La ley/Arturo Alejandro Bribiesca Gil
LA LEY
A la Mujer.
En su día.
El título de mi colaboración de esta semana es tomado de un cuento breve (minificción) homónimo del ilustre -e ilustrado- escritor michoacano Édgar Omar Avilés Martínez; el cual comparto con ustedes:
“La Ley.
Dios se disponía a fulminar a ese hombre que estaba por dispararle al tigre que estaba por saltar sobre el halcón que estaba por clavar su pico en la comadreja que estaba por matar a la culebra que estaba por deglutir a la rata que estaba por cazar a la lagartija que estaba por comerse a la tarántula que estaba por atenazar a la hormiga que estaba por envenenar al pulgón que estaba por morder la hoja.
Dios se disponía a fulminar a ese hombre pero, lleno de pánico, volteó hacia atrás.”
Guau. Sublime. En unos cuantos renglones, su autor hace una completa y entretenida descripción del ciclo depredador-presa, y su puesta en escena ad infinitum, dejando en claro, de manera implícita pero categórica, que en la vida nos toca jugar varios roles, por lo cual, bien nos vendría reflexionar sobre la forma en que desempeñamos el papel de depredador, principalmente; sin duda, un poco de sensibilidad para con nuestros coterráneos –humanos y no humanos- y con el hábitat, no nos caería nada mal.
También advierto una sutil crítica a la soberbia de los dueños de la fe religiosa, la cual, más allá de querer denostar creencias o creyentes, pretende invitar a la introspección sobre nuestro papel en el mundo, pero desde una perspectiva biológica sin halos mágicos.
Para aquellos que no saben quién es Edgar Omar, rápidamente les comparto una semblanza de este michoacano de ingenio y superior talento: Nació en Morelia, Michoacán, el 22 de mayo de 1980, es Maestro en Filosofía de la Cultura, licenciado en Comunicación y diplomado en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Su libro más reciente es la novela Efecto Vudú (Ediciones B, 2017). También es autor de cinco libros de cuento: No Respiramos: inflamos fantasmas (Posdata, 2014), Cabalgata en Duermevela (Tierra Adentro, 2011); Luna Cinema (Premio Nacional de Cuento Bellas Artes San Luis Potosí 2008; Tierra Adentro, 2010); Embrujadero (Premio de cuento Xavier Vargas Pardo; Secum, 2010), y La Noche es Luz de un Sol Negro (Ficticia, 2007), y del libro de ensayo La VALÍStica de la realidad (Premio de ensayo María Zambrano; Secum, 2012).
En fin, espero les haya gustado tanto como a mí el cuento, y, por favor, si no han leído nada de su autor, los invito a hacerlo. Hay que consumir lo que Michoacán produce.
Otrosí: No tengo la certeza de que este humilde artículo llegue a los ojos del aquí aludido, como decimos los abogados, pero si eso pasa, desde este momento le pido una disculpa si mi pretendido reconocimiento se queda corto ante la magnificencia del cuento, o si de plano no capte la entelequia del mismo; en mi defensa, parafraseando a Edmund Wilson, solo puedo decirle que: No hay dos personas que lean el mismo cuento.