Morena en Chiapas: imponente y avasallador

Estamos en pleno proceso de precampañas en algunas entidades federativas, razón suficiente para seguir de cerca lo que acontece en cada uno de los puntos que, además de ello, son trascendentales para el plan C que ha diseñado el presidente López Obrador. De hecho, cada uno de los abanderados de Morena en los nueve estados de la República— donde habrá relevo del ejecutivo estatal— han cumplido con la tarea de abanderar al movimiento y, con ello, refrendar el paso dominante del lopezobradorismo. En algunos puntos, de hecho, el partido guinda está al frente. De ahí podemos nombrar a CDMX, Puebla, Chiapas, Veracruz, Morelos y Tabasco. Los demás, déjenme decirles, tienen grandes posibilidades de pasar a la causa de Morena, de acuerdo con la encuesta que ha publicado SDPnoticias.
Esto llega a suceder, lo dijimos, en las nueve entidades federativas que tendrán relevo de gobierno. Todas ellas, por cierto, viven un momento inmejorable, incluyendo Guanajuato. Ya no son los mismos tiempos para el PAN en ese territorio; ha perdido militancia y presencia debido a la crisis que viven desde la dirigencia nacional que encabeza Marko Cortés. Morena, de hecho, está volcada a seguir ganando simpatía bajo la tutela de Néstor Núñez, coordinador de la segunda circunscripción que ha hecho un trabajo significativo. Dada esa capacidad que ha mostrado el lopezobradorismo, Claudia Sheinbaum ganará los 32 estados de la República. Algunos de ellos, queda claro, lo harán de forma imponente y avasalladora.
Morena superó todos los paradigmas y, hoy por hoy, es un movimiento consagrado a lo largo y ancho del país. Muchos dicen que será un desafío volver a ganar la presidencia y los estados que se jugarán. En mi opinión, no es así. Morena ha ido acaparando más simpatías porque ha hecho un buen trabajo. Lograr lo que ha hecho el presidente Obrador en obra e infraestructura, lo mismo que la salud y educación, no lo habíamos visto antes. Hoy, a propósito, los programas sociales se han convertido en una palanca de impulso y, de paso, en un mecanismo para mejorar la calidad de vida de la población civil.
En eso han contribuido los legisladores de Morena. Uno de ellos, claro está, el excoordinador de los senadores, Eduardo Ramírez. Él, como sabemos, está en pleno proceso de precampaña en Chiapas. De hecho, el sur, para el lopezobradorismo, significa un bastión dominante. De acuerdo con la encuesta de encuestas, Chiapas es la segunda entidad más fuerte en intención del voto. Más del 65 % ha decidido su voto a la causa del partido guinda. Significa que, en términos de proporción efectiva, dos terceras partes han tomado partida por Ramírez. Eso lo afirma una de las metodologías más confiables y que, al final de cuentas, es una ponderación que promedia los datos de las evaluaciones con menor margen de error.
Eduardo Ramírez, con ese paso imponente, será el próximo gobernador constitucional de Chiapas. Nadie, sin el afán de minimizar o caer en excesos de confianza, puede revertir ese porcentaje tan holgado a estas alturas. El momento que vive es clave. Son 40 puntos de ventaja a favor de Ramírez. De ahí la importancia que hemos ido fundamentando a lo largo de estas semanas. Claudia Sheinbaum, en ese sentido, tiene un aliado potencialmente competitivo que, en la medida que las semanas avancen, le sumará más votos al proceso presidencial. Eso se ha dejado ver en cada acto público que encabeza el Jaguar Negro, como popularmente le conocen.
La cruda realidad, en efecto, es para el Frente Amplio por México, que no encuentra una salida para superar la enorme crisis que vive con Xóchitl Gálvez, que, por supuesto, no significó la panacea como intentaron vendernos esa idea. Eso, ya lo dijimos, abona para que Morena siga sumando adeptos. Por eso hemos visto más militancia desencantada con la derecha. Eso es razón suficiente para presenciar el triunfo electoral de Claudia Sheinbaum. De igual forma, de las nueve entidades federativas de las que hablamos. Ese terreno, queda claro, transita Chiapas, que ha consolidado una maquinaria imponente y avasalladora bajo el liderazgo de Eduardo Ramírez, próximo gobernador constitucional y futuro sucesor de Rutilio Escandón.