Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Patos silvestres discriminados. De la piel oscura a las aves
Teresa Gil
Si la vida humana ha perdido tanto valor y lo acabamos de ver en el salvaje crimen de los dos quemados en Huitzilac, Morelos, con más razón la vida de los animales. Patos silvestres de origen asiático y gansos domésticos europeos, serán discriminados este mes de octubre, por la llegada de aves migratorias que arriban al estado de México. Al mismo tiempo que se daba a conocer el hecho criminal morelense y algunos medios publicaban los ataques enfermizos del cantante R. Kelly contra las mujeres de origen afro, a extremos que lo han llevado a un juicio condenatorio, se informaba el desplazamiento de aves mexicanas, para dar paso a aves migratorias que vienen a pasar el invierno en nuestro país. Un desalojo, pues. El caso de Morelos tiene una connotación grave, porque una población encolerizada por un supuesto robo y secuestro, detuvo y golpeó con saña a dos presuntos delincuentes hasta que la autoridad los rescató y los puso a disposición. Pero esa misma población en un acto considerado premeditado y ya sin el impulso inicial que a veces se puede entender, regresó a la cárcel más tarde donde estaban los detenidos, los sacó y los quemó públicamente. Las autoridades entre ellos el secretario de gobierno de ese estado, informaron que no habían intervenido porque era mucha la gente agresora y sus guardias corrían peligro. Los protocolos que se usan en esos casos, brillaron por su ausencia y los detenidos no solo fueron quemados, sino que las fotos terribles de como quedaron sus cuerpos, fueron expuestas en medios escritos y digitales. Una contundente respuesta del nivel al que ha llegado el ser humano contra la vida de presuntos que deberían de haber sido juzgados. Mientras se desarrolló el terrible crimen, hubo personas que tomaban imágenes con toda calma.
ANIMALES, VÍCTIMAS PERMANENTES DEL MENOSPRECIO Y AGRESIÓN HUMANOS
La aprobación el pasado mes de septiembre de una reforma a la Ley General de Salud para prohibir la utilización de animales para uso cosmético, evidencia un avance en México en un contexto en el que los animales han sido utilizados de manera permanente en experimentación. El colmo ha sido que el uso frívolo de los cosméticos, de lápiz labial, de pestañas etcétera, sea a costa de la vida de animales. La prohibición que concitó la unidad de todas los corrientes, evidencia que el tema es tan inhumano que aún sectores radicales de la derecha se sumaron a esos cambios. La situación en la que está metida en este momento la humanidad con la pandemia no es sino por la destrucción que el ser humano ha hecho de la naturaleza y el uso cruel y también destructivo de las especies. No es destrucción, sino discriminación lo que se anunció en Cuatitlán Izcalli ante la llegada de aves migratorias que vienen todos los años el mes de octubre. Para dar cabida a esas visitantes, hubo que desalojar a centenares de patos y gansos del parque Espejo de los Lirios y dejarlos en una hacienda como personajes avícolas incómodos “para que no estorben”, que tendrán que ajustarse a las circunstancias. Una organización contradictoriamente llamada Arca de Noé, ha apoyado en el desalojo. Lo triste es que se trata de patos y gansos abandonados a su vez por sus dueños a los que no le es gustó su origen asiático y europeo.
EL PATO SILVESTRE DE IBSEN Y LA METÁFORA DEL SACRIFICADO
La era actual cifra sus fechas en un personaje real o no, que dio su vida para salvar a la humanidad, según lo sostienen creyentes. De acuerdo al Nuevo Testamento, Jesús murió en la cruz. En la obra de Henrik Ibsen El pato silvestre, (Alianza Editorial, 2018) una adolescente se autoinmola para cimbrar a su familia y orillarla a la verdad y la reconciliación. En el marco de la obra de teatro del dramaturgo noruego, ella pasa buena parte en un granero donde tiene un pato silvestre herido, al que ama como una mascota. La metáfora vincula la sencillez del ave con la armonía, paciencia y afecto de la muchacha por un ser viviente, mientras su familia vive rodeada de mentiras. Con obras famosas como Casa de muñecas, Peer Gynt, Hedda Gabler entre muchas, el dramaturgo noruego nacido en 1828 y fallecido en 1906, está considerado uno de los grandes creadores del teatro al que aportó importantes recursos en su desarrollo. El pato silvestre, también llamado El pato salvaje estrenado en 1884, exhibe la hipocresía social no importa su nivel, en la que participan el verdadero beneficiario de la misma y uno de sus dependientes cercanos, un fotógrafo, que ha sido sometido por su pobreza a las veleidades y equívocos del hombre rico apellidado Werle. El hijo de éste, Gregers, descubre la verdad de esa relación, al regresar de un viaje. Desde el granero, la jovencita Hedvig escucha la verdad de su familia sometida por el rico Werle, que en realidad es su padre. Para terminar la farsa de aquella familia Hedvig se suicida. Ante un cambio que no se dio, Ibsen plantea su desaliento de que aún ante las grandes tragedias, el ser humano no cambie ¿Irá a suceder lo mismo ahora cuando pase la pandemia?