Liderazgo y cultura de paz
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En algunas ocasiones, me han preguntado durante las sesiones que comparto con docentes y personal administrativo en centros escolares de los diversos niveles de educación básica, media superior y superior, así como en colonias, incluso por miembros de organizaciones de la sociedad civil, o bien, algunos paterfamilias (de Ario de Rosales, Santa Ana Maya, Pátzcuaro, Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Aquila, Coahuayana, Arteaga, Tumbiscatío, Huacana, Morelia, Maravatío y en general todos los municipios de Michoacán) cuáles serían las acciones que tendría que realizar un promotor de paz, o bien una persona que dedica tiempo a diseñar, implementar y evaluar acciones para la paz.
De inmediato reflexiono sobre la importancia de expresar que la paz se vive, se siente, es un estilo de vida, porque no es estática, sino dinámica y estará presente cada vez que realizas acciones para dialogar y resolver conflictos, para la gestión de las emociones y el pensamiento crítico, es decir, la paz se vive, no solo comprendiéndola sino generando las condiciones para facilitar diversos procesos de competencias y habilidades para la vida, entre ellas señalo algunas actividades que no son limitativas, puede haber otras de conformidad con el liderazgo que cada ente social desarrolle, no obstante, comparto algunas que tienen que ver con la promoción de principios de: respeto a los derechos humanos, libertades y dignidad humana, perspectiva de género, interculturalidad, igualdad y no discriminación, cultura para la paz: diálogo y resolución de conflictos, además de la sostenibilidad del proyecto de vida para esta generación y las próximas y de la importancia de construir espacios para el debate de las ideas donde se genere diálogo o resolución de conflicto:
Convivencia pacífica, promoviendo la fraternidad para generar bases y condiciones de una mayor participación de las subjetividades al interior de las comunas sociales, es decir, convivencia-fraternidad-participación; Tareas que faciliten procesos de comunicación ecuménicos entre diferentes formas de vida cultural que provoque la interculturalidad para el desarrollo de las estructuras sociales; Acciones que fortalezcan la igualdad entre mujeres y hombres, no como un binarismo, sino como una diversidad que genere condiciones para la inclusión de la llamada diversidad.
Promover los derechos humanos, en donde la autoridad permanentemente busque la promoción, el respeto, la protección y garantizar los derechos humanos, libertades y dignidad humana de la población; Trabajo permanente para mejorar la creación y desarrollo de conciencia medioambiental, de ecoconciencia, pero también conciencia social de los miembros de la colectividad, entre otras abordando las siguientes tareas: Sostenibilidad: Campañas de reforestación, campañas de limpieza, aprovechamiento de los recursos, manejo de los desechos sólidos; Intercambio de buenas prácticas en otros espacios; Impulsar el modelo de la ética de los cuidados en sostenibilidad; Promover talleres formativos (gestión de emociones para desestructuras la ira, envidia; construcción dialógica; deconstrucción de masculinidades hegemónicas; ética de los cuidados), informativos (urgente que la sociedad conozca de sus derechos humanos, libertades y la dignidad humana, conozca de las crisis que vivimos medioambientales) y de capacitación en materia de diversos temas (desarrollo de círculos de la paz; generar acciones de carácter comunitario para la ética de los cuidados; entre otros).
Por lo que, tenemos que generar condiciones para permanentemente preguntarnos si lo que estamos realizando tiene un sentido de unidad, de confianza, de pertenencia, de formación ética, de convivencia, fraternidad y participación, para la formación de competencias y habilidades para la vida y la paz. Destaco entre las preguntas ¿cuáles son los beneficios que podríamos tener si impulsamos acciones para el diálogo y la resolución de conflictos? ¿cuáles son los beneficios o impactos que ya tenemos derivado del fomento de la paz?, ¿qué recursos, dinámicas puedo utilizar para el fomento de la paz en mi centro de trabajo, en la escuela, incluso en el aula de clase, en el espacio donde desarrollo mis actividades laborales, centro comercial, librería, una pequeña tienda, etc.?, hablando de un centro escolar ¿en mi aula cómo puedo implementar un círculo de la paz?, ¿sería importante realizar acciones para coadyuvar a la gestión de las emociones: ira, envidia, miedo.?
En este sentido, para construcción de diálogo y resolución de conflictos, es de suma importancia aprender a relacionar las emociones con las sensaciones físicas que vivimos, por ejemplo cuando me molesto de manera súbita que puedo reaccionar y golpear y violentar verbalmente, y de inmediato existe una reacción física como el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, la tensión muscular o la inquietud corporal (me decían en Pátzcuaro en la Escuela de Hombres contra la Violencia, de donde fui director: “me tiemblan los párpados, me brincan la boca, se me seca la boca, me tiemblan las piernas, tengo aislamiento en la panza, los cachetes o las orejas se me ponen calientes, me lloran los ojos, empiezo a sudar frio, tengo palpitaciones, me falta el aire”, la pregunta es cómo ayudar a gestionar estas formas de responder a estímulos que generan violencia, ira, envidia, y otros, lo estamos haciendo en este momento.
Tener un liderazgo para la paz, no es solo de membrete, hay que iniciar viviendo las virtudes sociales, fe y esperanza de que las cosas pueden cambiar y hay tierra fértil para trabajar y mover conciencias; humildad y caridad frente a los demás para la comprensión de los valores de paz y la convivencia social, pero además la templanza y la prudencia, entre otras más. Estas acciones han sido trabajadas al lado de diversos liderazgos en Michoacán, las Huastecas en Hidalgo y Veracruz, así como en el Estado de México, Ciudad de México, en México, y a través de plataforma con la Fundación El Sol en Colombia en diferentes momentos e intervenciones de carácter internacional para América Latina y Europa y con otras entidades y organismos internacionales; desde luego con el Ministerio de Justicia del Perú.
Agradezco siempre el compromiso de las doctoras Verónica Reyes García, así como de las doctoras Rosalinda Herrera Pérez y Lidia Nosti, de la licenciada Edith Landa, así como Sergio Omar García, en el acompañamiento de la formación de liderazgos para la paz en Lázaro Cárdenas, Coahuayana, Aquila en Michoacán y en Tlalnepantla y Naucalpan de Juárez en el Estado de México.Pero igualmente, ahora en un trabajo colaborativo con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo a través de la rectora, doctora Yarabí Ávila y desde luego con sus estructuras operativas: la Coordinación General para la Igualdad de Género, Inclusión y Cultura de Paz, que dirige la MDH Martha Rocío Hernández Martínez, en acompañamiento con la maestra Erika García, y desde Multides el trabajo creativo con la doctora Andrea Farias, con el apoyo del doctor Miguel Ángel Villa, Secretario de Difusión Cultural y del Director de la Escuela Popular de Bellas Artes, el doctor Helmut Vázquez Torres, para el desarrollo de la Cumbre Mundial por la Paz “Sin agua no hay paz”, desarrollada 20 y 21 de septiembre de 2024.