Libre expresión/Carlos Alberto Monge Montaño
LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
Simulación…
“La política es como las matemáticas: todo aquello que no es totalmente correcto, está mal”… Edward Kennedy (1932 - 2009). Político estadounidense.
La precampaña presidencial que se desarrolló del 14 de diciembre del 2017 al 11 de febrero del presente año, no fue más que un ejercicio de burda simulación que obliga al pesimismo.
Quedó claro que los suspirantes a Los Pinos hicieron campañas dirigidas a toda la población y no sólo a los militantes de sus partidos y sus contradictorias coaliciones. Resultó un tiempo donde en lugar de propuestas lo que prevaleció fue el insulto y sacarse los trapos al sol.
Lo peor de todo, es que cada vez que los “precandidatos” y sus líderes partidistas argumentaron en contra del oponente, regularmente tuvieron razón, así que menudo problema tiene el ciudadano que deberá elegir al menos malo, entre tan lamentables propuestas, como ellos mismos lo dejaron claro.
La vergonzosa simulación dejó también en evidencia a unas autoridades electorales incapaces de hacer valer la ley, así que pese a que no hubo contrincantes, en ninguno de los partidos y/o coaliciones, no se tuvo el menor escrúpulo para permitir que Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés, empezaran desde el pasado 14 de diciembre, su campaña proselitista y que tiene una pausa de 46 días, a partir del pasado 11 de febrero.
En medio de la simulación y pese a que eran evidentemente innecesarias desde el aspecto formal y legal las precampañas, los mexicanos tuvimos que soportar casi 18 millones de spots, de los cuales más de 11 millones 180 mil fueron de partidos políticos y 6 millones 735 mil de autoridades electorales.
Y aunque se supone que estamos en un periodo de calma y reflexión, del 12 de febrero al 29 de marzo, autoridades y partidos seguirán usando 48 minutos diarios en tres mil 111 empresas de televisión y/o radio, que se traducirán en 196 impactos de 30 segundos, todos los días y en cada empresa.
Además, a partir de 30 de marzo, la distribución de los tiempos oficiales en radio y televisión se vuelve a ajustar para que los partidos y sus candidatos se repartan 41 minutos diarios en cada una de todas las televisoras y radiodifusoras, mientras las autoridades electorales dispondrán de 7 minutos cada día.
En medio de semejante despilfarro de recursos, vale tener en cuenta que en la campaña presidencial del 2012 se transmitieron unos 44 millones de spots y en esta ocasión la cifra rebasará los 55 millones de impactos.
La simulación no termina con unas pre campañas que no debieron ser, abarca también la deficiente fiscalización de los recursos, donde los tres candidatos presidenciales y los partidos que los postulan, presumen de respetar los topes de gastos de campañas, en medio de evidentes trampas donde los costos que se reportan de espectaculares y organización de mítines, distan mucho de la realidad, mientras que otros gastos como los invertidos en acarreados e incentivos, por citar un par de ejemplos, son temas vedados y prácticamente imposibles de auditar por los órganos electorales, ya sea por deficiencias o complicidad.
Esta simulación arroja, hasta el 28 de enero del presente año, que los precandidatos presidenciales registraron en la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, operaciones que suman:
Ingresos Gastos Diferencia en Pasivos
- José Antonio Meade: $ 5,307,341.55 $ 8,797,274.96 $ 3,489,933.41
- Ricardo Anaya: $ 2,513,525.84 $ 9,720,992.60 $ 7,207,466.82
- Andrés Manuel López: $ 2,915,660.54 $ 2,915,660.54 $ 0
Vale recordar que el tope de pre campaña establecido para cada precandidato es de 67 millones 222 mil 417 pesos, así que en el marco de simulación de la partidocracia y sus cómodas autoridades electorales, seguramente no habrá mayor conflicto para que los tres suspirantes con aval partidista, puedan continuar sus campañas proselitistas a partir del próximo 30 de marzo.
Bajo semejante escenario, realmente resulta complicado ser optimista, está claro que las opciones que tenemos gustan de participar de la simulación y las acusaciones que se hacen mutuamente parecen reunir elementos de veracidad que complicarán decidir, cuál es el menos malo.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.