Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
México, de país chatarra a país de vida
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Llevar a cabo la deschatarrización en el país, va a estar pelón. La chatarra se ve por todos lados. Con la que fueron dejando los años, tendría que eliminarse lo que queda del viejo sistema sobre todo de un INE abusivo que exhibe su falso poderío con el aumento de un 37 por ciento de dinero tirado para los partidos. Chatarra también de periodistas que huyen al extranjero para golpear impunemente escudados en la lejanía, de funcionarios bocones y de todo lo que podría considerarse chatarra, si la definición embonara con la acepción que se usa. Y en efecto, la palabra chatarra se apunta según los diccionarios a los desechos de los metales que suelen reciclarse para darles utilidad. No mencionan ningún símil. Adaptar la definición a la comida sin nutrientes, tiene sus bemoles, además, porque los desechos son eso, desechos, y la comida chatarra no lo es. Viene a ser en todo caso, una comida no útil para el cuerpo incluso nociva, pero no es un desecho. Está hecha en algunas ocasiones, con los más caros ingredientes, los pasteles por ejemplo, y suele ser más gravosa que una comida común realmente nutritiva. La corrección en todo caso es irrelevante, si la comida chatarra ya tomó carta de naturalización, por desgracia, no solo en su definición.
LA MEDIDA ANTICHATARRA SE QUEDA CORTA. DEBE GENERALIZARSE A ADULTOS.
Muy loable ha sido visto el que el congreso oaxaqueño haya legislado la prohibición de que niños y adolescentes puedan acceder a la comida chatarra. En cierta medida se limita sobre todo a los escolares a comprar en sus escuelas lo que está prohibido, pero ésto, por lo general en pequeños refrescos y paquetes de botana, accesibles a lo que pueden llevar de dinero los escolares, es solo uno de los problemas. Los verdaderos compradores de refrescos azucarados y botanas grasosas son los adultos. No pasa una semana sin que una gran empresa ponga ofertas. Y estos productos se llevan a las casas y los niños también los consumen. En Oaxaca se ha eliminado solo una parte del problema. Algunos nutriólogos plantean ahondar el asunto siguiendo de cerca la costumbre generalizada que estimula el consumo del dulce y cuando se cambian los refrescos por aguas frescas, advierten que el problema continúa si a estas aguas se les añade azúcar. Algo que no se toma en cuenta es que en los refrescos con gas, éste causa problemas gástricos.
CHANTAJE DE LAS EMPRESAS CHATARRERAS UTILIZANDO AL TRABAJADOR
El argumento que dieron de inmediato las empresas que venden esos productos, de la Canacintra, de la Coparmex y similares, es que se afectará a toda una planta laboral que vive de su distribución y venta, incluso el caso de las pequeñas tiendas tan golpeadas en este tiempo, que dejarán de percibir ingresos por algo que es tan demandado. Los problemas de salud se hacen a un lado ante el laboral, cuando podrían. desde hace tiempo, haber cambiado el enfoque de sus productos y hacerlos nutritivos. La obesidad en México está catalogada por la OCDE como la segunda en el mundo, pero no es creíble porque muchos países sostienen en su interior ser los más obesos. En México la obesidad y el sobrepeso se expresan en el 45 por ciento en hombres y el 43 por ciento en mujeres. Los efectos de ese problema que se viene arrastrando desde hace décadas, se han exhibido en los resultados del Covid-19. Buena parte de las víctimas están en esa situación y se calcula, que al menos 75 por ciento de los habitantes, rebasan el límite de su peso. Organismos especializados en el problema de la obesidad, como las empresas Wellness, no se limitan a los refrescos azucarados y a las botanas, incluyen como alimentos chatarra, pizza, chocolate, galletas, helados, hamburguesas, refresco, pastel, queso y papas fritas. Fuera del chocolate cuya estructura ha sido alterada por las empresas con el añadido del azúcar y es un alimento nutritivo sin ella, y por otra parte el queso que también es nutritivo, la lista puede funcionar en muchos casos como alimento chatarra.
LO DULCE, ADICIÓN ENFERMIZA COMO DROGA QUE VIENE DE ATRÁS EN EL PAÍS
La s campañas contra los refrescos azucarados no son contra el azúcar, ingrediente fundamental para muchas industrias que la usan en forma adecuada y medida. Es contra el consumo indiscriminado que según expertos causa adición y produce efectos similares al de la cocaína en el cerebro. Es parte de la gula porque el consumo de lo dulce crea adición e invita a seguir consumiendo. La gula es uno de los llamados siete pecados capitales mencionados por la Biblia y se define como el consumo ilimitado de alimentos sin que se alcance la llenura. En algunas culturas como la babilónica la diosa Gula era por el contrario, diosa de la sanación. Lo dulce ha estado presente en las costumbres de festividades mexicanas, una de ellas la pastorela que se celebra en las fiestas navideñas. En su desarrollo se llenaban y llenan las piñatas de dulces de todo tipo. En ese género hay una pastorela zacatecana de 1850 llamada de Los Siete vicios ( Pastorela Mexicana Origen y Evolución SEP Cultura, 1984), que fue modernizada por varios autores, en la que la Gula se pone a disposición de Lucifer para ofrecer sus servicios. El demonio que en una extraña representación es el personaje principal y suele aludir a dios constantemente, le responde a la Gula:
Tu Gula, te vas con Celio
muy pronto y sin dilación
infundiéndole mucho tedio
y de hambriento hazlo glotón
hazle saber que el ayuno
a su cuerpo debilita
y que la salud le quita
poniéndole moribundo.