La entrevista osada con Enrique de la Madrid/Yazmín Alessandrini
Enrique Octavio de la Madrid Cordero podría pasar, ante los ojos de aquellos que no lo conocen, como un hombre parco y sobrio. Muy sobrio. Sin embargo, cuando entra en confianza se deja llevar por el buen humor, las bromas y, sobre todo, por su muy mexicanísimo paladar, porque aunque reconoce que nunca se le han antojado las garnachas, en la dieta diaria de este firme aspirante a la Presidencia de la República para el 2024 no pueden faltar los frijoles, las tortillas y el café.
Por cierto: ¿Alguien sabe qué tienen en común Enrique de la Madrid y don Cuauhtémoc Cárdenas, además de compartir la inquietud por ser Presidentes de México?
Ambos, de niños, vivieron y jugaron en lo que fuera la residencia oficial de Los Pinos.
- Enrique, ¿eras un niño rico o un niño bien?
- Ni lo uno ni lo otro. Yo pertenecí a una típica familia mexicana de clase media. Generación tras generación en lo único que nos recargamos fue en el esfuerzo y en el trabajo para salir adelante y eso es algo que yo aprendí desde muy chico.
- Enrique, vivías en Los Pinos, eras el hijo del Presidente…
- Pues sí, pero debemos recordar que cuando mi padre llegó a la Presidencia de la República en México estábamos viviendo en una profunda crisis económica y por muy hijo de Presidente que fueras estábamos muy conscientes del tipo de país en el que estábamos viviendo en ese momento, y por lo mismo, te cuidabas mucho. Además, mi papá desde antes de ser Presidente estaba acostumbrado a ser un hombre austero y humilde. Y eso lo aprendimos de él.
- Pero no me vas a negar que en Los Pinos se podía vivir, digámoslo de algún modo… frívolamente.
- Fíjate que hay un falso estigma en torno a ese tema. La gente cree que ahí se vivía con exceso de lujos y cuando menos en nuestro caso no fue así. Cuando llegamos, recuerdo que hicimos una mudanza completa de las cosas que teníamos en nuestra casa de Francisco Sosa (Parras #50 esquina con Francisco Sosa en Coyoacán) y cada uno de nosotros ocupó una habitación del segundo piso. Y cuando terminó la gestión de mi papá tuvimos que regresar a donde vivíamos antes. Yo si llegué a sentirme muy a gusto en Los Pinos, pero la verdad es que era una casa rentada… la casa del Primer Mandatario en turno.
- ¿Cuando tu papá fue Presidente qué estabas estudiando?
- En la Facultad de Derecho de la UNAM, era todavía muy joven, tenía algo así como 20 años, pero yo ya tenía la madurez y el conocimiento para poder sostener conversaciones sobre la situación del país. De esos días, recuerdo que mis escoltas del Estado Mayor Presidencial (EMP) también fueron mis compañeros de aula en la Universidad… al final cuatro o cinco de ellos se titularon al mismo tiempo que yo.
- ¿La principal enseñanza de aquellos días?
- Más que enseñanza, lo que tuve fue una visión y esa consistió en tener un futuro, en ir más allá de ser nada más el hijo de un Presidente durante seis años. Y para lograrlo tenía que comportarme adecuadamente… creo que lo logré.
COMBATIR LA INJUSTICIA
- ¿Qué recuerdas de tu infancia, de tus años previos a la llegada de don Miguel de la Madrid a la Presidencia?
- Me la pasaba muy bien con mi familia y con mi hermano (nos llevamos año y medio). A los dos nos vestían de short y con calcetas altas. Mi mamá nos peinaba con limón para que el cabello se nos quedara pegado –risas-… ¡Ah! y como yo era un poco chonchito me tenían que jalar el pantalón hacia arriba para que me entrara bien –más risas-. Eso me formó para ser actualmente un hombre de familia, muy deportista, al que le gusta compartir el tiempo con su esposa y sus hijos.
- ¿Quiénes eran tus héroes favoritos?
- No eran tanto mis héroes, simplemente eran los personajes con los que nos entreteníamos cuando veíamos series de televisión y películas. El Llanero Solitario, que seguramente las generaciones actuales no saben quién es y Batman. ¡A ese sí lo ubican de seguro, porque todavía hacen películas! Me acuerdo que cuando cursaba la preparatoria, René y yo, mi amigo del alma, nos disfrazamos de Batman y Robin. No tengo idea si queríamos combatir a aquellos que hacían cosas indebidas, pero esos eran los referentes de mi época.
- ¿Tú has hecho cosas indebidas o ‘debajo de la mesa’?
- Pues nada más aventar algún pedazo de comida que no quería comerme.
EL CAMINO AL 2024
- Dime la verdad, Enrique, ¿para qué quieres ser Presidente?
- Porque quiero que nadie tenga carencias, sobre todo cuando vivimos en un mundo donde éstas se pueden eliminar. Aquí en México, por ejemplo, estoy convencido de que nadie debería tener hambre y tampoco debería de haber pobreza extrema. Hay que ayudar a toda la gente para que a base de trabajo transite hasta instalarse en la clase media, pero también echarle la mano a la clase media, porque en los dos últimos años 3.8 millones de mexicanos clasemedieros se fueron a la pobreza. Hay que emparejarnos para arriba y no para abajo.
Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx
Twitter: @yalessandrini1