Libre Expresión…/Carlos Alberto Monge Montaño
16 de septiembre de 2020.
Libre Expresión…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
¡Que siga la función!
“No hay que olvidar el maravilloso poder del teatro, su efecto inmediato sobre el espectador. No existe instrumento mejor de propaganda”. Émile Zola (1840 – 1902) Escritor francés.
Terminó el acto denominado Rifa del avión presidencial pero ya está listo el que sigue, la consulta para enjuiciar a los ex presidentes de México. Indudablemente, se trata de un circo propagandístico montado desde el Palacio Nacional en busca de mantener y ganar adeptos rumbo a los comicios del 2021.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comprometió orgulloso que las utilidades de la rifa se invertirían en la compra de equipos médicos para hospitales; debían venderse el total de los 6 millones de cachitos de 500 pesos cada uno, para lograr una utilidad de mil millones, considerando que se repartirán 2 mil millones de pesos en 100 premios. El último informe de la venta de cachitos que hizo el director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto, el pasado 14 de septiembre, no alcanzaba ni el 70% del total.
Un rotundo fracaso en el objetivo público, los hospitales que puedan obtener algún equipo médico, será porque la suerte les favoreció, porque tenían un cachito de los premiados con 20 millones de pesos, que el Gobierno Federal les regaló, tras invertir unos mil millones de pesos, producto de los decomisos de la Fiscalía General de la República.
Indudable fracaso de López Obrador, ni comprometiendo la compra de 3 millones de cachitos con empresarios, ni invirtiendo dinero público en la compra, ni pidiéndole a los legisladores y autoridades de todos los niveles y emanados de Morena, lograron vender el ciento por ciento de los boletos. Las pérdidas podrían superar los mil millones de pesos.
Tampoco los millones de seguidores que presume el Ejecutivo Federal se decidieron a comprar su chachito, seguramente también se percataron de que se trataba de una ocurrencia que lo que buscaba realmente, es tener un símbolo de propaganda, que, por cierto, lo mantiene atrapado en el pasado.
Menuda desfachatez de la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, al comparar semejante ocurrencia con la expropiación petrolera. Ufana, al inaugurar el desarrollo de la rifa destacó que se trataba de “un hecho similar a lo vivido en los 30, cuando la gente acudía a dar sus gallinas, sus argollas de matrimonio para hacer la transformación”. Vaya cinismo.
Y, sin embargo, el habitante de Palacio Nacional celebra, porque más allá del rotundo fracaso financiero le queda el gozo de su fetiche propagandístico, la lucha contra la corrupción, que por cierto, se niega a ver en sus colaboradores y hasta en acciones que él mismo encabeza, como su rifa.
En fin, terminó un acto más del circo mediático presidencial, a la par que se escuchó la tercera llamada para el que sigue, la consulta para preguntarle a los mexicanos si quieren enjuiciar a los ex presidentes de México. Situación que realizará López Obrador, aunque no esté de acuerdo. Una contradicción más, se le olvidó cuántas veces lo comprometió en sus campañas proselitistas.
Podría evitar tanto circo y simplemente hacer su trabajo, cumplir sus promesas y procurar la rendición de cuentas. Evidentemente no lo hace así, porque perdería un símbolo de propaganda electorera.
Ni hablar, en marcha otro distractor para evitar hablar de lo realmente importante, las crisis de salud, inseguridad y económicas. Para colmo, semejantes distractores se dan en torno al mes patrio.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.