Libre expresión.../Carlos Alberto Monge Montaño
LIBRE EXPRESIÓN…
¡Buen trabajo!
“Llegar a una meta es el punto de partida hacia otra”. John Dewey (1859 – 1952) Filósofo y educador estadounidense.
En medio de las dificultades que enfrenta Michoacán, el pasado fin de semana ha sido una excelente noticia, gracias preponderantemente a la tradición milenaria que conservan las comunidades indígenas de la ribera del Lago de Pátzcuaro, pero también, al trabajo coordinado de autoridades federales, estatales y municipales, para atraer visitantes.
Después del terrible atentado del 15 de septiembre del 2008, el turismo estatal prácticamente tocó fondo. Pese a las maravillas que guarda Michoacán en cuanto a naturaleza, cultura, tradiciones, ciudades coloniales y diversidad gastronómica, el temor obstaculizó el desarrollo de la industria de las chimeneas, como también se le conoce.
Pese a todo eso, la recuperación de visitantes ha sido constante y paulatina. Pero el pasado fin de semana resultó sorprendente, independientemente de las cifras. Las plazas, jardines, calles y en especial, los panteones de las comunidades purépechas se llenaron de visitantes que sorprendidos se enamoraban de Pátzcuaro, Santa Fe de la Laguna, Uruapan, Zirahuén, Tzintzuntzan y Morelia, entre muchas otras comunidades.
Resultó satisfactorio ver que por lo menos en materia turística, Michoacán se ha recuperado, pese a bloqueos carreteros, constantes manifestaciones, calles destrozadas por los baches y la mejorada pero aún lamentable percepción de inseguridad.
Esta vez pudo más la belleza de una tradición milenaria e incluso, la hermosa descripción que hizo la película “Coco” de nuestra manifestación de amor y respeto a los que se nos adelantaron en el viaje sin retorno, para que más personas quisieran vivir una fría, mística, colorida y aromatizada Noche de Muertos.
Los resultados que presumieron las autoridades en materia de turismo y que avalaron las asociaciones de hoteleros, restauranteros y guías de turistas, señalan que arribaron más de 256 mil personas, un 22.5 por ciento más, en comparación con el 2017; quienes dejaron una derrama económica superior a los 223 millones de pesos, misma que creció un 25.7 por ciento, en relación al año pasado. Y es que Uruapan, Morelia y Pátzcuaro tuvieron una ocupación hotelera al ciento por ciento.
Vale estar contentos y festejar por semejantes resultados y a la par, aprender la lección. Es más fácil alcanzar objetivos cuando se trabaja en equipo, dejando a un lado colores partidistas y procurando que el beneficio alcance a todos. Además, las festividades se llevaron a cabo prácticamente con un saldo blanco.
El reto ahora es enorme, porque si la seguridad por lo menos se mantiene, si la coordinación entre autoridades, empresarios y comunidades indígenas se fortalece, el próximo año tendría que ser mejor.
Y entonces harán falta más lugares para estacionarse, más seguridad, opciones de hospedaje, más actividades artísticas y culturales en cuanta plaza sea posible, sobre todo en Morelia; pero indudablemente se puede decir que con motivo de la Noche de Muertos… se hizo un buen trabajo.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.