Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Gritos, sombrerazos y ¿golpes blandos?
Teresa Gil
Mucho está en la agenda en estos días, aquí y en otros confines. El tradicional Grito mexicano ha pasado por varias decisiones de acuerdo al bamboleo del virus. Ese es el que toma ahora nuestras decisiones. Los sombrerazos se captan en el mundo y se agitan para poner en el banquillo a un Estados Unidos que agudizó el terror en muchos países, contradictoriamente para combatirlo. Y el golpe blando se asoma en Argentina, igual como avanza en Venezuela y se quiere perfilar aquí, para ir minando la presencia y autoridad de gobernantes y orillarlos, como sucedió en Nicaragua, al papel que está jugando el presidente Daniel Ortega. En este último caso los débiles caen en la provocación como está pasando con Ortega, pero los fuertes se levantan y siguen adelante. Pasó con Fidel Castro, con Hugo Chávez y otros dirigentes de izquierda. En México veremos el efecto del viento juarista. Entre los sombrerazos también hay agitación en esos columnistas que ya inflados, quieren desde sus escritorios dirimir el cambio en el país. Me refiero a la polémica en torno al priísta Quirino Ordaz Coppel de Sinaloa y al panista Antonio Echevarría de Nayarit, que han sido invitados a ser parte de la administración de AMLO.,
EN TODOS LOS SEXENIOS MEXICANOS, HA HABIDO DE TODAS LAS IDEOLOGÍAS.
Hasta en los más ramplones sexenios derechistas, ha habido gente de izquierda. Y las ha habido de todos tipos, en todos los sexenios desde la fundación del PRI. En el actual gobierno también la ha habido y los que ahora se sorprenden porque se está invitando a un priísta y a un panista a figurar en la administración o son omisos o ignorantes al no analizar los nombres de muchos funcionarios de antes y actuales. En el IMSS, en la Presidencia, en la Profeco, para dar ejemplos, han estado el conservadurismo, por no decir la derecha plena. Pero incluso en todos los sectores, en la cultura por ejemplo con Sergio Meyer, desparramados muchos como funcionarios menores o trabajadores que se agarran de su plaza, sin saber que están sujetos a la ley, para enfrentar medidas o reglas. La forma permanente como se trata de ir disminuyendo el prestigio de este gobierno se ve en golpes de fake news, retahíla de meses y meses, como una forma que se usa en los golpes blandos, para ir restando credibilidad y prestigio, para hundir a un personaje y su proyecto. Ahora hay columnistas que llegan a absurdo de mencionar el saludo que AMLO le dio a la anciana madre del Chapo Guzmán, como una forma de mostrar que el proyecto es narco. Es como para morirse risa, pero esos son los sistemas que se usan, pedestres, al nivel de sus categorías.
PERSEGUIDOS EN NICARAGUA Y EL PERMANENTE ATAQUE AL FSLN
Algunos de los que se mencionan como perseguidos en la crisis que vive Nicaragua, estuvieron dentro o cerca del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que hizo la Revolución en 1979 y expulsó a la dinastía Somoza que había asolado al país desde los años treinta. En este momento se han convertido en enemigos, pero con ellos, hay gente que no estuvo nunca de acuerdo con los sandinistas y fueron permanentes opositores, aunque en determinado momento estuvieron en puestos y tuvieron cierta cercanía, como es el caso de la familia Chamorro. Entre ellos también está el escritor Sergio Ramírez, enemigo jurado de los dirigentes de izquierda que gobiernan en el continente y eso se puede leer en sus artículos, que en su momento utilizó el apoyo del FSLN. Ahora son enemigos jurados ante la postura dictatorial que se critica a Daniel Ortega que en muchos sentidos ellos impulsaron con sus ataques y que ha llegado a extremos que las agencias gringas señalan a diario. Estas omiten, no obstante, la insistencia represiva de Estados Unidos a través de la contra que costó miles de muertos y su presencia aún en ese país a través del derechismo que anhela el pasado somocista. Esa devastación que le echaron en contra al FSLN, que fue minando su fuerza con las décadas, es un ensañamiento, una especie de golpe blando como el que se ensaña contra Nicolás Maduro en Venezuela, a fuerza de libelos, de defenestración con denuncias en el extranjero y una lenta depreciación que se expresa ahora en el gobierno de Ortega, Este cayó en la provocación y dio una respuesta autoritaria. En su libro La Cía sin máscara (Editorial Progreso 1988, editado en Moscú), el periodista Fiódor Serguéev detalla todas las formas como Estados Unidos ha usado la mentira y a ciudadanos locales, para desacreditar gobiernos y justificar su desalojo, e invasión del país. Lo ha hecho muchas veces uno de ellos en Granada en la década de los ochenta y en Chile a través de un militar golpista como Pinochet. Ese sistema ha proliferado en muchas partes del mundo y lo usan abiertamente los medios de comunicación y ahora en este tiempo, en las redes, a través de las fake news. Las elecciones recientes en Argentina en las que se posicionaron algunos distritos de la oposición, advierten del permanente enfrentamiento con el gobierno de Alberto Fernández, y que ha ido surtiendo efectos. Calumnia que algo queda, dice el dicho y los países en los que gobiernan personas de izquierda o progresistas son el natural blanco del derechismo y el fascismo, estimulado desde afuera.