La paz diversa sexual

Vicent Martínez Guzmán, teórico de la Paz, expresa que, es importante indagar la relación entre conflicto y cooperación como dos caras de una misma moneda, y poner el énfasis en la importancia del reconocimiento a través de la justicia y del amor para hacernos las paces, superando, así, las llamadas “luchas por el reconocimiento”, y es que tener el reconocimiento como ser humano, o bien, como persona con el pleno ejercicio del derecho a la libre determinación, en sentido estricto al proyecto de vida, ello, permitiria contar con la dignidad que requiere dicho sujeto, al hacer que el Estado reconozca la igualdad sustantiva, para que éste asuma la capacidad de tomar decisiones con libertad, es decir, disfrutar de los derechos y las libertades al tomar decisiones éticas.
Desafortunadamente, pese a que en la ley se reconoce la igualdad sustantiva para toda la población, incluida la llamada diversidad sexual (LGBTTTIQ+), en la práctica, se continúan teniendo problemas para hacer que se ejerza la dignidad real, es decir, que se tenga el respeto para todas, todos, todes, observamos como en el día a día continúan siendo excluidas personas trans, principalmente, de ahí la importancia de avanzar en construir espacios de paz para la convivencia social, para el respeto a la diversidad sexual, para el respeto a quien decidió por un proyecto no hegemónico, sino alternativo de identidad sexual.
Por otro lado, la construcción de paz, no es simple, lo contrario a ello, son procesos lentos y laboriosos, complicados y dinámicos, para una ejecución real; de esta manera, buscar la paz diversa sexual como categoría de estudios de las paces, nos demuestra la importancia de trabajar con sus epistemologías propias, pero no desvinculadas de las argumentaciones teóricas y epistémicas que con cuenta la irenología, es decir, la ciencia que estudia la paz.
La investigación para la paz, viene avanzando durante todo el siglo XX, en especial después de la Segunda Guerra Mundial; la investigación teórica impulso dos estructuras importantes para su comprensión: la primera, Johan Galtung introdujo el concepto violencia estructural, la violencia invisible, pero presente en las estructuras de poder, igualmente se introdujo el concepto de violencia cultural y simbólica a la que hace referencia Francisco Jiménez y Pierre Bordiú. La segunda, es ofrecer mediante un giro epistemológico la diversidad de paces, así tenemos la paz: negativa, positiva y neutra, que ayuda a la comprensión de las violencia directa, estructural y cultural, añadiendo a las paces la propuesta de Francisco Jiménez, las paces: social, Gaia, interna, además de la paz: multicultural, intercultural, y transcultural.
De igual manera, hoy contamos con diferentes y específicas paces, la resiliente, así como la paz vulnerable (incluso las vinculadas con la Agenda 2030 los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU). Desde esta perspectiva, considero conveniente impulsar acciones para coadyuvar a resolver conflictos derivados de quienes viven en diversidad sexual; es decir, debemos de contar con un modelo de paz que atiende otras realidades en ese doble ejercicio de comprender el conflicto y la cooperación, frente a lo que esta sucediendo con las poblaciones LGBTTTIQ+, en cuyos mecanismos de opresión viven en el día a día las poblaciones: invisibilidad, estigma, prejuicio, violencia, exclusión, muerte, discurso de odio, crímenes de odio, feminicidios, transfeminicidios, lesbofeminicidios; ello, queda ejemplificado con lo que esta sucediendo en estos primeros días del 2024, con las cuestiones de las poblaciones trans y desde luego el asesinato de personas que defienden los derechos humanos de dichas poblaciones, como el caso de Jacona, de Miriam Ríos Ríos, o bien, en estos momentos que escribo esta nota, la muerte de otra persona trans en Tlaquepaque, Jalisco; así como la violencia que viven las personas trans del grupo de Wendy Guevara, Kimberly y Paola, y seguramente muchas más.
Para llevar a cabo acciones e intentar reconstruir y (de)construir el pensamiento de las comunidades que intersubjetivan principalmente heterosexuales, cisgénero y otras masculinidades hegemónicas, es importante contar con presupuestos: epistemológicos, axiológicos, ontológicos y antropológicos, por ello, comprendemos que las características de un saber pacífico de la población en general, funcionan desde su dimensión axiológica (valores, además de principios, virtudes sociales) realizar acciones para lograr una racionalidad pacífica, entendiendo al otro con reconocimiento y dignidad óntica, ética y real; epistemológicos, impulsar acciones para desarrollar la paz neutra, es decir avanzar en neutralizar los conflictos con valores, diálogo y construcción de cultura de la paz; así mismo, acciones científicas cuyos objetivos sean la creación de métodos pacíficos de intervención para el diálogo y la convivencia social.
Y todo ello, desde tres escenarios posibles: ideológicos, desde la superestructura, impulsar narrativas y críticas pacíficas a la hegemonía de la violencia, en este sentido avanzan los contenidos que han preparado los relatores de derechos humanos de las poblaciones disidentes sexuales de la ONU y OEA; tecnológicos, realizar una critica pacífica de los proyectos y agendas internacionales que no generan las condiciones de la paz para las poblaciones ya mencionadas, en este sentido seguiremos insistiendo en la importancia de una Convención Internacional de los Derechos de las Personas LGBTTTIQ+, pero también una Convención de carácter Regional; ello, sin dejar de reconocer los documentos sustantivos que se han preparado por dichos instituciones internacionales sobre el tema; y, técnico, desarrollo de instrumentos de gestión pacífica y resolución de conflictos a través de diferentes formatos.
En mis intervenciones respecto del tema de la Paz y Convivencia Social, en instituciones de educación superior: UMSNH, UMA, Tecnológicos (Pátzcuaro, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Puruándiro, Ciudad Hidalgo), UNICLA Morelia y Aguascalientes, UVAQ Morelia, expreso la importancia de realizar trabajo colaborativo de manera urgente desde los procesos educativos para transitar de un binarismo que aún está presente en el imaginario social y que genera opresión a un modelo de percepción de la diversidad (social, cultural, étnica, lingüística, dogmática, y desde luego la sexual), que permite el reconocimiento de otros cuerpos con identidades sexuales diversas, orientaciones e identidad y expresiones de género. Pero igualmente debemos de trabajar en impulsar modelos que nos lleven a la comprensión de la importancia de transitar de la globalidad y la universalidad a los pluriversos, es decir, a la diversidad de maneras de pensar y conectarse con el cosmos, o observar una riqueza social y no una sola cultura de consumo que somete, controla y disciplina los cuerpos, tal como lo relata Enrique Dussel.
Igualmente, considero que, en el análisis del contexto, para trabajar con las herramientas de la superestructura, tecnológicas y científicas, en los procesos para construir la Paz de la Diversidad Sexual, consideremos la deconstrucción de masculinidades hegemónicas y violentas, de modelos hedonistas de consumo, de fortalecer el pensamiento crítico y el manejo socioemocional, así como la inteligencia emocional, además de trabajar con desterrar ideologías y mecanismos de opresión y las distintas epistemologías de la violencia, nada fácil, lo sé, que es fácil en estos tiempos, sin embargo, no puedo quedarme cruzado de brazos pensando que no se puede hacer nada.
Por ello, considero que es importante fortalecer el trabajo colaborativo con los diferentes grupos sociales de la llamada diversidad sexual (ubicados en los diferentes municipios y la capital del Estado, destacando Apatzingán, Zamora, Lázaro Cárdenas y algunos liderazgos como el de Fortino Díaz Calderón y otros), para que se generen las condiciones, estrategias de autoprotección y compromisos que permitan evitar que continue la violencia por razones de orientación sexual e identidad de género; es así que iremos caminando a una cultura de Paz Diversa Sexual.