Muere la democracia/Luisa María Calderón
Muere la democracia
No hay ritual, ni acción declarada que haga conocer de forma manifiesta que estamos retrocediendo en la vida democrática, pero hoy, en el cumpleaños del Gran José María Morelos y Pavón que dibujó una América justa, sin opulencia ni indigencia, debemos enfatizar que el poder ha de ser equilibrada división de tareas para que la certidumbre nos acompañe.
Hoy, como dice la introducción de “cómo mueren las democracias”: ”los autócratas electos mantiene una apariencia de democracia, a la que van destripando hasta despojarla de contenido”:
Me alarma el número de elecciones anuladas en los últimos días de proceso electoral: Monterrey, Nuevo León; Coyoacán en CDMX, Querétaro, y Huimilpan del estado de Querétaro. En estas anulaciones no hubo voto por voto, se anularon en el Tribunal Electoral, con diferencias de votos que no hacían determinante la inconsistencia acusada… una entonces se pone a imaginar qué razón ha llevado reiteradamente al Tribunal Electoral de la Federación en distintas regiones a recular y dar la razón a las denuncias de MORENA. ¿el ganador se lleva todo? ¿O alguna amenaza que atenta contra la existencia del tribunal, o de los magistrados actuales? Si es amenaza, hoy o mañana los desaparecerán.
Si el resultado de la elección de julio fue aceptada por todos, y saludamos el hecho de que la votación muy muy alta y que la victoria de MORENA fue indiscutible, donde ganó, entonces ¿qué hace que vayan por los lugares significativos donde perdió? Hay que anotar que Querétaro es el único estado de la República donde no ganó MORENA, y que la delegación Coyoacán era gobernada por Claudia Sheimbaum, hoy electa jefa de gobierno de la ciudad de México por morena.
En Querétaro el ganador tuvo una diferencia de 1400 votos; la razón de la nulidad es porque el alcalde interino –no el candidato- subió una foto de un trabajo después de una inundación. NO el candidato.
La elección de Huimilpan, ganada casi dos a uno, se anula porque una ciudadana, NO la candidata, sube a redes una foto, tampoco de campaña, de la candidata en donde hay una imagen religiosa.
En el caso de Coyoacán, de la ciudad de México, impugada en juicio de revisión constitucional que presentan los chicos de PT ,se decide anular una elección ganada con una diferencia de cuarenta y seis mil votos!!!: el ganador tiene a su favor 11 puntos de diferencia. Ahora se usó un criterio cualitativo y atemporal porque una de las causas por las que se anuló la elección, violencia política de género, fue acreditada con 2 hechos violentos que sucedieron antes de iniciado el proceso electoral, por grupos políticos distintos de los de quien meses después fuera el candidato de una de las coaliciones, y quien había estado cerca del PAN.
¿Recuerdas que en el año 2011, la noche anterior a la elección de Michoacán, el boxeador Juan Manuel Márquez, usó un calzoncillo con el logo del PRI? Entonces ese criterio era imposible de concebir como un criterio que influyera en el ánimo de los electores: la noche anterior a la elección, con veda, con difusión en televisión. No señor, impensable que ese criterio se tomara en serio, y menos que fuera determinante en el ánimo electoral ni en el resultado. Si acaso, el órgano electoral impuso al PRI una multa de setecientos mil pesos por violar la regla, pero nada más.
A 7 años de distancia, tenemos criterio nuevo, bueno, por primera vez se usa criterio cualitativo, se pone en responsabilidad de la o el o los candidatos, acciones de otras personas, y se utilizan datos de antes de iniciado el proceso electoral como elementos válidos para hacer juicio al respecto.
Criterios nuevos, razonados con hechos fuera del tiempo electoral. Tribunales presionados, convocado, conversados, o autocensurados, toman decisiones que no están apegadas a derecho, que tienen explicaciones muy estiradas para satisfacer una denuncia, que dejan a las y los ciudadanos en la incertidumbre respecto de la obligación de la autoridad de cuidar los procesos y su imparcialidad. Para eso están las leyes, para apegarse a ellas.
Hoy día, no es necesario un golpe de estado. Poco a poco, ir borrando la división de poderes, el apego al Estado de Derecho, los principios rectores de los procesos electorales, poco a poco, sin darnos cuenta, amaneceremos sin mecanismos de equilibrio y control de poder. Aunque con la boca reconozcan en Morelos a la figura del estadista a seguir, con los hechos nos estamos alejando de una república, de un estado que privilegia a las instituciones para dar certidumbre y servir a su pueblo.
Si se trata de que el ganador se quede con todo, la ley debiera decir que es suficiente con que el que postula a un candidato gane una de las elecciones para que todas las elecciones que se juegan en ese día y en ese proceso y en ese tiempo – no antes ni después de los plazos- sean para el ganador. Así no habrá incertidumbre, aunque se mate a la democracia.