Las familias
La familia, es un tema que debe ser abordado desde la complejidad (utilizando la transdisciplinariedad, los saberes, en una revisión holística, sistémica e interdependiente), ello, permite conocer la dinámica familiar actual y sus cambios que se muestran en la vida social con impactos ya en el mundo; para México, al igual que para América Latina y el Caribe, estos cambios han permitido transitar de un modelo heteronormativo a una visión de diversidad social, cultural y sexual, dando cabida a diversos grupos históricamente excluidos y oprimidos para su inclusión democrática.
La complejidad también nos permite dar contexto al desarrollo actual de la familia, interpretando desde su contexto económico, la globalidad, el mercado, el patriarcado, las crisis que atraviesa la humanidad, las ideologías, la opresión, así como las nuevas formas de acumulación de capital que dan cuenta de la construcción de familias desplazadas, y con otras problemáticas vinculadas a cuestiones de drogas, armas, y trata de personas.
Reflexionar los avances del derecho en materia familia, y su sistema positivo, permite comprender que atrás existe un trabajo antropológico que sistematiza las expectativas y necesidades de una población que no se encuentra estática, sino que su dinamismo permite avanzar significativamente en buscar la aprobación de agendas públicas para resolver sus necesidades sociales y colocar dichas agendas en los Poderes Públicos para negociar dichos avances, que no solo se presentan en lo familiar, sino también en el derecho a la salud, al trabajo, a la recreación, a la igualdad y no discriminación.
En México el concepto de familia transito de una posición estática a un pronunciamiento dinámico que permitió vencer la opresión para visibilizar su existencia diversa y demandar sus derechos; de tener una visión para la reproducción social entre un hombre y una mujer (sexos contrarios y complementarios generan reproducción como fin), hoy esas restricciones quedaron superadas para dar paso al matrimonio igualitario, que por cierto, esta presente en toda la República Mexicana (en Michoacán desde 2015); de contar con un modelo tradicional de familia, la nuclear, hoy, hablamos de familias: nucleares, extensas, compuestas, monoparentales, lesbomaternales, homoparentales, así como pluripaternales.
Desde el manejo antropológico, estadístico, político y sociológico, se habla de familias (grupo de personas que viven bajo el mismo techo, una organización única, que constituye la unidad básica de la sociedad) como concepto, pero también de unidades domésticas (Benería y Rondan, expresan que unidad doméstica es entendida como un lugar geométrico o esfera social compuesta de una serie de personas que comparten un lugar común donde vivir y un presupuesto) y Hogares (INEGI) en un modelo estadístico.
La construcción de conceptos a partir de experiencias académicas, teóricas, epistemológicas, y con componentes axiológicos, precisa Irene H. Rentería, la familia es “motor de la sociedad, en la cual se forjan la disciplina y los hábitos. La familia es un ente social dinámico y evolutivo que debe ser protegido en su contexto, en sus tipos y en sus intereses por el Estado. Antropológicamente por su evolución ha transitado por el reconocimiento de sus diversidades y de las necesidades”. También Abraham Hernández B. comparte que la familia “evolucionó en el tiempo y en los espacios (salvajismo, barbarie, modernidad a lo que se refiere el libro de Friedrich Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”); gracias a las ideologías y luchas de diversos grupos sociales, se creo y desarrollo la conciencia social, situación que facilito el transito a diversos tipos de familia en la actualidad”.
El Estado mexicano protege el desarrollo de las familias, y facilita a través de su marco legal y el diseño de la política pública su protección para que todos sus integrantes puedan disfrutar de los derechos humanos y libertades que les permita asegurar el respeto de su dignidad humana.
No obstante, en estos procesos evolutivos, ha estado presente la violencia, esa violencia cuyas epistemologías se sustentan en violencia en continuum, la violencia de las estructuras mínimas de la violencia, el triángulo de la violencia, el círculo de la violencia, entre otras, como abordar el tema de la microviolencia y sus efectos, o bien los micromachismos tanto los utilitarios como los encubiertos.
La importancia de trabajar en el desarrollo de programas curriculares de educación para la comprensión de la evolución y el crecimiento de la familia y los derechos humanos, constituye un acicate para los maestrantes de la Maestría de Derechos humanos en materia familiar, que se desarrolla en la Universidad Magno Amaricana y posibilita la profesionalización de los recursos humanos, pero bajo una ética política de generar las condiciones de atender a la población con vocación de servicio.Agradecemos la presencia de los maestrantes durante dos sesiones en una reflexión interesante, comprometida, complementaria, en ecología de saberes, en tolerancia y en respeto con: Irene, Sandra Patricia, Luis Alberto, Abraham, Carlos, Elideth, Frida Janese, Alondra, Alejandra, Cecilia, Juan, Jesús y Gerardo.