Michoacán, de quebranto a reconquista de calificadoras/Malli Hernández
Muchas cosas tuvieron que pasar, para que después de más de una década, por primera vez Michoacán reconquistara a las agencias internacionales que califican la salud financiera de un gobierno.
Y el camino no se veía fácil. Era literalmente, cuesta arriba, pantanoso y oscuro.
Basta recordar algunos episodios, como el que consignaron medios nacionales el 11 de noviembre de 2011, cuando el colapso en las finanzas estatales llevó a la Secretaría de Educación en el Estado (SEE) a acumular adeudos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por al menos 8 millones de pesos.
El corte de luz fue inminente, y también histórico.
“La CFE cortó el servicio de luz a cuatro departamentos de la SEE, ya que no han pagado”, dio a conocer La Silla Rota, en su edición digital de ese día.
A oscuras quedaron cuatro departamentos de la SEE, aunque la entonces titular, Graciela Andrade –hoy operadora política de Morena-, expresó que se llegó a un acuerdo con la paraestatal para evitar que se cortara la luz a toda la dependencia.
El colapso financiero había alcanzado a toda la estructura del gobierno estatal, agravado porque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) había comenzado a retenerle recursos.
Dicha retención de recursos provocó que el entonces gobernador Leonel Godoy –hoy también operador político de Morena- secretarios y subsecretarios, no cobraran su salario en la primera quincena de octubre.
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El “tiradero” de 2012
Otro episodio a recordar:
El 3 de marzo de 2012, el presidente Felipe Calderón acusó al gobierno godoyista de haber dejado “un tiradero” financiero en la entidad.
Godoy, quien había llegado al poder en 2008 bajo las siglas del PRD, tenía escasos días de haberle entregado el mando a su sucesor, Fausto Vallejo Figueroa. El PRI retomaba la gubernatura, tras dos periodos de mandatos perredistas.
Felipe Calderón realizaba una gira de trabajo –la primera en la que coincidían con Vallejo gobernador-, y le alertaba de la crisis financiera, sobre todo en el área de la salud, por presuntos desvíos de miles de millones de pesos.
“Sé que le dejaron un, cómo se dirá (…), un tiradero, dicen acá, o también un desorden, un problema mayor en las finanzas públicas”, le dijo Calderón al recién ungido gobernador.
De ese dicho, se pasó a la denuncia penal por presuntas anomalías en el manejo de más de 6 mil millones de pesos que la Federación había enviado al gobierno estatal para salud.
Y así, se fueron escribiendo varios episodios más, como el de la firma de minutas con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que acumularon bonos de mil 200 millones de pesos anuales para los maestros, con cargo al erario.
O la contratación de créditos con la banca, que entre 2002 y 2015 pasó de 140.2 millones a más de 17 mil millones de pesos, según datos de la SHCP.
Por eso, cuando el PRD recuperó el poder y Silvano Aureoles asumió como gobernador en octubre de 2015, la deuda a bancos, contratistas y proveedores, sumaba 32 mil millones de pesos, más de la mitad del presupuesto anual estatal.
En términos técnicos, el Gobierno de Michoacán había entrado en quiebra.
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Ruta al equilibrio financiero
De ser un paciente en terapia intensiva, el gobierno michoacano pasó a estable pero aún en proceso de recuperación, y con riesgo de una recaída si no se tienen los cuidados necesarios.
Un documento de la Secretaría de Finanzas en el Estado, detalla la ruta que permitió reanimar y recuperar síntomas de estabilidad financiera.
En los últimos tres años y medios, detalla este documento, fue necesario refinanciar y reestructurar la deuda con bancos, a fin de mejorar las condiciones y términos contractuales de la deuda adquirida por las administraciones anteriores.
Es permitió reducir más de la mitad la sobretasa de interés, lo que significó oxígeno puro a la capacidad de pago del gobierno estatal.
Además, se tuvo que liquidar la bursatilización del impuesto sobre nómina y se inició el pago a proveedores y contratistas (de 14 mil millones, se han pagado 8 mil millones, equivalentes al 60% de la deuda).
También fue necesario implementar medidas de austeridad para disminuir el gasto público, se bajaron salarios de altos funcionarios y se eliminaron gratificaciones, compensaciones y viáticos.
Aunado a ello, se aumentó la recaudación de ingresos estatales, de 4 mil millones a 7 mil 600 millones de pesos, y se contuvo el gasto público por un monto de 2 mil millones de pesos.
Como resultado de esas medidas, por primera vez en más de una década, mejoró la calidad crediticia del estado, revirtiéndose la tendencia de calificaciones negativas.
Fitch Ratings y Standard and Poor’s, dos prestigiosas agencias, han otorgado este año al gobierno estatal puntuaciones favorables a la entidad en términos financieros y de capacidad crediticia.
La situación, sin embargo, no está aún salvada, reconocen autoridades estatales.
Si no se federaliza la nómina magisterial o se transfieren recursos extraordinarios para el pago de maestros, el riesgo de una recaída es latente.
“Si esto se resuelve, la cosa va a cambiar para Michoacán y quedará como un legado histórico el haber podido estabilizar su situación financiera e invertir más en su desarrollo", expresó el gobernador Silvano Aureoles, en su conferencia de prensa del pasado 1 de julio.
El perredista recordó que, con este paso, 34 mil plazas de maestros se estarían transfiriendo al gobierno federal, como lo comprometió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Yo confío en la palabra del presidente, y sé que no nos va a dejar solos", deslizó Silvano.
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En números
El diagnóstico
· 32 mil mdp en deudas al 2015
· 14 mil mdp la deuda con proveedores y contratistas
· 18 mil mdp la deuda con bancos
· 5 mil mdp, el déficit anual por la nómina magisterial
La receta
· 2 mil mdp, la contención del gasto
· Reducción de salarios a altos funcionarios
· Eliminación de pago de viáticos, telefonía celular y otros
· Eliminación o fusión de 15 dependencias o áreas
· Incremento en la generación de recursos propios, de 4 mil a 7 mil 600 mdp
La frase
“Tenemos unas finanzas públicas ordenadas, (…) no hay derroche, no hay despilfarro, con un gobierno funcionando de manera austera, pero sin dejar de cumplir con las tareas más importantes que le toca cumplir”.
Silvano Aureoles / Gobernador de Michoacán