Monreal en plenitud
A pesar de que las condiciones políticas— por razones que todos conocemos— no fueron las propicias para llegar a la candidatura presidencial de Morena, Ricardo Monreal está en plenitud. Con el zacatecano, no hay duda de ello, hubiésemos tenido un perfil muy completo para competir por la silla presidencial y ganar. Algo así como el abanderado perfecto para conquistar— por segunda vez consecutiva— el poder institucional bajo las siglas de Morena. Claudia lo es, cuando hablamos de las cualidades fundamentales para encarar este tipo de procesos. A lo que me refiero, más bien, es a la experiencia política y a la habilidad frente a cualquier situación que se presente. Ojalá, para la continuidad de un proceso de nación, Monreal decida seguir en el mapa electoral para el próximo sexenio. Él, no hay duda de ello, es como un componente inherente que ha llevado su capacidad política a otro nivel.
No lo sé, en política como en la vida pueden pasar muchas cosas. Ricardo Monreal está en plenitud y, con esa lucidez, perfectamente puede encabezar un ejercicio presidencial para suceder a Claudia Sheinbaum en las próximas elecciones presidenciales. Me estoy adelantando muchísimo tiempo, sin embargo, el zacatecano seguirá en los reflectores y, por supuesto, en una posición crucial que le permita sobresalir como una figura clave del proceso de transformación. Y con un Monreal en apogeo, su talento tiene que ser aprovechado al máximo. Sigo insistiendo que, una vez que triunfe Morena en las urnas, Ricardo será nuevamente el coordinador de los senadores en la Cámara Alta bajo una sola consigna: seguir profundizando las políticas públicas del país.
Es verdad, viene una camada de muchos perfiles que, en liderazgo y trabajo, han mostrado muchas cualidades. La cuestión es que, sin menospreciar a nadie, nadie cuenta con ese potencial que ha ido acumulando Ricardo Monreal a lo largo de su carrera. Siendo un recinto— donde el conocimiento político y la sagacidad son fundamentales— se requiere alguien como el zacatecano para operar los temas. O sea, un liderazgo que sepa negociar con los contrapesos y todas las fuerzas, aunque sean minoritarias. En más de cinco años, por ejemplo, Monreal ha dejado constancia no solamente por los puentes de interlocución eficientes que tejió, sino porque concretó todas las iniciativas que le encomendó el presidente López Obrador.
A pesar de cómo se dieron las condiciones, Monreal nunca le dio la espalda a las propuestas. Siempre, con fidelidad, acompañó e hizo suyas las iniciativas. Algo similar al paquete de puntos que envió el ejecutivo federal que, de un momento a otro, llegarán al pleno de la Cámara Alta y, con ello, se estima que— desde allí— puede coronarse el sexenio del presidente López Obrador. Es más, por eso regresó Ricardo a la coordinación. El zacatecano es un profesional y, a su vez, un actor comprometido con la transformación del territorio nacional. Él, de hecho, ha instalado en el Senado un estilo particular donde la pluralidad, la tolerancia y el respeto son el común denominador de un poder autónomo y con plena capacidad para tomar decisiones en colectivo.
Si se cumple este presagio y Ricardo Monreal— para un futuro inmediato— es el coordinador de los senadores de Morena, su protagonismo seguirá en ascenso. Su plenitud y apogeo, además de su experiencia y habilidad, no son espontáneos, sino elementos que lleva consigo para ir considerándolo en el mapa sucesorio del 2030. Repito, es muy prematuro. Lo sé, pero un animal político como Monreal, para un proceso de transformación, hay que situarlo siempre en el escenario de transición y, no hay duda de ello, con un aspirante fuerte para buscar la silla presidencial.
Esa decisión la tendrá solo él. Desde mi punto de vista, y a ese paso que sigue caminando Ricardo Monreal, llegará en el mejor momento de su carrera. Lo está, no hay duda de ello. A lo que voy es que, en este instante, será una pieza crucial no solamente para coronar un sexenio redondo en las políticas públicas del país, sino en el apoyo para que Claudia Sheinbaum gane la presidencia, como todos esperamos que ocurra de acuerdo con la lógica de las circunstancias. Siendo así, Monreal será el protagonista principal en el legislativo y, de paso, un estratega de la campaña presidencial. Puede perfectamente cargar con esa responsabilidad a la vez, pues su plenitud, desde luego, es como la palanca o el motor de impulso.