La tierra nuestra casa/Gerardo A. Herrera Pérez
La tierra nuestra casa.
Gerardo A. Herrera Pérez.
Los seres vivos, en especial los seres humanos somos producto de diversas energías que interactúan en el cosmos para darnos la vida. Muchos intelectuales, teóricos y ministros de los dogmas hegemónicos se han sumado a la revisión conceptual, filosófica, humana, antropológica, social, económica, ética de lo que significa la vida.
Teóricos como Maturana con su reflexión planetaria del concepto de la vida nos explica en una definición breve y profunda que la vida es “un sistema autopoietico molecualar”, es decir en la horizontalidad los humanos, los animales y las plantas tenemos la misma génesis, nos producimos cada día, en una vida, que, por cierto, es una vida que muere.
La vida y el ser humano, han estado en la construcción del discurso político de todas las generaciones, obedeciendo a las posiciones religiosas, mágicas, sociales, culturales, antropológicas, de poder, y preparadas desde el poder.
Por otro lado, importantes pensadores modernos, como Bauman, Lipovetzky, Dussel, Deleuze, Guattari, Boff, Boaventura de Sousa Santos, así como el Papa Francisco, abordan el tema de la tierra y la naturaleza (Pachamama y Gaia), cada quien desde su posición de poder o religiosa.
El día de hoy reflexionaba con los doctorantes del Doctorado de Ecoeducación, la importancia de ir pensando en las características del ser humano, al observarlo como un ser tridimensional o planetario. Ellos y ellas abreven de reflexiones teóricas de distintos autores y expresan desde sus dinámicas sociales y laborales, lo que es ser humano. Algunas de las características que presentaron fueron que el ser humano cuenta con: racionalidad, sentimientos, constructo lingüístico, ejercicio de sexualidad, individual, colectivo, planetario al ser género humano; este ser humano al estar en sociedad se convierte en persona, que tendrá que cumplir obligaciones sociales, situación que permite al Estado, asegurar un principio propersona. Este ser humano, vive en un modelo económico que los somete y controla, a través del hedonismo, narcisismo, búsqueda del placer y los valores líquidos.
Hablar desde la complejidad nos permite la comprensión de los grandes problemas por los que atraviesa la humanidad, así diversos teóricos nos hablan de las crisis, las epistemologías, de la inteligencia emocional, de las ecologías, desde la alfabetización ecológica, en fin.
Desde la ecología tanto Guattari como Boff, hacen mención de la importancia de identificar las problemáticas desde la ecología, para Guattari, hablará de las tres ecologías (medioambiental, social y mental) y para Boff (ambiental, política social, mental e integral), ambos planteamientos nos invitan a pensarnos, despensarnos y repensarnos, pero en una revisión hermenéutica nos damos cuenta que corren por procesos de reflexión paralelos, pero no iguales. Guattari reflexiona desde las posiciones de crisis, en tanto que Boff, de los cuidados y el respeto amoroso a nuestra casa común la tierra.
Para Boff, hace ya más de dos décadas, se escribe la “La carta de la tierra”, representa la mejor consciencia ecológica, humanista, ética y espiritual de la humanidad. Los seres vivos somos unicidad con los elementos abióticos de la naturaleza, requerimos del aire para respirar, del agua para hidratarnos, de los nutrientes de la tierra y de la luz o el sol para vivir. Los seres vivos somos tierra que siente, que piensa, que ama, que cuida y venera. Por eso la tierra es “nuestra madre”. En ello, nos va la crítica a las políticas públicas y a las grandes empresas, a quienes se les expresa que no basta crear una tecnología limpia, sino crear una nueva civilización que trabaje junto con la tierra, para cuidarla de manera esencial. A esto nos referimos con una ecología Medioambiental.
2: Con relación a la segunda ecología política y social; se considera que debemos cuidar la relación de la tierra con la sociedad, que la naturaleza no sea sólo una fuente de negocios y dinero, de marcado y globalización, la tierra no puede seguir prestando un servicio de supermercado.
Igualmente debemos de reconocer que debemos de dejar de ser antropocéntricos para ser más biométricos, por ello, la importancia de la ecología mental. La humanidad no es el centro de la tierra, es la vida el centro de la tierra; y somos la humanidad los encargados de cuidar este casa común a todos y todas. “El neoliberalismo y el consumismo provoca una ruptura de nuestra mente con la vida de la tierra. La destrucción de la tierra destruye nuestra mente”.
En términos de la ecología integral, nos muestra que somos un todo, somos unicidad, integramos la tierra y los seres vivos, y en especial los seres humanos como un todo, considerando a los elementos de la naturaleza, el agua, la luz, el aire y el agua.
Leonardo Boff, insiste en la importancia de conectar la emoción con la racionalidad, es decir, el sentipensamiento, por ello cita a Romualdo Dias: “cómo hacer que los pensamientos se articulen con las actitudes. Cómo las ideas pueden tocar nuestro cuerpo. El desafío es conseguir conectar aquello que pensamos con aquello que sentimos, tenemos así más posibilidades de alcanzar cambios en nuestra actitud. No queremos oír muchas conferencias para ser eruditos y para estar llenos de muchas informaciones. Queremos descubrir como algunos pensamientos ganan eficacia cuando tocan la realidad y comienzan a tocar nuestro cuerpo”.
En efecto, desde hace algunos años, me ha tocado dar conferencias en diferentes partes del mundo, ello, gracias a la tecnología; la última intervención fue el miércoles 18 de agosto en la Cumbre Mundial de Educación, celebrada en Mérida, Yucatán, México, de la cual reflexione sobre la Educación y la Transmodernidad; o bien, este 20 de agosto el Taller: Simbiosofía: Complejidad y unicidad, con personal de la Fiscalía de atención a delitos de Medio Ambiente y Fauna; y es que mi principal compromiso es motivar, para compartir, para expresar los avances en términos de alteridad, intercomunicación, tolerancia, respeto, horizontalidad, axiología, ética, deontología que debemos introyectar para realizar los cuidados de la madre Tierra.
Dedico esta nota al Fiscal de Medio Ambiente, a su equipo de trabajo, a José Manuel Loeza, así como a todos los doctorantes del doctorado de Ecoeducación del Estado de México, ejemplo de seres humanos que construyen dignidad, respeto y hacen simbiosofía.