Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Libros de ayer y hoy
¡No se olvida!: crimen de estado
Teresa Gil
Tardó 50 años una representación oficial, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en reconocer que los sucesos del 68 fueron “un crimen de Estado”. Ante su debacle y hundimiento, quieren recomponer algo en el abierto camino de las injusticias y reivindicar la nula respuesta que les dieron a ex líderes de aquel movimiento en octubre de 1998, utilizando formalismos jurídicos. Gobernaba Ernesto Zedillo. Los sucesos del 68, como caso emblemático de la depredación inhumana de un sistema, no hacen de lado los muchos casos, miles quizá, que se fueron arrastrando a lo largo de décadas en el país. Si se revisan bien, ninguno de ellos ha sido finiquitado con la aplicación de justicia. Lo más reciente, es el dejo oscuro de este régimen con la exoneración de delincuentes comprobados, criminales que saquearon y asesinaron durante años y ahora están libres o en vías de estarlo. En aquel 2 de octubre más reciente, de 1998, uno de lo líderes preclaros del movimiento del 68, Raúl Álvarez Garín y otros seis ex dirigentes, presentaron ante la PGR una demanda que configuraba la agresión a aquel movimiento como crimen de lesa humanidad. La definición encajaba con la tipificación de la ONU de 1945-46 y sobre todo con la definición más moderna de ese tipo de 1992, de la Comisión de Apelaciones de París: “La participación en la ejecución de un plan concertado, llevado a cabo en nombre del Estado que practica de forma sistemática una política de hegemonía ideológica”. La torpe respuesta fue que México no ha firmado los protocolos, ignorantes de que los tipos de validación permanentes, son universales; se aplican por el solo hecho de ser parte de la comunidad internacional. La nueva situación que tiene el país, la esperanza de un verdadero cambio, ha movido con fuerza a multitud de sectores en la conmemoración de aquel suceso criminal. Como nunca se avizora un despertar popular que enarbola el recuerdo de la masacre y añade, entre los miles, el caso de Ayotzinapa.
LA RAZÓN DE ESTADO EN LOS CASOS CRIMINALES.
Siempre transitan por la mente las intenciones del caso Ayotzinapa y su relación con el 68. En este existía el elemento fundamental del autoritarismo y el desprecio a los derechos humanos, que tenía la urgencia de cerrar el caso ante la inminencia de la olimpiada. La inauguración de ésta se llevó a cabo el 12 de octubre, día que ya fija el recuerdo de una invasión. En el caso de las normales, cuya destrucción seguía propósitos reiterados desde hace hace varios años, encubría la urgencia de dar un cambio drástico al sistema educativo en México comenzando con un desalojo laboral y la imposición de bases para afianzar grandes negocios privados en ese sector. La de Ayotzinapa podría ser la advertencia ominosa definitiva, para imponer ese proyecto, costara lo que costara. Era un “después de esto, quédense quietos los demás” Había elementos ya reunidos: grupos de jóvenes inconformes con la situación de abandono y pobreza de las normales y conscientes del menosprecio hacia esas escuelas, que han sido la base de la exposición de descontento en muchos sectores. Se trataba, además de jóvenes que no iban a ser detenidos con los métodos convencionales: otros, la presencia de droga en cantidades copiosas que podía ser parte concomitante de los hechos, la existencia de cárteles locales dispuestos a cooperar, gobiernos estatal y local consecuentes y manos diversas del gobierno federal con instrucciones precisas para realizar el evento. Todo se llevó plenamente planeado como lo han dicho varios analistas que enumeran uno a uno los elementos que tuvieron que ser previstos para realizar el ataque ¿Como se llevó a cabo la desaparición?, hay muchas opiniones y teorías, pero hasta el momento no se sabe donde están los 43. Por las características, también impera el crimen de lesa humanidad.
QUITAR DE TODO EL PAÍS SUS SUCIOS NOMBRES
México no olvidará, pero el nuevo gobierno debe quitar de todo el país sus sucios nombres. Nunca más sus criminales apelativos en calles, escuelas, instituciones, placas. Reproducimos de nuevo la oración de Judith Reyes (colecciones Lajas de papel 2010) para recordarnos lo que un día -un mal día-, tuvimos como presidente:
ORACIÓN (A UN GORILA)
Chango Gustavo
que estás en Los Pinos
muy respetado sea
tu nombre
Hágase tu voluntad
aquí en el D.F.
Sonora y Yucatán
Tu cuidas a Cueto
Y él a los asesinos.
No nos dejes caer en la
Insubordinación
y líbranos de los soldados
Amén.
Chango Gustavo
que estás en Los Pinos.