Observador ciudadano/Enrique Bautista Villegas
INCONFORMIDAD INJUSTIFICABLE DE ALGUNOS PRODUCTORES DE AGUACATE
Durante los últimos días del mes de octubre un pequeño grupo de productores de aguacate Hass en el Estado de Michoacán, inscritos y aprobados en el programa de exportaciones del fruto a los Estados Unidos, han manifestado su inconformidad por los precios que los empacadores autorizados para exportar a ese mercado están pagando por la fruta a los productores, pretendiendo paralizar la economía del aguate en la entidad.
Vale la pena recordar que a partir de 1912 y hasta 1997 existió un veto para exportar aguacate de origen mexicano al mercado estadounidense por supuestos riesgos fitosanitarios, en el sentido de que la fruta mexicana podía contener plagas cuarentenarias que de llegar a suelo estadounidenses significaría una amenaza para los cultivos de ese y otros productos en aquel país.
No fue hasta 1997 cuando después de un amplio protocolo de investigación y consultas públicas entre investigadores y especialistas fitosanitarios de ambos países, y de productores, comercializadores y consumidores estadounidenses, se demostró que las plagas que había dado origen al veto no existían, y que otras que pudieran representar algún riesgo se podían prevenir tomando las medidas conducentes.
Como resultado de ese trabajo y esfuerzo de autoridades, productores y exportadores michoacanos se logró la aprobación de un convenio para la exportación del aguacate Hass de origen michoacano a territorio estadounidense mediante la puesta en práctica de una serie de medidas fitosanitarias que quedaron establecidas como condición en un acuerdo suscrito entre las autoridades mexicanas y estadounidenses para poder exportar a ese país, que actualmente se denomina “Plan de trabajo para la exportación de aguacate Hass de México a los Estados Unidos de América”.
Huelga decir que el esfuerzo hecho por quienes participamos en aquel entonces en la negociación para lograr esa meta fue encomiable y en momentos muy complicado. En la temporada 1997-1998, primera en que se exportaron aguacates michoacanos a 20 entidades del noroeste estadounidense, solo fueron autorizadas para exportar el fruto alrededor de 2,000 hectáreas de no más de 500 productores a través de más de una decena de empaques.
Los productores y empacadores que iniciamos ese trabajo debimos aceptar que era condición necesaria para participar en el programa de exportaciones a los Estados Unidos, el cumplimiento de una serie de condiciones que las autoridades agrícolas de ese país establecieron; el principio era, y sigue siendo: “Si quieres vender tu producto en mi mercado debes cumplir con estos requisitos; si no estás dispuesto a acatar esas reglas, busca otros mercados”. Así, de manera paulatina más productores y empacadores cada año se fueron integrando al programa hasta llegar al momento actual en que más de 25,000 productores y 55 empaques de aguacate participan en el programa de exportaciones al vecino país del norte, habiendo alcanzado la cifra de 867,372 toneladas de aguacate exportadas durante la temporada 2017-2018.
Es importante señalar que el esfuerzo ha sido grande, pero también lo ha sido el beneficio que permite que más de 70,000 personas trabajen de manera directa y otras 300 mil lo hagan en forma indirecta en el sector exportador de aguacate michoacano, y que la derrama económica ha significado el crecimiento geométrico del cultivo y exportaciones del fruto, no solo al mercado estadounidense, sino a todos los continentes.
Desafortunadamente, y por segundo año consecutivo, desde hace unos días un pequeños grupo de productores, que solo representan sus intereses, han tomado carreteras, evitado el trabajo de miles de cortadores y trabajadores de las empacadoras, y hasta secuestrado camiones que transportan fruta a los empaques y contenedores que la llevan a los destinos de mercado en el ámbito nacional y en el extranjero, argumentando que las empresas empacadoras se enriquecen a costa del productor al pagarle precios muy bajos.
Debo señalar que el que esto escribe es un pequeño productor, que en algún momento participó como empacador, lo que le da un conocimiento de la forma en que estas empresas operan. Lo que me permite afirmar que los supuestos de los inconformes carecen de sustento. La manera en que se regula el precio del aguacate al productor en la industria michoacana es a través de la ley de la oferta y la demanda, por lo que los productores no estamos sometidos a un monopsonio (un tipo de mercado en el que existe un único comprador o demandante). Y si bien las empresas empacadoras deben trabajar con una buena rentabilidad lo hacen seguramente sobre la base de la eficiencia y del volumen tan grande de fruta que cada una de ellas exporta (15,770 toneladas en promedio en la temporada anterior) y no sobre la base de una alta utilidad por tonelada exportada.
Me parece que la vía para que los productores inconformes resuelvan sus demandas, es que se organizasen e instalen una o varias empacadoras de exportación para el mercado estadounidense, cuestión que nada ni nadie les impide, pero lo que no es aceptable bajo ninguna circunstancia es que detengan el flujo de los cortes, compra-venta y exportaciones afectando a la totalidad de los productores, adjudicándose un representación que nadie les ha otorgado.
El problema que están generando es de dimensiones mayores, ya que al evitar el flujo normal de las exportaciones resulta en el incumplimiento de las empresas empacadoras y exportadoras ante las comercializadoras y cadenas de supermercados estadounidenses, quienes al ver detenido el abasto programado de la fruta mexicana buscarán proveedores confiables de otros países, dando al traste con el esfuerzo de muchos años de los productores y empacadores michoacanos.
En este contexto, resulta fundamental que las autoridades de los niveles de gobierno federal y estatal otorguen las garantías de libre tránsito y movilización de fruta para productores y empacadores, conforme la Ley lo establece, por encima de intereses mezquinos e ilegales de un pequeño grupo de productores que actúan de manera unilateral e irresponsable.