Nochebuena y Navidad 2023
Desde Morelia, Michoacán, escribí el mensaje de Navidad; lo primero que pienso en estos tiempos de nacimiento de una deidad, es decir, de renovarnos como sociedad, es lo que debemos de seguir trabajando por una comuna que venimos anhelando, sin violencia, injusticia, exclusión, discriminación, desigualdad y libertades acotadas.
Los deseos que tengo, no son de ahora, son de hace muchos años, deseo una sociedad donde las personas o yo mismo no continuemos conviviendo con la opresión permanente, con la invisibilidad, el acoso, el hostigamiento, el prejuicio, el estigma, la exclusión, la discriminación, violencia permanente; en donde cada mañana tenga que leer en los medios electrónicos desaparición, tortura, muerte, feminicidios, y crímenes de odio por homofobia y fobias a la raza, clase, sexo, género, religión, edad, condición económica y de salud, entre otros.
Por ello, renovarnos no es solo un ejercicio de 24 horas, en tanto pasa la Nochebuena y la Navidad, o menos tiempo, debería de ser algo tendiente a fortalecer la permanencia, más transparente, más comprometido el ánimo, de mayor impacto y generosidad.
Renovarnos es impulsar los mecanismos que nos permitan una mayor convivencia social, un ejercicio de diálogo horizontal, en donde el otro sea reconocido en alteridad; necesitamos de una mayor inteligencia emocional y miren iniciando con los padres y en la posibilidad de enseñar a nuestros hijos, el manejo de la ira, el miedo, para evitar la violencia y agresión; requerimos de un pensamiento crítico, que nos empodere, que sea emancipatorio, sin alienación; en donde quiera que me paro, comparto la importancia de construir nuevos perfiles de hombres y masculinidades positivas o colaborativas, sin tener como ejemplo las masculinidades hegemónicas; requerimos una mayor posición en el manejo de nuestras virtudes sociales: la fe y la esperanza, la humildad y la caridad, la templanza y la prudencia, mínimamente.
Es decir, debemos de trabajar en una sociedad que de un salto a detener el consumo que nos hace hedonistas, narcisistas, egoístas, individualista, en cuestiones de meritocracia, donde se limita la participación del trabajo colaborativo, del equipo de trabajo, donde se privilegien los valores sólidos y no los valores líquidos y efímeros que estamos viviendo.
Durante varios años, diseñé y trabajé colaborativamente con Fanny Medina el proyecto Cohesión Social Apatzingán, donde no paramos ambos, de hacer acciones para recuperar confianza en la familia y la comunidad, generar identidad y pertenencia de la población en condición de vulnerabilidad, además de promover los valores sólidos y la convivencia, fraternidad y participación; a la vuelta de los años, ese trabajo da frutos, en función de las nuevas generaciones y su conducta colaborativa.
Necesitamos comprender que la Paz y Convivencia Social es fuente de inspiración como referente social, y que la lucha social que se siga para alcanzar la igualdad, la justicia social, las libertades, y seguir avanzando en la redistribución de la riqueza nacional no debe parar, porque es fundamental seguir construyendo el paradigma social que necesitamos.
De esta manera, y en estos tiempos de sostenibilidad, la renovación debe comprenderse que vamos en unicidad, es decir, que al centro debe estar la vida y no el antropocentrismo, y desde ahí privilegiar a los seres vivos, los humanos, las plantas, los animales y qué, en conjunto con los elementos de la naturaleza, agua, aire, fuego o luz y tierra, constituimos uno solo, es decir la unicidad.
Tenemos mucho por hacer, yo convoco a las personas cercanas, más cercanas a mi persona a impulsar la renovación, el devenir de un nuevo sujeto social, lo hago con mis comadres, compadres, ahijados, ahijadas, con mi familia, mis hermanas y hermano y sobrinos, con mis amigos y amigas, con mis compañeras y compañeros de trabajo anteriores y presentes, tanto institucional como académicos, y universidades, a los alumnos que tengo el gran honor de acompañar en sus procesos académicos; los convoco a quienes en mi ejercicio de comunicación cercano dejo un mensaje de aliento y de trabajo permanente con las organizaciones de la sociedad civil, desde luego a todos los amigos y amigas que me dispensan con su amistad de los medios de comunicación, mis compañeros, pero también quienes me dieron la oportunidad de escribir en sus medios. Igualmente convoco a José Alfredo Flores Chávez, para que en su día a día, continue siendo el mejor hijo, la mejor persona, el mejor hermano, el mejor compañero de vida. A personas entrañables que no cometeré el error de mencionar, porque siempre faltara alguien, mi comentario va en una constante de centralidad, de hacer reconocimiento a quienes luchan por un día a día mejor.
De esta manera, renovarnos es un acto metacognitivo, pero que, esta influenciado por las emociones, y con ello, se le da sentido a lo que deseamos que sea el futuro para nuestra sociedad.