Miscelánea, salud y política/Judith Álamo
El preocupante estilo de gobernar
"Personas incompetentes aunque leales al régimen recibían ascensos y ocupaban cargos que no podían desempeñar": Ken Follet
Preocupa el estilo de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador qué vehemente dice no ser machista ni misógino, pero no se inmuta ni compromete cuando uno de sus hombres cercanos al lanzarse a la gubernatura es acusado de violador de hasta seis mujeres, y da su inamovible apoyo a Félix Salgado Macedonio, quien ya está en campaña como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero.
¿Por qué no interviene con la autoridad moral que cree tener y para este oprobio contra las mujeres? Por qué no comprueba que está a la altura de los prohombres de la patria con quienes suele compararse un día sí y otro también, como son Francisco I. Madero o Benito Juárez; o de verdad aplica su frase favorita "no somos iguales", cuando se trata de deslindarse de la corrupción de los gobiernos neoliberales que le anteceden.
En su actuar ante las mujeres, el primer mandatario dejó pasar la oportunidad de ser congruente y demostrar que no es machista, sino un hombre formado en la lucha social que buscó el poder para cumplir sus propuestas de campaña, y comenzar por dar respuesta a las mujeres de México contra la violencia de género y los casos extremos que llevan al feminicidio.
Si nos vamos al perfil psicológico del hombre de Palacio Nacional, varios especialistas en la conducta humana, identifican en él rasgos narcisistas, según Sigmund Freud este rasgo primario en la niñez puede ser hasta positivo, pero en la etapa adulta se convierte en un transtorno de la personalidad que supone una disfunción grave.
El narcisista tiene una desmedida estima en sí mismo y en sus habilidades, aunque en el fondo esconde una baja autoestima, por ello busca la incondicionalidad de quienes le rodean.
El 23 de septiembre de 2020, el presidente al aceptar la renuncia de uno de sus colaboradores, alarmó a propios y extraños cuando confesó que él exigía lealtad ciega a los funcionarios de la cuarta Transformación, esto encendió más focos de alarma, ya que la prensa extranjera lo calificó como el surgimiento de un nuevo dictador.
Mientras que varios analistas nacionales consideraron que esta afirmación implica no aceptar la crítica para corregir, coarta la libertad de quienes disienten y nombrar a leales aunque sean incompetentes, es traicionar a la cidadanía que lo eligió para gobernar a todos no para poner el gobierno a su servicio.
López Obrador reconoce ser muy necio, y lo probó al buscar durante 18 años la presidencia de México; tampoco le gusta que nadie le enmiende la plana, esto resaltó al enviar su iniciativa de reformas a la ley eléctrica al Poder Legislativo y ordenarles públicamente a sus correligionarios, no cambiarle ni una coma.
Según el psiquiatra alemán Kurt Schneider los mitómanos resultan un peligrosa mezcla de narcisismo e histrionismo, como narcisistas necesitan sentirse grandiosos,y como histriónicos no saben vivir sin ser el centro de las miradas. A esta descripción se apega el estilo actual de gobernar a más de 126 millones de mexicanos, centrado en las conferencias mañaneras.
El trastorno histriónico de la personalidad afecta las relaciones sociales o sentimentales de una persona.
El presidente dirige, de lunes a viernes, este show matutino donde se sobreexpone al escutrinio público porque, aún minando la credibilidad de periodistas críticos e intelectuales, acusándolos de chayoteros y corruptos, y rodeándose de aduladores, todos los días vemos que para no asumir la decadencia del país, como sus mentiras salen a la luz, como cuando dijo que a nivel mundial fue reconocido en el segundo lugar por su buen manejo de la pandemia.
Nunca antes se había comunicado tanto un gobierno, asegura el presidente, por ello resulta innecesario tanto organismo autónomo dedicado a la transparecia, si él en su show matutino suele citar desde muy temprano a los gabinetes de seguridad, económico, de política exterior, etcétera.
La comunicación entraña un ejercicio de retroalimentación, pero si no se escucha ni se ve al receptor, sólo se trata de informar. y el Jefe del Ejecutivo sólo informa lo que supuestamente ha avanzado en la construcción de sus megaproyectos de infraestructura y mantiene en secrecía la inversión en los mismos.
Tales proyectos: el nuevo aeropuesto de Santa Lucía, el tren Maya y la refinería Dos Bocas, así como sus rescates de PEMEX y CFE, acaparan los recursos públicos que han sido desviados de los rubros de seguridad social, medicina pública, educacíón, ciencia, tecnología, cultura, deporte, y más.
Y sí, el presidente de la República está obligado a informar, pero como ciudadano debe cumplir con rendir cuentas sobre sus actos, ajustar sus acciones a la ley -respetar la división de Poderes-, aplicar el gasto conforme al Pre-supuesto, ajustar sus dichos a sus hechos, a respetar a quienes disienten y preservar la estructura jurídica que en el país se ha dado a lo largo de la historia.
Hemos visto a través de la historia que los hombres y mujeres en el ejercicio del poder suelen exacerbar sus caracterologías de personalidad, y éstas, junto son sus capacidades intelectuales, son las que saldrán a flote o hundirán el barco cuando la marea crezca porque las dificultades arrecian.
Ante los próximos comicios, el presidente López Obrador -marca principal del partido Morena- goza de las ventajas que da ejercer los recursos públicos para hacer proselitismo electoral, pero cabe recordar lo que él como oposición decía: acepten todo, díganles que sí a los del partido en el poder, pero voten por la opción que respete sus derechos y les resulte aceptable para reconstruir nuestro país.
Este mensaje es para todos, pero especialmente para las mujeres, quienes representamos la mayoría en el país, me explico: el 51.2% de la población nacional, o sea somos 64 millones 540 mil 634, según el último censo de NEGI 2020, y de acuerdo al INE en el padrón electoral hay inscritos 89.3 millones de mexicanos, de los cuales 51.8% somos mujeres.