ataques y cuestionamientos a la hora de una campaña política, dura y llena de descalificaciones como la que se espera.
No se pone en duda aquí la experiencia, capacidad y voluntad para ser un buen candidato y eficiente Jefe de Gobierno de ninguno de los participantes en la encuesta; creo que los cuatro tienen merecimientos propios. Pero considero que lo que busca Morena es tener al mejor perfil ante los ojos de la ciudadanía, y en ese sentido me inclino a creer que los resultados de la encuesta sui géneris desarrollada por equipo de encuestadores de Morena arrojó como la mejor opción para la candidatura al gobierno de la CDMX a doctora en ciencias por la UNAM, Claudia Sheinbaum.
Sería de esperar que el resultado no genere fracturas al interior de Morena y que ese tipo de mecanismos sean usados para elegir a la mayor parte de sus candidatos a los puestos de elección popular que el 2018 estarán en juego. Morena requiere, como lo debieran hacer el resto de los partidos, llevar a los mejores perfiles como candidatos, pero también que sean los más confiables a los ojos de la ciudadanía. Sobre todo, ante la coyuntura de la suma masiva de aspirantes a posiciones políticas que se le están acercando, no con la expectativa de contribuir al cambio que el país requiere, sino con la de conseguir un hueso a la medida de sus ambiciones.