La importancia del testamento
Septiembre es considerado como el mes del testamento y por ello año con año se repiten campañas a través de los medios de comunicación, para promover la importancia de este instrumento legal, aunque representa uno de los actos jurídicos más conocidos en la sociedad, pero la realidad es que en lo general los propietarios de bienes y derechos no lo saben o lo ignoran por desinterés.
Por ello, es menester definir el termino de testamento, que de acuerdo al artículo 500 del Código Familiar vigente en el estado de Morelos, se entiende como un acto jurídico unilateral, personalísimo, revocable y libre, por el cual una persona con capacidad legal, dispone de sus bienes y derechos en favor de sus herederos o legatarios; o en su caso, declara y cumple deberes con interés jurídico para después de su muerte. Entendido de otra manera, el testamento es la declaración voluntaria de una persona que expresa lo que desea se haga con sus bienes y derechos, para que después de su fallecimiento los herederos puedan disponer de ellos en los términos decretados.
Ahora bien, existen diferentes clases de testamentos, siendo los más relevantes el público y cerrado. Ambos convergen en que deben de ser realizados ante la fe de un notario público, la diferencia entre ellos estriba en que, por cuanto al testamento público, el fedatario conocerá el contenido del mismo desde su redacción; mientras que en el testamento cerrado no tiene conocimiento de su contenido hasta el deceso del testador.
La facultad para poder llevar a cabo un testamento, es conferida para todos aquellos a quienes la ley no prohíba el ejercicio de este derecho; es decir que únicamente se encuentran incapacitados para testar los menores que no han cumplido dieciséis años de edad y los que constante o accidentalmente no disfruten de su cabal juicio.
Asimismo, debe tomarse en cuenta que la primera vez que se acude ante el notario público para la elaboración del testamento, no tiene porqué ser la definitiva, pues este instrumento puede ser modificado tantas veces como lo requiera el testador, por lo que únicamente será necesario volver a citarse con el fedatario, para la modificación del mismo. En razón a lo anterior, el documento que tendrá valor legal será el último que se haya registrado ante la notaría pública.
No obstante, pese a que la elaboración de un testamento es un acto fácil de realizar, México está entre los últimos lugares de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en materia de cultura testamentaria. Se calcula que únicamente entre el 17 y 20 por ciento de los mexicanos realizan testamento, ya que su elaboración no puede verse solo como un trámite más, sino también como un acto de amor hacia los familiares y amigos, pues este instrumento evita gastos, molestias y sobre todo previene conflictos entre posibles herederos. Pues es de conocimiento público que a falta de testamento, existen muchos asuntos en los que se generan rupturas de familias; pero bien, podría concluirse que el objeto del testamento además de dejar bienes y derechos, es más bien no dejar problemas a la familia.