Observador ciudadano/Enrique Bautista Villegas
LA RENUNCIA DE DIPUTADOS DE ADN AL PRD
La renuncia del Diputado Federal Carlos Torres Piña, los diputados locales Miriam Tinoco Soto, Erik Juárez Blanquet y Humberto González Villagómez, así como de una veintena de Presidentes Municipales integrantes de la expresión Alternativa Democrática Nacional, ADN, constituye un duro golpe para el PRD a nivel Nacional, pero en particular para ese partido en Michoacán y el gobierno que encabeza el ingeniero Silvano Aureoles Conejo.
Los motivos esgrimidos por el líder de esa expresión perredista en el estado son claros y duros, y de ninguna manera se pueden soslayar. Todo hace suponer que los integrantes de este grupo han decidido sumarse a trabajar en lo nacional con el gobierno encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador a través de la llamada Cuarta Transformación. No está claro si lo harán afiliándose a Morena o lo harán como un movimiento independiente manteniendo cierto grado de autonomía.
De lo que si no queda duda es que la relación de fuerzas en el Congreso Local se ve modificada y las importantes decisiones que en breve habrán de ser tomadas por ese cuerpo colegiado, están lejos de haberse cocinado, como habría parecido que sucedería hasta hace unos días, cuando el grupo parlamentario del PRD mantenía un acuerdo con otros partidos políticos que le permitía hacer mayoría al margen de la opinión de los diputados emanados de Morena y de su aliado el Partido del Trabajo, para tomar decisiones de la mayor importancia.
Me refiero expresamente a las designaciones en puerta de quienes habrán de ser nombrados como: Fiscal General del Estado, por un período de nueve años, como Auditor Superior de Michoacán, por un término de siete años, al Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por un término de cuatro años, así como de integrantes de diversos organismos autónomos del Estado.
Con la renuncia de los diputados de ADN a la fracción del PRD y su previsible suma a la toma de acuerdos con Morena y el PT, este bloque contaría con 19 o 20 diputados para la elección de quienes pudieran encabezar tales órganos autónomos, suponiendo que los diputados de los demás partidos representados en el Congreso conformaran un frente común para buscar los propio. Es decir, se daría un empate técnico, y con ello la imposibilidad de reunir en cualquier sentido los 27 votos que se requieren para conformar una mayoría calificada (recordemos que el pleno del Congreso cuenta con 40 diputados y diputadas), requisito a cumplir para la designación de los titulares de cualquiera de estos órganos.
Esta circunstancia, pareciera generar las condiciones adecuadas para que en el Congreso se construya un acuerdo entre todos los integrantes de su pleno, para intentar dejar de lado la conformación de mayorías por consignas partidistas o alianzas entre varios partidos, y dar paso a una genuina búsqueda de los mejores perfiles para llenar esas posiciones, que es lo que la ciudadanía demanda de sus representantes populares.
Los michoacanos, y los mexicanos, mayoritariamente esperamos que nuestros representantes populares actúen en el Congreso siempre buscando reivindicar los derechos e intereses de quienes los elegimos con nuestro voto. Y lo que demandamos respecto a la designación de los titulares de los órganos autónomos es que estos sean conducidos por personas honestas y transparentes, con una formación académica y experiencia sólidas, para que en el desempeño de su función cumplan con la Ley y se apeguen a la justicia.
Eso es lo que demandaremos de quienes sean elegidos como titulares de la nueva Fiscalía General del Estado, de la Auditoria Superior de Michoacán, de la Comisión Estantal de los Derechos Humanos, y de cada uno de los integrantes de los organismos autónomos que la Constitución del Estado establece. Eso es lo que esperamos de nuestros representantes ante el Congreso Local; que actúen con transparencia y apego al encargo que les hemos otorgado: Que elijan a los mejores perfiles para llenar esas posiciones.
Al tiempo.