¡No salió el oso polar!/Arturo Alejandro Bribiesca
¡NO SALIÓ EL OSO POLAR!
Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
A Gilberto.
Este lunes pasado, 12 de noviembre, falleció en el zoológico de nuestra ciudad capital, la osa polar Yupik, a sus 27 años, por complicaciones en su estado de salud; es lo que las autoridades han señalado, o al menos lo que hemos podido leer en las notas periodísticas al respecto.
Independientemente de las causas de su deceso, su partida nos causa una profunda tristeza; muchos crecimos visitándola, aunque fuera esporádicamente. Ver a Yupik ha sido, sin duda, lo más cercano que muchos hemos estado del polo norte y su espectacular naturaleza.
Precisamente de la última visita familiar al zoológico, de la que yo no fui parte por motivos laborales, es que sale el título de este humilde escrito. Unos meses atrás, mi esposa, Loyda, y mis hijos, Emilia y Gilberto, de 6 y 2 años, respectivamente -disculparan que no asiente la edad de mi señora, pudiera no ser de su agrado- (es broma amor), visitaron el zoológico en compañía del algunos otros familiares; al momento de la visita a Yupik, está no estuvo disponible, por razones no conocidas por mi familia, obviamente mis pequeños se quedaron con las ganas de verla, principalmente Gilberto, ya que él no la había visitado antes (me parece que Emilia sí) por tanto, nunca antes había visto un oso -u osa- polar en vivo y a todo color (y seguirá sin verlo).
Ese día de la visita, por la noche, en casa, Gilberto me dijo: Papá, ¡no salió el oso polar! AL yo preguntarle el porqué, me respondió, con mucha seguridad, que porque estaba dormido. No ahonde en explicarle que era osa y no oso, y posteriormente le dije que ya habría otra oportunidad de ir al zoológico.
Al día siguiente y a los siguientes. A la semana siguiente y a las siguientes, Gilberto de la nada llamaba nuestra atención, ya sea a a mi esposa, a su hermana o a un servidor y nos exclamaba: ¡no salió el oso polar! Era todo lo que decía y se nos hizo algo gracioso, lo que sin duda lo incentivo a seguirlo diciendo, una y otra vez, de la nada, sin que perdiera gracia, al menos para nosotros.
Muy probablemente por ser mi hijo es que me parece divertida y pegajosa su frase, la cual, como ya señale, se volvió frecuente y espontanea en sus pláticas; tanto me agradó, que les dije a Loyda y a Emilia, en repetidas ocasiones, que si tuviera una marca de ropa o de lo que fuera, así la llamaría: ¡No salió el Oso Polar! O que si algún día lograba escribir alguna novela, así mismo la intitularía, ya vería como conectar la trama con el título.
Como estoy seguro que nunca tendré una marca de nada, y muy probable tampoco logre escribir La Novela, es que decidí utilizar esa frase de Gilberto como título de este sencillo tributo a Yupik, la osa polar que ya no saldrá.
Adiós Yupik, espero tu nuevo hábitat celestial sea más acorde al de tu naturaleza y no al que tuviste en vida; aunque déjame decirte que desde tu partida, Morelia se está poniendo gélida, ¿será acaso tu desquite?
Otrosí: Lety, Homero, Gus, Lic. Jasso, a nombre propio y de mi familia les enviamos nuestro más sentido pésame por su irreparable pérdida.