Martes de Carnaval/Zaid Mora
Martes de Carnaval/Zaid Mora
“Todos niños y muchachos vengan a bailar el toro, que anda muy enfurecido, toro pinto cola enroscada, tan alegre que es bailar, hazte a un lado el toro te va a cornear”. Cantando esta canción disfruté mi infancia cronológicamente en las colonias: Ventura Puente, Villa Universidad, Felicitas del Río y Félix Ireta, todas sin excepción, se caracterizan por elaborar los mejores toritos de petate de la ciudad, sin menospreciar los de la Juárez. Una celebración milenaria que se distingue por su música, danza y colorido.
Es realmente impresionante la imaginación y creatividad de las personas que los elaboran, en ellos plasman su sentir, sus ideas, su crítica hacia la vida, estos modelos van desde seres mitológicos, personajes de la política, súper héroes hasta animales fusionados con elementos que parecen salir del mejor cuento jamás contado. Recuerdo un “Topón” entre dos toros en la calle Lago de Pátzcuaro más o menos a la altura de las carnitas “Don Chava”, en aquel tiempo ganaba -para nosotros los espectadores- el que mejor bailara y la banda que mejor tocara, ahora han cambiado las cosas, no en todos los casos, pero sí en su mayoría por los vicios, se han registrado casos de violencia, drogadicción y peleas entre los integrantes y comitivas de toritos diferentes que se encuentran en el camino. Deben ser varios los relevos para bailar el toro, la pesada estructura de carrizo, cartón, alambres y en algunos casos con incrustaciones de madera, es dirigida por una persona que se desplaza con ágiles movimientos verticales, horizontales y circulares que al compás de la música debe de engalanar el trabajo de meses de los que hicieron magia con la creación de esta obra de arte. Hablar de los inicios y antecedentes del torito de petate es generar controversia, polémica, herir susceptibilidades y sembrar suspicacias entre los lectores, pero lo que sí les comentaré es que, he tenido la dicha de apreciar la fabricación de los toritos en Queréndaro, Zinapécuaro, Pátzcuaro, Tarímbaro, Tuxpan, Charo y Morelia, incluyendo el gran trabajo del Maestro Armando Pinto de la Casa de la Cultura de Morelia que a lo largo de 28 años de estar al frente del taller de artes plásticas para niños, siempre tiene a bien elaborar con sus alumnos el famoso “Toro Pinto”, en todos los casos anteriores suceden dos cosas idénticas; se fomenta la asociatividad y convivencia familiar, desde la elaboración hasta los bailes del toro por las calles y la mágica emoción con la que los niños esperan estos días para apreciar el espectáculo popular.
Este evento carnavalesco marca el inicio de la cuaresma, mismo que en cada año resulta más complicado encontrar agrupaciones con todos sus personajes, recuerdo al caporal, al apache que traía ratas de juguete, -sólo en el caso de Fermín Burgos de la privada Río Colorado con una rata de verdad-, la maringuía y el caballito. Seguir el torito de una calle a otra es de las mejores experiencias que puedes experimentar, se torna emocionante cuando se detiene toda la multitud para agradar a una familia que paga alrededor de cincuenta pesos por un espectáculo de tres minutos, suenan las trompetas con la introducción de la melodía, en seguida al unísono entran el resto de los elementos de la banda de viento y comienza la algarabía del baile, seguido de una cumbia y finalizando con otro fragmento de algún son famoso.
Los cascarones, el confeti y los huevitos de broma rellenos de harina no pueden faltar en esta gran tradición, la cual debemos conservar y convertir en un espacio de convivencia familiar, dejando de lado el alcohol y apropiándonos de la identidad del evento que nos da un merecido reconocimiento nacional. Tomemos al toro por los cuernos, bailemos, cantemos, vivamos y pasemos un rato agradable de esparcimiento. Hasta el día de hoy se han inscrito 154 toritos para participar en el tradicional desfile el día sábado 10 de febrero a las 10:00 de la mañana, incluyendo el “Toro Pinto” que harán su recorrido por la majestuosa Calle Real, ahora Avenida Madero.
Manos a la obra, no en las armas.
José Zaid Mora Rangel
Nació en la ciudad de Morelia el 9 de noviembre de 1984. Estudió Administración, con Especialidad en Mercadotecnia en el Instituto Tecnológico de Morelia, terminó la Maestría en Mercadotecnia en la Universidad Interamericana para el Desarrollo, la cual forma parte de la Red de Universidades Anáhuac. Cuenta con diplomados en Periodismo Cultural, Disciplina Financiera y Planeación y Presupuesto Basado en Resultados, así como cursos en Historia del Arte, Comunicación Institucional y Sistema Interno de Información, Neuromarketing, Estrategias de PNL, Habilidades Directivas, Auditoría Forense y Ética Profesional. Ha sido ponente en el Primer Coloquio Internacional de Música celebrado en el Municipio de Tacámbaro en el mes de mayo de 2014 y conferencista en diferentes Universidades con temas relacionados al emprendimiento, integrándose a la Administración Pública Federal en el año 2010 como Coordinador de Recuperación Financiera en el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO) en la ciudad de México, posteriormente en el año 2012 se incorpora a la Casa de la Cultura de Morelia como Coordinador Administrativo de la Escuela de Iniciación Artística (INBA) sede Morelia. Así mismo en el año 2015 es nombrado Director de la Casa de la Cultura de Morelia, siendo el Director más joven que ha estado al frente de este gran referente cultural a nivel Internacional, cargo que ostentó durante un año, en el cual reactivó los “Domingos Familiares” con más de diez años de inactividad. La música y la cultura son sus pasiones, motivo por el cual fue integrante por más de veinte años del Grupo de Música Tradicional “P´urhembe”, difundiendo y conservando la música y tradiciones del pueblo indígena P´urhépecha, llevando estas manifestaciones artísticas a comunidades de los municipios de Michoacán principalmente, así como a gran parte del país y del extranjero, logrando cuatro grabaciones discográficas con diferentes agrupaciones. Fue fundador y Director de varios grupos musicales y rondallas con el firme propósito de demostrar, que la música cambia la perspectiva de los seres humanos, los hace creativos y transforma su entorno. En su búsqueda por el bien común, constituyó y creó en el año 2011 la Organización no Gubernamental “Gestiones Integrales por México A.C.” la cual dirige y preside hasta la fecha, enfocándose principalmente a contribuir en la mejora de la calidad de vida del Mexicano, apoyando en diferentes años a los municipios de Morelia, Quiroga, Zacapu, Pátzcuaro y Tzitzio, con temas encaminados a la energía renovable, ecotecnias y proyectos productivos dirigidos a personas en pobreza extrema y mujeres jefas de familia. Ha participado como Jurado en el Festival Infantil de Folklore Nacional de Michoacán, en concursos de ofrendas de diferentes Instituciones públicas y privadas, así como en el evento “Integratón 2014” CRIT Michoacán y Jurado Calificador para la Condecoración al Mérito Juvenil Morelia 2015. Como docente impartió cursos de música para niños en situación de muy alta marginación, violencia familiar y estado vulnerable, en el Municipio de Churumuco, Michoacán, así como las materias: Mezcla de Mercadotecnia y Sistemas de Información de Mercadotecnia, en el Instituto Tecnológico del Valle de Morelia. Fue Auditor en la Auditoría Superior de la Federación. Actualmente pertenece al grupo de Auditores de la Auditoría Superior de Michoacán.
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