Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Los golpes de Vargas Llosa más duros que el que le dio a Gabo
El golpe que le dio Mario Vargas Llosa a Gabriel García Márquez el 12 de febrero de 1976 y que pudo ser mortal, no es el más fuerte que ha dado. Periódicamente sale con la fuerza que le han creado su intelecto y los premios que ha ganado, para señalar con su dedo flamígero, a los gobiernos que según su concepción de ultraderecha, son peligrosos o van directo a la dictadura. Son prolegómenos de golpes que llevan destinatario. El debe de saber mucho de dictadura porque la ejerce a partir de esa supremacía intelectual ganada formalmente en organismos de gran peso, pero que paradójicamente lo convierte en pobre ariete de los que están a la espectativa. A los priístas les señaló la suya como la dictadura perfecta y de hecho con esa frase los elogió, porque de ella se desprendía que eran dictatoriales quedito, bien enfocados, con la calma de los sepulcros en el país y el número de pobres aumentando a raudales. Lo que resulta más preocupante es el análisis que ha hecho varias veces sobre Venezuela al señalar que lo que el llama dictadura en Maduro, “durará poco” ¿Por que lo dice?, ¿que es lo que sabe', ¿que informes ha dado y tiene de sus mandantes?
¿QUIEN PATROCINA A VARGAS LLOSA Y PARA QUE?, PREGUNTA FEDERICO ARREOLA
En su columna del 30 de noviembre, el director de la red SDP Federico Arreola, pregunta sorprendido quien paga los desplazamientos por el mundo del peruano-español Vargas Llosa. Llama mucho la atención el activismo del premio Nobel 2010, si se conocen la prendas que lo cubren ideológicamente. Por todos lados se da el lujo de juzgar a los gobiernos que no coinciden con él en su ideología, -con Evo se metía no solo en su gobierno, sino en su condición de indígena: La Lucha de Hitler, renovada-, y ahora llama populista a un gobierno que según él va a la dictadura, en México. Eso no impide que visite al país como Pedro por su casa, que acepte los honores que le rinden -ahora en la Fil 2019 y hace unos meses en otro acto en Jalisco -, y se lleve cinco millones de pesos por el primer premio “Carlos Fuentes” entregado por la UNAM. Ajonjolí de todos los moles en contra de la izquierda, se desplaza constantemente por el mundo en su afán ¿encubierto? de galán muy maduro, ahora liado a una “gran amoureuse” como la filipina-española Isabel Preysler, quen ya expresa en las fotos cierto aburrimiento. Mientras baila y hace modales de adolescente involucionado en los países a donde va, da el espectáculo y aprovecha cualquier descuido para poner el sello a sus gobiernos. No es nuevo, Estados Unidos utiliza a personajes famosos y carismáticos para sus fines lentos de descalificación. Se sostiene que es el papel que desempeñó por muchos años el famoso actor -entre muchos-, William Holden, quien murió misteriosamente en 1981.
¿GOLPEÓ A GABO POR CELOS O POR CUESTIONES IDEOLÓGICAS?
El periodismo llamado serio exhibe su verdadera catadura de prensa rosa-amarillista cuando hay un tema de chisme universal. El golpe que le dio Vargas Llosa a Gabo, se ha publicado y discutido per sécula y se le ha dado todo tipo de interpretaciones. El entonces solo peruano le dio tremendo golpe al colombiano -premio Nobel 1982-, en el vestíbulo de Bellas Artes, cuando éste llegó, eufórico, a saludarlo. Gabo cayó aparatosamente con la cara llena de sangre, pero pudo haber sido un golpe mortal, si se pega fuerte en la cabeza. Hay que tomar en cuenta que quien lo golpeó fue boxeador en su juventud y actuaba con la ventaja de su técnica y la sorpresa. Hay normas universales que prohíben a una persona entrenada en el boxeo, pelear con una sin entrenamiento y mucho menos golpearla. Puede ser un delito con agravantes. El asunto, que podría cambiar el título del famoso libro de Gabo, Crónica de una muerte anunciada (Bruguera 1981) por el de Crónica de un golpe no anunciado, quedó en un pacto de caballeros para no decir nada al respecto. Un chisme pueril entre dos grandes escritores, por los presuntos celos de Vargas Llosa, pero que para analistas más profundos no fue sino el odio expresado contra García Márquez por su posiciones progresistas y su apoyo permanente a Cuba.