La utopía de la juventud
Cada vez que me encuentro frente a las juventudes, reconozco en este segmento de población la gran capacidad y energía que tienen para reconstruir este mundo de crisis en el que vivimos; comprendo que las infancias, adolescencias y juventudes constituyen la oportunidad de avanzar a la formación de una nueva aldea global, que considere un modelo social distinto al que en este momento vivimos, tanto en los procesos de consumo que afectan a la naturaleza y el medio ambiente, así como en la formación ética de los cuidados como sociedad y los cuidados a Gaia, tal cual como nos lo manifiesta Bernardo Toro y Leonardo Boff.
Recientemente fui invitado a la Universidad Latina de América, por la doctora Elvia Higuera Pérez, docente de la facultad de Derecho, a efecto de compartir algunos elementos de análisis sobre la importancia de la participación social y la experiencia adquirida en la lucha social para las modificaciones de marcos jurídicos en beneficio de la igualdad sustantiva y el ejercicio pleno del respeto a la dignidad humana de la población disidente sexual y grupos en condición de vulnerabilidad.
En ese sentido, expresé qué, las infancias, adolescencias y juventudes durante su vida piensan en hacer realidad sus sueños, otros más, también consideran en el porvenir; amasan una esperanza como motivo de vida que será el motor y alimento, en este trayecto intergeneracional. Quien, de ellos, ellas, elles, desean alcanzar una profesión para la solución de problemas, llegar a ser los mejores artesanos, o bien, simplemente defender los derechos humanos de los grupos en condición de vulnerabilidad donde seguramente estarán, es más, abanderar las causas de la libertad de expresión, o incluso defender los derechos de la naturaleza, de los cuidados de los animales, del manejo de la inteligencia artificial, o ser los tomadores de decisiones en los poderes del Estado, son sueños, pero por ellos se lucha para lograrlos, haciendo que pasen de una utopía a una realidad posible, objetiva y subjetiva.
En muchas ocasiones, esos sueños son coincidentes con otros sueños de otras personas y logran ser complementariedad, y es justamente en esos momentos que la humanidad de las juventudes establece lazos de fraternidad, de hermandad, que facilita la convivencia y una mayor participación social, y que por ende, hace que las comunidades avancen y se muevan con la esperanza puesta en un futuro mejor, es decir, en alcanzar ese mundo creado por la mano del hombre que genere mejores condiciones de vida, una ética de cuidado no solo personal, sino relacional y de cuidado de la madre Naturaleza.
A las personas estudiantes de la carrera en Derecho, les comentaba que, como dicentes, ustedes tienen su propia utopía que alcanzar, aunque a veces sientan que esta se aleja: terminar sus estudios es el objetivo que se han trazado. Después de concluir su formación universitaria, deberán enfrentar otros desafíos y seguir caminando para alcanzar sus propósitos de vida, ya muy fijados en el horizonte de esta realidad y será siempre conveniente hacerlo de manera organizada y en equipo, para generar un trabajo colaborativo, que permita arribar a los escenarios deseables sobre los cuales se dibuja la realidad por venir, pero esa se construye en el día a día.