Observador ciudadano/Enrique Bautista
EL DERECHO INALIENABLE AL AGUA
“El agua, fuente de vida
“La cantidad de humedad en el planeta Tierra no ha cambiado. El agua que bebían los dinosaurios hace millones de años es la misma que hoy cae en forma de lluvia. Pero, ¿habrá suficiente para un mundo mucho más poblado?” https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/grandes-reportajes/agua-fuente-vida_2189
Y el agua de la que disponemos para consumo del hombre y las especies con las que interactuamos -me pregunto yo-, ¿tiene la calidad suficiente para garantizar nuestra salud y supervivencia a futuro?
Marzo es un mes con fechas importantes para los mexicanos. El día 8 celebramos el Día Internacional de la Mujer, el 18 fue el aniversario de la Expropiación Petrolera decretada hace 81 años por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río; el 21 se conmemoró el 113 aniversario del natalicio del Presidente Benito Juárez, el 23, de este año se cumplieron 25 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fuera candidato a la presidencia de la República en el año de 1994. Mucha tinta y espacios en los medios se han ocupado en estos días para rememorar y comentar los significados de tan importantes eventos. Pero también resulta una prioridad recordar que el 22 de Marzo se celebró el “Día Mundial del Agua”, tema que de ninguna manera debemos pasar por alto dado que este líquido es vital para la supervivencia, no solo del hombre, sino de todas las especies que habitamos en el planeta.
Debo señalar que me confieso ignorante sobre el tema del agua desde un punto de vista teórico o técnico, pero no por ello me siento limitado como ciudadano de a pie para tratar la problemática del agua, como un asunto como prioritario para los habitantes del mundo y en particular de los mexicanos.
De acuerdo al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, en su mensaje del pasado 22 de marzo: “El agua es vital para la supervivencia y, junto con el saneamiento, ayuda a proteger la salud pública y ambiental. Nuestros cuerpos, nuestras ciudades y nuestras industrias, nuestra agricultura y nuestros ecosistemas dependen de ella.
“El agua es un derecho humano; a nadie se le debe negar el acceso a ella. Este Día Mundial del Agua tiene por objeto defender ese derecho para todos, sin dejar a nadie atrás.
“Hoy, 2.100 millones de personas viven sin agua potable debido a factores como la situación económica, el género, el origen étnico, la religión y la edad. Las crecientes demandas, combinadas con una mala gestión, han incrementado el estrés hídrico en muchas partes del mundo; el cambio climático aumenta drásticamente la presión. Para 2030, se estima que, en todo el mundo, 700 millones de personas podrían verse desplazadas por una intensa escasez de agua.
“Debemos alentar la cooperación para hacer frente a la crisis mundial del agua y fortalecer nuestra resistencia frente a los efectos del cambio climático a fin de garantizar el acceso al agua para todas las personas, especialmente las más vulnerables. Estos son pasos vitales hacia un futuro más pacífico y próspero. En nuestros esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debemos valorar los recursos hídricos y asegurar su gestión inclusiva si hemos de proteger y utilizar este recurso vital de forma sostenible en beneficio de todas las personas.”
De acuerdo a la propia ONU: “Este día fue declarado por la Asamblea General en diciembre de 1992. Siendo el acceso al agua potable una necesidad básica del ser humano y vital tanto desde el punto de vista de la salud como el social, la fecha tiene por finalidad dar a conocer la importancia de los recursos hídricos del planeta y apoyar las iniciativas mundiales orientadas a brindar a todas las personas en el mundo el acceso al agua salubre. Hoy en día, el agua potable sigue siendo un lujo para más de mil millones de personas en todo el mundo que carecen de acceso a un mejor suministro de agua y otros 2,500 millones que no disponen de servicios básicos de saneamiento. Si tenemos en cuenta que los recursos hídricos no son inagotables en el mundo, la celebración de esta fecha debe ser parte de la tarea colectiva y permanente de crear conciencia en la población mundial sobre la importancia de hacer siempre buen uso del agua potable y velar porque todas las personas tengan acceso a este recurso.”
En la edición española de la revista National Geographic de abril de 2010 el reconocido periodista Brook Larmer, en un artículo intitulado: “El Gran Deshielo” señalaba que en las cumbres del Himalaya estaban desapareciendo los glaciares, cuya agua de fusión abastece a zonas muy pobladas del mundo, y decía textualmente: “De mantenerse la tendencia actual, opinan los científicos chinos, el 40% de los glaciares de la meseta del Tíbet podría desaparecer antes de 2050. “La reducción a gran escala de los glaciares es inevitable -afirma Yao Tandong, glaciólogo del Instituto de Investigación de la Meseta del Tíbet, de China, y conducirá a una catástrofe ecológica…
“En la Meseta del Tíbet, sobre todo en el árido flanco septentrional, la población ya sufre de los efectos de un clima más cálido. Praderas y humedales se están deteriorando, y el permafrost que les aporta agua de deshielo en primavera y verano se está retirando a zonas más elevadas. Miles de lagos se han secado. El desierto se ha apoderado ya de una extensa parte de la meseta, y en algunas zonas hay dunas de arena que ondulan las tierras altas cual un mar amarillo. Los pastores que antaño prosperaban en ellas se van quedando sin opciones”
Tristemente esa tendencia, lejos de haberse detenido, sigue avanzando y afectando a todo el planeta, En el caso de México la desertificación, el envenenamiento del agua por el uso irresponsable de agroquímicos en la agricultura, la afectación a las reservas y corrientes subterráneas de agua de calidad apta para el consumo humano, se ha multiplicado. la escasez del agua de calidad se ha visto gravemente afectada por la acción irresponsable de desarrolladores urbanos, turísticos, industriales, mineros y agrícolas, que han actuado con la complacencia y contubernio de funcionarios públicos irresponsables. La destrucción de arrecifes, manglares, zonas de reserva, el cambio de uso de suelo de bosques a zonas agrícolas, la perforación de pozos profundos sin ningún tipo de criterio ambiental y al margen de la Ley, han ido contribuyendo en forma brutal a incrementar las dimensiones de la crisis ambiental que padecemos.
Lo mismo en el Norte, que en el Sureste del país, en la costa que en la montaña. Lo digo con conocimiento de causa; en Michoacán hay cientos, sino es que miles, de afloramientos de agua que se ha visto afectados por una disminución sistemática en su volumenes; el Río Cupatitzio que afloraba en el corazón de Uruapan más de 6 metros cúbicos de agua por segundo hace cuatro o cinco décadas, hoy no proporciona ni la tercera parte; y sus aguas nacen contaminadas por los asentamientos irregulares que se han establecido en sus márgenes. Los lagos de Cuitzeo, Pátzcuaro y Zirahuén se encuentran cada día más degradados.
Lo mismo sucede en las zonas agrícolas en las que los usos de agroquímicos han envenenado los suelos y las corrientes subterráneas, y en la regiones mineras en la que se usa el agua como si fuera propiedad de quienes explotan las reservas de minerales, sin considerar las necesidades y la salud de la población que habita a su alrededores
Lo que sucede en Michoacán se repite en mayor o menor medida en cada entidad del país; es parte del legado que los gobiernos neoliberales de los últimos 36 años dejaron a la población y que el nuevo gobierno deberá atender con urgencia.
El desarrollo económicos, pero en particular el social; el derecho a la salud, a una alimentación libre de residuos tóxicos, de agua potable, de aire respirable y de un medio ambiente sano y equilibrado, son tan importantes como el derecho a la educación, a un ingreso suficiente para vivir con dignidad,y deben constituir un compromiso para ofrecer un México habitable a las siguientes generaciones de mexicanos.