Masculinidad, cuerpo y vejez/Gerardo A. Herrera Pérez
Masculinidad, cuerpo y vejez.
Gerardo A. Herrera Pérez.
En el devenir de la vida, cuando menos en las últimas tres décadas que me ha tocado trabajar en proyectos relacionados con el género, es decir, desde 1983, siendo servidor público de la Coordinación del Programa Productivo de la Mujer Campesina, me ha quedado claro que el valor, la potencia sexual y el poder, que debe tener una masculinidad hegemónica, se va perdiendo con el paso de los años, de tal suerte, que podemos sostener que la masculinidad está anclada al cuerpo del hombre, a sus características de juventud y lozanía, a su aspecto externo, en razón de ello, la vejez es percibida como una etapa que resta valor a la persona, aun cuando en las comunidades originarias ser un hombre de edad es un privilegio por su sabiduría, no así, en una sociedad moderna con un modelo económico que impulsa al hedonismo, al narcisismo, a los valores líquidos, al éxito, al lujo.
Como lo comente, la masculinidad está ligada al cuerpo: ser niño, o joven, adulto o bien, adulto mayor, tiene un significado para la masculinidad; en las primeras infancias se forma el estereotipo; se disfruta del poder en las edades jóvenes y adultas; para dejar de ser funcional la masculinidad hegemónica en las etapas de adultos mayores, ya cuando el cuerpo no cuenta con la potencia física y sexual y una gran cantidad de personas mayores han perdido el estándar de belleza y la funcionalidad y esto es hipervisible.
Por otro lado, cuando pensamos respecto de una adulto mayor llega a nuestra mente un cuerpo con arrugas, con canas, calvicie, encorvado, dificultad de movimiento, falta de dientes, aunque habrá otros cuerpos más cuidados, es decir, también hablar de cuerpos viejos, hay una diversidad; aquí recuerdo la anécdota del príncipe Siddhartha, que narra Simone de Beauvoir en su libro la Vejez. Hay cuerpos de adultos mayores, son pocos, pero existen, que conservan poder, autoridad y potencia sexual, derivado de sus posición económica o política, o bien, en cuestiones sexuales derivado del consumo de pastillas, lubricantes, vitaminas y otros productos que provee el mercado Neoliberal.
La vejez en términos biológicos tiene acelerado desgaste del cuerpo, hay pérdida de elasticidad de la piel, menos agudeza visual, fuerza muscular, y desgaste musculo-esquelético, pérdida de la memoria, por ende pérdida de la autonomía; en conjunto este proceso esencialista hace que el poder, la autoridad y la potencia se minen y disminuyan en sus diferentes expresiones.
No obstante, nos damos cuenta que para algunas comunidades que un hombre llegue a viejo es reconocido no por el valor, la potencia o la violencia y el poder, sino por su experiencia, sabiduría, la templanza, así como la capacidad de atender su casa, en ese sentido, ahora será el viejo de la comunidad, es decir, la masculinidad tiene un tránsito importante del poder y valor, a experiencia y sabiduría, pero esto pasaría en aquellas comunidades originarias, porque en general no sucede así de fácil; el adulto mayor, sin totalizar, sufre de violencia, de indiferencia, de soledad, ha perdido el poder, la autoridad, la autonomía, ahora dependerá de otros, se vuelve niño, nuevamente, se vuelve andrógino, como eran considerados los ancianos en los pueblos antiguos, tanto en Roma, como en Grecia.
Tanto hombres como mujeres al entrar a la parte adulta mayor van perdiendo paulatinamente sus características físicas, psicológicas y sociales que les fueron dotadas por el patriarcado durante su juventud; para los adultos mayores en el caso de las mujeres puede resultar benéfico, pues podrán adquirir su libertad, en el caso de los hombres no, porque perderán la fuerza, el poder y su potencia sexual frente a la sociedad, cambiando su rol de dominante a subordinado a las generaciones jóvenes, pero además a ser considerado en una masculinidad marginal. Esta situación podrá transformarse de conformidad con el tiempo, el espacio, el mercado y en una sociedad especifica que se investigue.
Aún hay mucho por comentar sobre las cuestiones históricas de la vejez, el cuerpo y la masculinidad con enfoque de perspectiva histórica, sobre todo de comprender como se da la renegociación de la masculinidad en un cuerpo viejo frente a la familia y la sociedad, será la sabiduría el eje de reflexión de dicha renegociación?, usted que opina.