Mes del orgullo LGBTQI
Mes del orgullo LGBTTTIQ+
Es muy importante para las comunidades que históricamente vivieron con mecanismo de opresión, conmemorar el mes del orgullo LGBTTTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero, trasvesti, intersexuales o queers), incluido, el 28 de junio como Día Internacional del Orgullo Gay.
Durante muchos años, quienes viven una orientación sexual diferente a la hegemónica o con identidad de género o expresión de rol de género disidente, han conocido de la opresión, es decir, mecanismos de invisibilidad, estigma, prejuicio, exclusión, discriminación, violencia, y también se han generado actos de muerte contra estos cuerpos que no cumplen los estándares del modelo patriarcal.
Durante más de cuatro décadas en México, cientos de personas disidentes sexuales han salido a los espacios públicos a pronunciarse por alcanzar mejores condiciones de vida, de igualdad, libertad, justicia social, que les permita no esconderse, y vivir con dignidad humana su proyecto de vida.
En el mundo, pero también en América Latina y el Caribe, como en México y en Michoacán, las comunidades disidentes sexuales mantienen una permanente lucha contra la discriminación y las desigualdades sociales, en busca del respeto a sus derechos y libertades para decidir sobre su vida, sus cuerpos y expresar sus expectativas y necesidades sentidas, es decir, hacer efectivo el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
En estas más de cuatro décadas, el Estado mexicano ha logrado generar marcos normativos, estructuras operativas y personal institucional capacitado, así como avanzar en el diseño de políticas públicas para visibilizar a dicha población, así, recientemente el Inegi, aplicó la Encuesta Nacional de Diversidad Sexual, en donde se precisa que en México existen 4.6 millones de personas que se reconocen como LGBTTTIQ+, dicho de otra manera, una de cada 20 personas se autodefine como parte de la diversidad sexual.Considero que es importante para este siglo XXI, que las poblaciones LGBTTTIQ+ inicien las tareas para medir el índice de inclusión y progresividad en diversos espacios de la vida pública que se requiere determinar los avances y retrocesos en: 1.- una mayor participación política y cívica; 2.- educación; 3.- seguridad personal y violencia y su prevención; 4.- bienestar económico; 5.- salud; 6.- trabajo; 7.- sentencias de la Corte.
Hace algunos meses escribía en Quadratín una propuesta de Odiontómetro, como una manera de conocer y expresar una escala, que mida el odio en las personas, y que, de una expresión de odio, podemos hacer apología de un discurso, a una narrativa y el preámbulo de un crimen de odio. Hace ya algunos meses se instaló el Observatorio de los Crímenes de Odio por Homofobia en Michoacán, y en poco tiempo, nos damos cuenta que era necesario desde hace muchos años contar con un instrumento para detener estos procesos de exclusión que desde los grupos fácticos se emplean para mantener un estado de cosas que a dichos grupos les interesa que permanezca, como son las posiciones ideológicas opresivas en contra de los cuerpos que son considerados como anormales, y sobre los cuales es fácil expresar narrativas para descalificar y echar culpas de los problemas, como fue el caso de atribuirles a los homosexuales la violencia que vive el país y Michoacán.
No, no nos confundamos, las personas que viven en diversidad sexual, como tampoco las mujeres que toman de manera libre la decisión sobre su cuerpo, no somos causantes de semejante comentario de la violencia en Michoacán; expresarlo precisa la ignorancia, la falta de respeto al otro, el uso de un lenguaje androcéntrico, sexista, excluyente, discriminatorio y generador de división entre las estructuras sociales, amén de que se constituye como un acto que pretende dominar y subordinar a los grupos vulnerables.Por ello, considero importante avanzar en medir los índices de inclusión y desde ahí reagrupar una agenda pública para trabajarla con el sector público, con los Poderes del Estado.