Libros de ayer y hoy
Teresa Gil
Todos los casos electorales oscuros, como ahora el de Jaime Rodríguez El Bronco, llevan a Felipe Calderón y más allá a Carlos Salinas de Gortari. No cabe duda que la mano, manus en latín, desparramada en multitud de definiciones sigue siendo el instrumento de poder como lo llamaban los romanos. Por eso, cortar las manos así sea metafóricamente, es cercenar ese poder y lo que dejó atrás, el uso mal habido. Si meter las manos ya es involucrarse, habrá que ver cual es el efecto de esta acción y en el caso electoral en México, a cuantos alcanza. De acuerdo a los delitos electorales vale la pena investigar el lapso de castigos para ver la prescripción, porque estaríamos en posibilidades de llegar a 1988 cuando se produjo presuntamente, el gran fraude de la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas de parte de Salinas de Gortari. Y desde luego al caso más cercano de Calderón de 2006, con todas las caudas que quedan en los estados. Retrotraerse a todos los delitos electorales cometidos, sería distraer el ejercicio actual de un poder, como lo señaló en algunos momentos sobre todos los delitos, el presidente AMLO, pero cabe aclarar que en muchas épocas el PRI no necesitó hacer fraudes: era dueño del país, de un partido omnímodo y de la voluntad popular. Aunque hay por ahí algunos casos que fueron considerados necesarios. En la transición con Miguel Alemán, en 1952, entre otros.
LUCHA DENODADA PARA CORTAR LA MANUS EN EL AYER ROMANO Y...AHORA
Si se revisa el derecho romano, se verá todo el esfuerzo que hacían los afectados para librarse de la poderosa manus que era utilizada por los patriarcas. Esa lucha creó toda una estructura jurídica que aún se ventila en muchas leyes. La manumisión surgió de esas luchas, y floreció en la época esclavista aún en tiempos del siglo XIX cuando Abraham Lincoln la aplica a los esclavos en 1862, pero esa manumisión que él aplicó con el término emancipación, no ha llegado totalmente a la población negra sujeta a otro tipo de esclavitud a partir de la discriminación. Y en el caso de las mujeres, tampoco. La manus romana que extendía su poder total sobre las mujeres al convertirlas en seres dependientes e inferiores, aún se ve por ahí en los matrimonios actuales, el apellido del marido que algunas suelen ponerse como símbolo de propiedad y la incorporación de la esposa a la familia del marido a través de esa cesión. Y cosas peores. Los esposos Smith y los esposos López, se ramifican por ahí, todavía.
LA MANO PODEROSA ESTÁ EN TODAS PARTES, POR ESO HAY QUE CORTARLA
Las propuestas en torno a las manos que hay que cortar a los que delinquen, hecha en sentido estricto por El Bronco, le estás alcanzando ahora al ex gobernador “independiente” de Nuevo León, aunque sea a través de la metáfora de la cárcel. Samuelito García anda de justiciero, pero él también tiene que cuidarse. Sacar a un niño minusválido de un centro de apoyo para darse humos paternales, puede alcanzarlo en su momento igual que a su señora, llamada todavía primera dama en esos entornos, que suele mostrar las artes de la manus en la cuestiones más pueriles. Lo que está pasando con los políticos indiciados, ente ellos el ya en franca huida gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, el fugado Ricardo Anaya y otros que anduvieron muy giritos, lo veremos en fechas cercanas y no precisamente en forma de manumisión. Las manos, tan necesarias, en casos mencionados pueden estar ausentes algún día, con otros efectos, de otra manera, para lamentarlo. Recordaré al Flaco de oro:
POBRE DE MI
Sol de mi vida, luz de mis ojos,
siente mis manos como acarician
tu tersa piel.
Mis pobres manos
alas quebradas,
crucificadas, crucificadas,
bajo tus pies.