Los presidenciables a debatir

Apenas anunciada la sucesión presidencial adelantada surgió la propuesta de debate interno entre los principales aspirantes de Morena que buscan ser, llegado el momento, quienes encabecen las tareas de coordinación de los trabajos para buscar refrendar la victoria del pasado 2018.
De hecho, algunos aspirantes- por separado- como Ricardo Monreal y el propio canciller, Marcelo Ebrard, han manifestado la necesidad de buscar espacios para debatir a través de mecanismos de participación predeterminados en el afán de que reinen las propuestas, así como la visión que tienen en mente para seguir profundizando las políticas públicas del país desde una perspectiva personal.
Con ese tipo de mecanismos- la población tendrá una mayor percepción y argumentos- para la toma de decisiones una vez que se contemple el recurso que utilizará el partido para elegir al candidato.
Pregunto: ¿a quién no le gustaría ver debatir cara a cara a Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum; o al propio canciller con el secretario de Gobierno, Adán Augusto. De entrada, me parece más interesante y atractivo el primer esquema que comenté por todo el clima que se ha generado en contra del coordinador de los Senadores de Morena.
Por ello, un tema inmediato importante es, sin duda, debatir tanto los rubros que hoy imperan en el país, así como los desafíos que enfrentará el territorio nacional a futuro. Si esto se concreta, será un buen ejercicio donde la sociedad pueda calificar quiénes realmente están a la altura de representar al país en calidad de presidente de la República sí Morena gana la elección.
A propósito, hay muchos temas que debatir y discutir que siguen siendo una prioridad para fortalecer las políticas de estado. Salvo que alguien decida no asistir- que no lo creo- por lo que representa esta gran oportunidad para demostrar de qué está hecho cada uno de los presidenciables, el debate puede darse a la brevedad.
Es una gran oportunidad y una tribuna inmejorable para poder mostrarse como son. Ojalá que cada uno de los aspirantes muestre toda su capacidad; sería una pena qué alguien salga al tradicional debate a defenderse y no a proponer. De eso depende el esquema que propongan, así como los temas que se abordarán porque ellos llegarán a ser, para la opinión pública, un factor determinante que influirá para inclinarse por alguno de ellos.
He visto debatir a Claudia Sheinbaum cuando fue candidata para jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Nos hubiera gustado ver más. Fue, sin duda, un ejercicio acartonado donde Sheinbaum salió a defender la ventaja que Morena tenía en las encuestas. A fin de cuentas, ganó por el efecto que provocó el presidente López Obrador, sin embargo, hasta ahora, nos ha demostrado ser una réplica de la narrativa del mandatario; en otras palabras, no ha madurado una personalidad propia dado que depende mucho del impulso de Palacio Nacional.
Muchos han exagerado en el potencial que aseguran tiene, al menos no lo ha demostrado cuando se le cuestiona o pregunta.
Del canciller podemos decir que tiene experiencia en este tipo de coyunturas. No he visto, al menos en lo personal, debatir al secretario de Gobierno en procesos electorales.
Y lo que la mayoría considera como un orador nato y con gran experiencia en este tipo de ejercicios democráticos es al propio Senador Ricardo Monreal.
Hace unos días- por ejemplo- mostró las habilidades que tiene para debatir. Manejó perfectamente el clima tenso que por momentos generó una minoría comandada por el titular de Bienestar en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, al que seguramente dejó sin palabras después de la cátedra que le dio. Es decir, quien llegaría con mayores expectativas, sobre todo porque ha empujado el tema al ser fundamental por el intercambio de ideas, pero también para demostrar que hay voluntad para construir la unidad, es el propio coordinador de la fracción de Senadores en la Cámara Alta.
Por ello, es necesario que se pongan de acuerdo para debatir pues los propios militantes de Morena buscan- de igual forma- que los presidenciables muestren sus propuestas de cara al proceso de transición. Definitivamente será- de concretarse- un universo de intercambio de posturas, pero también una lluvia de ideas para que la población civil se nutra y alimente de quiénes son aquellos que están políticamente aptos para manejar al país.
Si me preguntan quién es, hoy por hoy, el político más hábil y experimentado para este tipo de ejercicios diría que no hay punto de comparación: Ricardo Monreal es el presidenciable de Morena que mejor sabe manejar este esquema o ejercicio. Lo ha demostrado, incluso ante el clima adverso que se vive en la guerra sucia que no ha cesado hasta ahora.