La hija del Coronel/Sara Galeote
La hija del Coronel
Por: Sara Galeote
Quiso brillar…pero fue por su ausencia
Y así siguen los caballitos corriendo en la contienda electoral al Gobierno michoacano, en un segundo debate convocado por el IEM, en el que la mayoría coincidimos fue de mayor ataque, pero posiblemente nos dejó con sabor de boca poco gustoso, quizá obedezca a que la expectativa no superó la realidad cuando se suponía ahora sí había candidato de la Coalición Morena-PT, el gran ausente de la ocasión pasada.
Me pregunto si eso fue en perjuicio o beneficio para el aspirante de la 4T Alfredo Ramírez Bedolla, que claro tiene que aquí lo que vale es brillar “aunque sea por su ausencia”, y es que se le vio tibio, ausente, sin saber para dónde hacerse, con temas pendientes; y no hizo otra cosa más que cobijarse bajo la marca AMLO, y no conforme con eso se arropó de su padre postizo Leonel Godoy, sí aquel ex perredista de los granadazos, donde curiosamente el tema central a debatir era la “gobernabilidad”, paradoja de vida.
Ahora sí que a Ramírez Bedolla, le pasó como dice la letra del potrillo Fernández, aquella de cómo que estuvo pero no estuvo cuando se debía, “Aquí el perdedor he sido yo…que no estuve cuando más debía…no estuve y todo quería darle, para qué buscarle justificación”; así entre las notas perdidas quedó un discurso que buscaba cada dos minutos sobre la mesa donde quedaban sus apuntes, donde su única y poderosa defensa fue la sombra de la marca.
“No, sí ya se ve que Dios no es parejo”, dice un amigo cercano; la fuerza, conocimiento, experiencia y temple no se obtienen de la noche a la mañana, en el aire queda el hecho de que dejó ir una gran oportunidad.
El candidato del Equipo por Michoacán, Carlos Herrera, siguió en su postura de propuestas, con mayor seguridad que el morenista, con ataques revirados, recibiendo los señalamientos de sus contendientes, y deslindándose del actual mandatario estatal que necesariamente ocurre como ex colaborador del Gobierno que cierra, dónde está lo sorprendente.
Por su parte, Cristóbal Arias, el de la Fuerza por México, a quien sus berrinches le ofuscaron la visión, destinó parte de su mensaje a descalificar al joven copetón y canoso, sería porque se diría pa’ sus adentros que él hubiera podido ocupar su posición, sólo él sabe, eso sí, no perdió el estilo y repitió la comedera del tiempo que nunca le alcanza, el tic tac minutero se le fue en palabrería rencorosa, y el anuncio de los conductores repetidamente le hacía saber la conclusión de su momento y réplicas.
Lo que sí merece comentario positivo es el señor “estudiado” Magaña de la Mora, que el tema le cayó en su terreno de leyes, y para qué se le ha de quitar, se vio bien, firme y con propuesta.
El resto merecen párrafos menores y no por demeritar su trabajo, sino porque la visión del electorado ha quedado más clara y sabemos en dónde estará lo reñido, entre apostarle a la transformación o al equipo donde dicen los unen las diferencias.
Y es que Don Hipólito aspirante del PES, hablando contra el crimen organizado, y confundido entre si él es el candidato o apoyar a alguno de los que quede, el otro, de nueva cuenta olvidé su nombre; mientras la aspirante femenina Mercedes Calderón, ensimismada en su crítica, luciendo sus mariposas de Pineda Covalín, quién la viera, diría Camilo: “Y ahora quiere que me ponga ropa cara
Balenciaga, Gucci, Prada”…
Mientras van o vienen esperemos pues los resultados del 6 de junio, en tanto sigo descarrilando el esenario, no tanto como el metro de la Ciudad de México, tema que merecería atención aparte, sumada a letras para el coronel que sí tiene quién le escriba, que me responda…quién sabe.