Libros de ayer y hoy
Mussolini aparece y la derecha coquetea con él, en México
Teresa Gil
Los extremos que vive el mundo dieron su más claro ejemplo este fin de semana, cuando Cuba rompió los tabúes que la amordazaban a un pasado conservador, y al mismo tiempo Italia apoyaba a una neofascista que amenaza con erradicar en su país, todos los avances que los cubanos tratan de hacer suyos. No es raro ver esas contradicciones, porque en México los hemos vivido a menudo, pero se han acentuado desde que tomó el poder la 4T, frente a una derecha que se configuró en calles y protestas y en los últimos tiempos llamó en auxilio a la ultraderecha española a partir de Vox, que también enseña la oreja de la contradicción, frente a una izquierda que da la lucha con dificultades. La reacción de los países de la Unión Europea (UE) que no vacilaron en dar su apoyo a Estados Unidos para encauzar una guerra, fue de preocupación ante los hechos con el triunfo de Georgia Meloni de Hermanos de Italia, cuando todas sus actitudes son añadidas a un desemboque similar ¿Que cara pueden tener para hablar de defensa a la democracia, cuando ellos mismos están atizando la guerra invasiva de un imperio? Algunos países, como Suecia, Hungría y la papal Polonia, fueron los primeros en aplaudir la llegada de Meloni.
Con Dios, patria y familia, símbolos equívocos del fascismo
Con solo atravesar el río Tíber, y salir de Roma, se toma la avenida de la Conciliazione, para desembocar en la Plaza de San Pedro, el lugar que concentra no tan escondidos, los ideales de Benito Mussolini. Si bien hay cierta resistencia en altos religiosos que ponen freno a los desmanes fascistoides de algunos cardenales. Esa es la sede que contempla Meloni cuando se refiere a su lema, Un dios, la patria y la familia conceptos que se acuñan en esa breve pero influyente ciudad del Vaticano. Mirando hacia donde se han diversificado los poderes italianos a partir hace tiempo de una monarquía, la iglesia católica extiende su influencia y controla con su creencia, a parte de los personajes de esa política. Una de las luchas permanentes de esa creencia, contra la homosexualidad y el matrimonio igualitario, a los que Cuba les ha abierto espacio, ahora serán los que ha dicho Meloni que enfrentará. Todo lo que se refiere a la apertura que ha lanzado la democracia al mundo, se desecha en su programa de gobierno. En todos los países del mundo hay una derecha al acecho que espera cualquier descuido para dar el brinco. Lo vimos en Bolivia con un golpe de estado, en Venezuela con una oposición violenta aliada a Estados Unidos, con una derecha en Argentina, soliviantada, con un Uruguay y un Ecuador que se bambolean y un Brasil asido a un neofascista que puja para enfrentar la apertura que ofrece Lula.
Mussoloni en la contradicción de llamarse Benito
Benito Almicare, Andrea Mussolini, siempre se sintió orgulloso de que sus padres admiradores del mexicano Benito Juárez, le pusieran su nombre. Nació en 1883 y a muy temprana edad traicionó todos los principios del nombre que heredó, de aquel que proclamaba que “Que entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Expulsado por sus comportamientos que no coincidían con el partido socialista, Mussolini inició una etapa de extremismo que se expresó en la presidencia del Consejo de Ministros Reales de Italia desde 1922 a 1943, cuando se convirtió en el Duce del país hasta abril de 1945. En el Consejo de hecho absorbió todo el poder autoritario de Italia avalado por un débil rey Víctor Manuel III que dobló las manos ante sus decisiones. Montado ya en el fascismo en el Partido Nacional Fascista, con todos los conceptos que definen a esa corriente, totalitarismo, prevalencia del estado sobre los individuos, desprecio mortal a los opositores, etcétera, abrió la puerta a su cercanía con Hitler. Pero se sostiene que pese a su fuerza en Italia, fue un elemento inferior a Hitler. Hay que considerar que el verdadero protagonista de las terribles consecuencias de la Segunda Guerra Mundial auxiliado por personajes como Mussolini, fue Hitler. Poco antes de que éste se suicidara junto con su amante Eva Braun, Mussolini fue aprehendido cuando en urgente huida acompañado de su amante Clara Petacci, y otros cercanos, salía de Roma. Todos fueron eliminados por el pueblo y exhibidos colgados en la plaza San Loreto de Milán. Hay una imagen tomada de ese hecho que causa terror y repulsión.