Libros de ayer y hoy
El agua se aleja, ¿Moriremos de sed?
Ya está aquí y solo un esfuerzo sobrehumano puede salvarnos. La escasez de agua se empieza a sentir en buena parte de México y en muchas partes del mundo. En algunas hace años que ese problema se instaló. Lo paradójico en nuestro país, es que mientras millones padecen de escasez de agua, las empresas privadas que utilizan agua en sus productos, viven a sus anchas con líquido de sobra. Algún contrato o ley de sexenios pasados, los dejó a salvo, en contra del principio de que el líquido vital no puede ser sujeto de concesiones. Se cree que la guerra más cruenta de todas, será la del agua. De hecho ya en Medio Oriente se libran batallas por el líquido y uno de los países involucrados es Yemen, al primero que mandó bombardear Trump a los tres días de su toma de posesión el 20 de enero de 2017. La Ciudad de México con más de nueve millones 200 mil de habitantes, el segundo lugar más poblado del país según INEGI, puede estar al borde del colapso. Las advertencias diarias - algunas de expertos de la UNAM- así lo evidencian. La lucha para impedir que el agua pase a control privado es permanente, pero la amenaza está latente. Como se dijo, el control privado ya es amplio. Los problemas con el agua son cotidianos. En Xochimilco la sobre explotación del líquido se manifiesta a veces en resquebrajaduras y hoyancos en la zona del lago. El conflicto está, además, en la falta de equidad; se horadan calles para abrirles cauces mayores a las constructoras, mientras varias alcaldías, se surten de pipas de agua. Esa falta de equidad en la distribución, se da en buena parte el país y una etnia que ha dado una batalla para evitar que sus acuíferos sean filtrados a otras ciudades, es la región yaqui de Sonora.
LA SEQUÍA TIENDE A GENERALIZARSE EN LOS PAÍSES POBRES
En un largo documento de 2011, que se actualiza a la par que la escasez del agua se agudiza, SEMARNAT y CONAGUA, puntualizaron promedios de 68 por ciento del agua del país, para la zona sur y solo el 32 para el centro y el norte. Se hacen los parangones además, con el PIB, ya que mientras esas últimas regiones aportan el 70 por ciento de ese producto, el primero solo aporta el 21 por ciento. La misma falla distributiva se da en el mundo. Los expertos sostienen que al contrario de lo que se dice que falta el agua, ésta existe en abundancia, pero 97 por ciento es salada. Del 3 por ciento restante solo es aprovechable el uno por ciento ya que el resto está congelado. Pero ese uno por ciento está mal distribuido. Siempre se ha puesto como ejemplo a Asia que concentra el 60 por ciento de la población mundial y solo tiene el 36 por ciento del total del agua. En tanto, América Latina concentra el 26 del agua total para un 6 por ciento de la población que tiene. Un ejemplo es la cuenca del Amazonas que concentra el 15 por ciento del fluido que existe en el mundo. Ante esa disparidad, mil millones viven en zonas de escasez de agua. Además de la escasez está la contaminación que se produce por dicha falta. . La OMS señala que mil 700 millones carecen de agua potable y ello favorece muchos tipos de enfermedades que podrían evitarse con aguas limpias. El cambio climático ha generado además, una enorme evaporación. Ante ese fenómeno, la OCDE sostiene que los países desarrollados han instalado en un 70 por ciento sistemas de almacenamiento, en tanto que los no desarrollados solo lo han hecho en el 20 por ciento. El drama terrible del agua que ya está presente, avizora para el mundo, si no se remedia a tiempo, una masiva muerte por agua.
MUERTE POR AGUA, EN LA METÁFORA DE LA TRAGEDIA Y EL DRAMA
Un título que contradice la sequía. Kenzaburo Oe, el escritor japonés fallecido el año anterior, premio Nobel 1994, no le plagió el título a la escritora cubana ya fallecida Julieta Campos, porque a lo mejor no supo quien era. Pero su libro Muerte por agua (Seix Barral 2014), se llama igual que el libro de Campos que fue publicado por primera vez en 1965 por el Fondo de Cultura Económica. Kenzaburo publicó más de 20 novelas, cuentos y ensayos y una de sus últimas obras fue, al parecer, una alusión a Poe, La bella Annabel Lee ( Seix Barral, noviembre 2016). El libro que nos ocupa es acerca de un viaje de investigación que el alter ego del escritor, Kogito Choko, inicia para descubrir por qué murió ahogado aquel familiar tan querido. En cuanto al libro de Julieta Campos, quien fue la esposa del ex gobernador de Tabasco Enrique González Pedrero también ya fallecido, lo leí hace muchas décadas cuando recién salió. Ella hizo otras dos ediciones en 1973 y en 1978, con el mismo título, Muerte por agua, el que sorpresivamente fue cambiado en otra edición de 1997, por el titulo Reunión de familia. O sea que Kenzaburo se quedó solo con el título. El de la escritora es un reiterativo intercambio entre tres personas, una pareja y la madre de la mujer, que vive con ellos y hay un significativo y tranquilo estanque que convulsiona los sueños de la más joven, mientras su mente se va extraviando. Muerte por agua, la de la humanidad será muerte por falta de agua.