Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Periodistas. Es la hora de las definiciones
Como sucedió en otros países, Estados Unidos ya campea en México, para buscar regímenes a su gusto. Las intervenciones permanentes del embajador Ken Salazar con el uso de palabras poco adecuadas para un diplomático, son una señal de intromisión. Quienes se han sumado a la campaña que tienen actores beligerantes del país, saben que su definición está dada Y en eso la historia es implacable. Hay momentos en que no hay vuelta atrás. No hay que confundir los problemas internos del país que en algunos casos pueden generar molestia, con los intentos que se están viendo de los opositores, aquellos que mas han sacado la cara. Esa es una cuestión diferente y tiene un nombre. Hay dinero externo de por medio ¿Que dirá Joe Biden a la queja de AMLO sobre el uso de recursos estadounidenses en la campaña que tienen los opositores y que han expandido a otros países? No es la primera vez que gobiernos extranjeros apoyan campañas de ataques a gobiernos mexicanos. En su mayoría, la gente tiene muy clara la etapa por la que atraviesa el país. Muy pocos viven de aquella etapa similar de Lázaro Cárdenas durante la Expropiación petrolera, pero el mexicano ha sido educado con la historia de esa hazaña que cumplirá 84 años el próximo 18 de marzo. El pueblo ha conocido en épocas modernas la agresión imperialista, con proclives internos, en el Chile de Allende, la Venezuela de Chávez y de Maduro, la Bolivia de Evo y desde luego, el imparable ataque a Cuba. A la vieja frase de dominio “América para los americanos”, no se enjaretó, pero estaba imbíbito, quien iba a ser el dueño. La campaña actual contra la 4T tiene su asiento en quienes se apoyan en el gobierno vecino para lanzar ataques que se han ido ampliando en los últimos días. Siete millones de pesos semanales se han contabilizado, para pagar esas agresiones. Parte viene de organismos ligados al Departamento de Estado, del país del norte.
LAS JUSTAS DENUNCIAS DE PERIODISTAS, SON UTILIZADAS Y LAS MEZCLAN
Hay dos situaciones diferentes en el conflicto actual. Y aunque las dos se mezclan de manera utilitaria, ya varios columnistas han separado la campaña que se enfoca a la 4T para buscar un retroceso, con los graves problemas que tienen los periodistas mexicanos y otros sectores, cuyos orígenes tienen muchos enfoques. Uno es la prevalencia que han dado desde el poder, a los dueños de los medios ( 7 de junio día de la Libertad de Prensa de Miguel Alemán y décadas posteriores), otro, la poca responsabilidad que asumieron esos dueños ante los trabajadores que los proveían de noticias y uno más, el individualismo que se creó en los comunicadores, que ha impedido una organización nacional de defensa. La separación der esos dos casos la dieron los que marcharon el domingo 13 de febrero en 14 estados, con una visión clara de que si bien muchos de esos problemas tienen la cola que toca al imperio ( la demanda de drogas y periodistas agredidos que cubrían fuentes de ese tema), la mayoría se inserta en situaciones pasadas, y ha sido constante; las muertes, agresiones, los bajos salarios, la inseguridad y muchos más que han enumerado. Pero la situación y el desagrado periodístico, lo han querido meter a la fuerza en el otro asunto, en el de las amenzas a la 4T. Ciertos periodistas que han asistido a las concentraciones en la Secretaría de Gobernación, a donde han acudido incluso algunos que han sido señalados por corruptos, se suman a la propaganda a favor de Loret de Mola. Ahí es donde está la confusión, que hay que separar.
LAS DEFINICIONES PUEDEN SER TRAMPOSAS. PERO NO HAY MARCHA ATRÁS
Hay quienes se suman por ahí dando su nombre a unas luchas que se entienden si se investiga bien. Una de ellas, los grandes recursos que se está invirtiendo para llevar a cabo esta campaña y otra, las ganancias exorbitantes de quienes encabezan la campaña en nombre de otros, cuando un periodista honesto gana un promedio de quince mil pesos al mes y en casos abusivos, apenas rebasan el salario mínimo. Profesionales algunos egresados de universidades o de escuelas de periodismo. Está la trampa por una libertad que en realidad no entienden pero que restriegan a diario aunque hablan de restricción. Hay definiciones históricas a lo largo de la humanidad que costaron caro. Hubo trampas que los participantes no profundizaron. Un caso que suelo mencionar es el de los aliados, en esa toma de decisión para enfrentar a Alemania. Autores de varios países, entre ellos de Rusia, señalan que en las dos grandes guerras, mas que pensar en un loco como Hitler el problema de esas dos conflagraciones, tuvo como fondo el sistema capitalista en el primer caso en plena floración y en el segundo, cuando ya empezaba a tener sus primeros desgastes. Eso se explica claramente con la guerra que encabezó Alemania contra la URSS y que Estados Unidos, Inglaterra y Francia aprovecharon tras el triunfo de la URSS sobre Hitler, para enfocar sus baterías contra el único espacio comunista que había en el mundo. Lo que siguió después, fue una embestida permanente contra la URSS, durante la guerra fría. Los setenta y tantos países que integraron el grupo de los aliados muchos de ellos pobres, han sido posteriormente saqueados e invadidos por Reino Unido y Estados Unidos. En su libro La 2da Guerra mundial realizado a partir del ensayo político-militar del Mayor I. Zubkov (Editorial Orbe, La Habana, marzo 1977) el escritor ruso G.Deborin, se adhiere a esa idea, de la trampa que fue para muchos países la propaganda sobre los aliados, quienes quedaron frustrados al final, por el utilitarismo de los países ricos. Deborin añade además, que frente a los que se asumen vencedores, se omite a los muchos pueblos que participaron donando sus vidas, para rescatar a un mundo que estaba en peligro. Solo se habla de triunfos militares, dice el escritor, pero la verdadera definición, el compromiso, fue de los pueblos que fueron los que ganaron la guerra. Es importante destacar este punto de vista en nuestro país aunque pueda haber diferencias, porque en el entramado que se ha creado desde la oposición en torno a AMLO, debe ser el pueblo el que intervenga para frenar a los que se están abalanzando sobre un proyecto. Los problemas de los periodistas, deben de ser resueltos aparte. Las definiciones de este tipo, ya se están viendo.