Los padres y las familias
Se conmemora el Día del Padre, y de esta manera se mueve la economía en México; es decir, cientos de familias saldrán a diversos establecimientos a comprar: bienes, servicios o productos para obsequiar al padre; lo importante es saber que estamos conmemorando, si en general a los padres comprometidos, porque muchos de ellos, ejercen violencia dentro del constructo familiar y con ello, nuevamente se fortalece la importancia del sistema patriarcal que vivimos.
Dicho de otra manera, se festeja al hombre que no cumple con los trabajos de cuidado, crianza y labores del hogar; el mismo que tiene mandatos de masculinidad que, someten, controlan y disciplinan al cuerpo de las mujeres y en general de la familia; entiendo que muchos no son así, que bien por ellos que, construyan masculinidades positivas, por ello, insistimos que necesitamos regalar en el día del padre a muchos de éstos, procesos de deconstrucción metacognitiva, salud mental e inteligencia emocional, así como ejercicios de desaprender, para reaprender.
En este sentido, considero que es importante precisar que, no existe un concepto de padre homogéneo, incluso, de padre hegemónico; es decir, debemos de hablar de padres porque éstos son diversos, son atemporales, ahistóricos, son piezas únicas que se construyen de manera individual y de manera relacional con su entorno, con su cultura y dependerá de cada etapa arqueológica donde se pueda observar la construcción de cada unidad familiar.
Esto lo debatíamos con el grupo de estudiantes de la Maestría en Derecho de Familia, en el módulo de Derechos Humanos de la Familia, que desarrolla la Universidad Magna Americana, que está cumpliendo seis años de vida.
Durante el desarrollo de las actividades académicas de la maestría de Derecho de Familia, se han aterrizado importantes consideraciones teóricas sobre el concepto de las familias, analizando los contextos de diversidad social, cultural, sexual, lingüística, política, étnica, demográfica, en la que vivimos.
De esta manera podemos observar que las familias son construcciones económicas, sociales, culturales e incluso políticas de arreglos de convivencia entre personas con relaciones de parentesco o no, destinadas o no a la procreación (no desean tener hijos, no pueden tener hijos, son personas adultas mayores), pero que parten de un acuerdo inicial de al menos dos personas para vivir juntas, compartir espacios, ingresos y gastos, afecto y cuidado, protección, relaciones íntimas, compañía, entre otras cuestiones. No obstante, la legislación normalizó un solo modelo que ha introducido relaciones inequitativas y ha protegido incluso algunas en las cuales se ejerce violencia de distintos tipos: sexual, económica y física, sin que los receptores de las mismas puedan liberarse.
Las familias están conformadas por seres humanos y son únicas e irrepetibles, de ahí que su estructura y organización dependan de las características de las personas que las forman -la edad, el sexo, el lugar de residencia, la orientación sexual, la religión, la raza, la etnia, el ingreso, entre otras- pero también del contexto en que se ubican y de la etapa del ciclo de vida familiar por la que transitan. No obstante, nos damos cuenta que existen muchas familias que han transitado por el atender los cuidados no necesariamente de un humano, sino de seres vivos sintientes como pueden ser los animales de compañía, a los cuales en el Código Penal se les protege del maltrato animal, la pregunta es ¿forma parte del constructo de familia un animal sintiente, un animal de compañía, que sustituye la ausencia de los hijos, o en el acompañamiento de los hijos es uno más de los miembros de la familia?.
Entre las diversas reflexiones que se abordaron respecto a la diversidad de familia, su complejidad y visión crítica; María de la Luz, precisó de la importancia de ponderar el interés superior del menor, evitar la adultocracia, y reconocer el derecho al libre desarrollo de la personalidad de las infancias y adolescencia, punto crucial en el cuidado y crianza de los hijos. Para Jafat, es importante reconocer el contexto y la diversidad cultural y social en la que se desarrolla la familia, siendo fundamental pensar en el futuro de los integrantes de la misma.
Por su parte Ángel, desde la perspectiva generacional, enfatizó que no se puede idealizar la familia, por las propias contradicciones en las que viven muchas de ellas, es decir, la familia no es sinónimo de estabilidad social, económica, política, de salud, porque hoy en esta realidad se viven las crisis de diversos tipos; por lo que reconocer las diversas realidades sociales de una familia nos permite avanzar en la construcción de diseños de políticas públicas más afines a la atención de esas diversidad, más que de las homogeneidades.
Desde la perspectiva de Verónica, es importante los buenos ejemplos y prácticas familiares que se puedan desarrollar en el seno de la familia, así, se puede educar sin estereotipos o roles de género, para educar desde la casa a niños, niñas los que posteriormente harán la diferencia y los cambios que son fundamentales para transitar a otros modelos de convivencia. Se habló también de la importancia de impulsar procesos de reeducación para desaprender lo aprendido y que es patriarcal. Además, expreso que, se deben de exigir las políticas públicas a los tomadores de decisiones que visualicen las diversas familias y sus complejidades. Por su parte los jueces deben hacer cumplir con el marco normativo, sobre todo con lo que respecta a los animales de compañía, cuando existen violencia o cuando una familia se desintegra.
Por su parte Gabi, con una reflexión aguda y sensible, confirmó la importancia de continuar buscando los mecanismos para atender los conflictos previos a los divorcios, es decir mantener políticas públicas fortalecidas para impulsar la terapia familiar y otros proyectos que formen a los miembros del constructo de familia, entre otros aspectos.