La opción/Jorge Vílchez
Los 10 gobernadores aglutinados en la Alianza Federalista decidieron renunciar a la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO)
Y es que ésta, según los mandatarios estatales, “agotó su función, su tarea de ser un espacio de encuentro, un espacio de diálogo, un espacio de construcción de alternativas, un espacio de equilibrios”.
Sin duda, la relación entre Gobierno federal y mandatarios estatales renunciantes ya se advertía ríspida y de serios desencuentros.
Así, la renuncia podría haber sido ya esperada.
La Alianza Federalista está integrada por los gobernadores Silvano Aureoles, de Michoacán; Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León; Miguel Riquelme, de Coahuila; José Rosas Aispuro, de Durango; José Ignacio Peralta, de Colima; Enrique Alfaro, de Jalisco; Martín Orozco, de Aguascalientes; Javier Corral, de Chihuahua y Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato.
Dichas renuncias han recibido respaldo, pero también críticas nocivas o simplistas como la del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, que calificó como una “posición electorera” la asumida por los 10 mandatarios estatales.
Muy diferente la posición asumida por el senador Ricardo Monreal, quien llamó a los mandatarios estatales “a recapacitar y mantenerse unidos”.
Como sabe, ese grupo de gobernadores ha criticado al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por el manejo de la crisis sanitaria por el coronavirus y, al mismo tiempo, cuestionaban las medidas de la administración federal en materia económica para paliar la crisis derivada de la pandemia.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se mostró sorprendido por la noticia y manifestó su respeto a la decisión asumida por los mandatarios estatales. “Pues están en libertad. Somos libres; no veo yo nada extraño”, explicó.
El gobernador Silvano Aureoles Conejo, quien ayer anunció que resultó positivo de la prueba de Covid-19 y que por ello, desde el aislamiento, seguirá atendiendo los problemas inherentes a su responsabilidad, ha comentado que esa renuncia masiva de los gobernadores “no es un arranque, no es un chantaje, es una decisión responsable”.
El interés primordial -explica- “es porque estamos obligados a cuidar y defender a nuestras entidades federativas”.
Los mandatarios estatales seguirán su ruta propia, y diseñarán medidas conjuntas y propias para enfrentar la crisis económica y sanitaria que se vive en cada una de las entidades que gobiernan.
En los próximos meses se sabrá si tal decisión de los mandatarios estatales, que hicieron precisamente en el marco del inicio del proceso electoral 2020-2021, fue o no necesaria y optativa.
Al tiempo.