La educación michoacana en vacaciones
- El cierre de ciclo escolar.
El pasado miércoles 19, finalmente se formalizó en Michoacán de Ocampo el cierre del ciclo escolar 2022-2023, del cual tuvimos noticias de su conclusión anticipada desde la segunda quincena de junio en múltiples planteles escolares. La ola de calor, la oposición gremial a cumplir con el calendario completo, el escalonamiento impuesto por la disponibilidad de teatros y auditorios de gran tamaño para la realización de clausuras y graduaciones, la apretada agenda de los funcionarios que presidirían los eventos, la inseguridad y la temporada vacacional fueron algunos de los principales motivos esgrimidos para ponerle fin a un periodo que, a pesar de todo, podemos calificar como positivo, en términos generales.
Al acumular un periodo más en el cual se les paga a tiempo a los trabajadores de la educación, en el cual también se logró la dispersión prácticamente universal de la nómina a través de tarjeta bancaria, en el que no hubo paros generalizados de labores y en el cual se avanzó en diversos aspectos en materia de justicia laboral y carrera magisterial, bajo esas nuevas condiciones imperantes podemos aspirar a que se conforme una nueva etapa en el sistema educativo estatal. Debe cerrarse esta etapa donde, tanto en las prioridades gubernamentales como en el discurso oficial prevalecieron aspectos pre-educativos, eminentemente laborales, gremiales y financieros.
Por cierto, el saldo en materia de violencia y sus afectaciones al ciclo escolar no fue muy favorable que digamos, ya que hubo una gran cantidad de afectaciones a la regularidad educativa a escala regional, local y comunitaria por enfrentamientos, balaceras, persecuciones, cierre de vialidades y amenazas de la delincuencia organizada, entre otros fenómenos que forzaron la suspensión de clases. De ello, no existe un informe globalizado por parte de la autoridad educativa estatal.
- El relanzamiento del sistema educativo estatal, con nuevos objetivos.
En ningún otro sistema educativo estatal los principales logros que difunde el aparato de comunicación social institucional son pagarles quincenalmente a los maestros, que cuenten con pago de nómina bancaria y que no se paren las escuelas. Mucho menos, que se les otorguen prestaciones médicas a los trabajadores jubilados, que se hayan obedecido las instrucciones de la SEP o que se hayan hecho entrega de libros para apenas el 2 por ciento de los estudiantes. Esto ya debe ser cosa del pasado.
Mientras tanto, la preocupación por los indicadores educativos que sí ponen a las generaciones en formación al centro persiste, toda vez que no tenemos evaluaciones realizadas por las autoridades locales, ni en materia de diagnóstico del aprendizaje, ni de la situación socioemocional de los estudiantes, ni tampoco en cuanto a las vulnerabilidades socioeconómicas que los pueden impeler a truncar sus trayectorias educativas. Quedaremos a la espera del reporte final que envíe la Secretaría de Educación en el Estado respecto al ciclo escolar recién concluido.
Es un hecho: el relanzamiento para el Ciclo Escolar 2023-2024 debe de implicar centralizar las metas en torno a garantizar los derechos a estar, aprender y participar en las escuelas de las niñas, niños y jóvenes en la entidad.
- Que nadie se quede con trayectorias educativas incompletas.
Un paso importante que debe darse en este periodo vacacional es reabsorber a los que no están en el sistema educativo estatal e impedir que trunquen sus trayectorias para el nuevo ciclo escolar. Por ello, ha sido positivo el esfuerzo que se está haciendo por absorber en secundaria, educación media superior y superior a los estudiantes que no resultaron favorecidos en los exámenes de admisión, ya que, como es sabido, hay planteles cuya demanda supera la oferta disponible de espacios para nuevo ingreso.
Para todos ellos, agosto puede ser demasiado tarde. Es conveniente que continúen las jornadas de segunda, tercera y enésima convocatoria hasta lograr que cada una de las carreras y grupos escolares estén en su óptima capacidad de matriculación.
Ese tipo de esfuerzos siempre serán fructíferos y nunca estarán por demás hacerlos, ya que con un solo joven que se logre rescatar de la desescolarización y se le permita continuar su trayectoria en el sistema educativo habrá valido la pena.
Análogamente, ha sido favorable el llamado que ha realizado el Instituto Estatal de Educación Media Superior y Superior en el Estado de Michoacán a los egresados de las escuelas normales para continuar el proceso de titulación y obtención de la cédula profesional, una problemática que hemos visibilizado desde Mexicanos Primero Michoacán, toda vez que, de acuerdo con los indicadores respectivos, Michoacán de Ocampo ocupa el penúltimo lugar nacional en el porcentaje de maestros sin título de licenciatura en educación básica, posición de escarnio que requiere acciones inmediatas, coordinadas y desde distintos flancos para poderse revertir en breve.
- Cuotas escolares, ¿apoyo o barrera a la educación?
Otra situación que continúa campeando durante este periodo vacacional es la de las cuotas escolares, que en los planteles cuya modalidad de sostenimiento es pública están en pleno apogeo. No es ningún secreto que el presupuesto educativo no alcanza para solventar todas las necesidades de las escuelas michoacanas, lo cual apela a los principios de solidaridad y subsidiariedad para que, quienes puedan cooperar para la operatividad de los planteles así lo hagan, en proporción a sus condiciones socioeconómicas.
Lamentablemente, la voluntad se ha convertido en exigencia y la monetización de la escuela pública ha llegado a niveles tales que en ciertas escuelas públicas, se reclama el pago de cuotas por montos idénticos o superiores a las que solicitan planteles con modalidad de sostenimiento privado, lo cual evidentemente constituye una barrera al acceso a la educación y un factor de discriminación, que frecuentemente termina con quejas ante las autoridades educativas y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Quedan como áreas de oportunidad el diseño de políticas públicas focalizadas que permitan, mediante estudios socioeconómicos apoyar fácil y expeditamente a los estudiantes que no cuenten con condiciones de pagar las cuotas escolares. Tampoco se han conformado fundaciones, patronatos ni mecanismos de ayuda privada para canalizar donativos hacia cuotas voluntarias para que los estudiantes de escasos recursos continúen sus trayectorias educativas. Sobra decir que los programas de becas requieren una revisión a fondo; así también debe modificarse el clima de impunidad ante quienes condicionan la matriculación, la asistencia o la evaluación a cambio del pago de cuotas.
Más aún, se requiere modificar la eterna opacidad y franca ausencia de rendición de cuentas de los recursos recaudados por concepto de cuotas voluntarias, uniformes, alimentos, bebidas, concesiones, venta de fichas para examen de admisión, derechos de exámenes de ingreso y demás actividades que generan ingresos propios en los planteles educativos públicos estatales. A la fecha, de manera agregada, nunca se ha dado a conocer públicamente cuánto dinero es, ni como son los mecanismos de recaudación. Mucho menos se ha presentado un informe globalizado de las erogaciones de estos egresos, que contuvieran monto, fecha, concepto, factura y evidencias del gasto realizado. Quizás, lo necesario para que todo funcione sea que se responsabilice a la Secretaría de Educación en el Estado directamente de rendir cuentas plantel por plantel y no al revés, porque la atomización de la obligación de la transparencia, bajo el cobijo de la autogestión escolar solamente ha permitido que en ciertos planteles cundan la monetización y el lucro descarado.
- La Nueva Escuela Mexicana: incertidumbre ante el próximo ciclo escolar.
Otro factor que seguirá dando de qué hablar, brindando novedades y controversia durante el periodo vacacional es la implementación del modelo educativo, la denominada Nueva Escuela Mexicana, que sigue generando polémica por sus contenidos, que se han filtrado o deslizado parcialmente. También, suscita polarización por el proceso de construcción de los contenidos, donde faltaron consultas participativas a amplios sectores poblacionales, lo cual incidió en que cundieran inconformidades respecto a los libros de texto gratuitos, principalmente. Así también, por la impresión y distribución de los libros de texto gratuitos, donde plenamente se manifestó el interés de parte de particulares en torno a los recursos que se destinan para tales efectos.
Paralelamente, los docentes y directivos han manifestado incertidumbre y cierta inconformidad por la falta de formación continua que les permita dominar el nuevo modelo educativo e implementarlo a cabalidad, maximizando los beneficios para los estudiantes. Incongruentemente con la pretensión reformista e implementadora, para el ejercicio fiscal 2023, la Secretaría de Educación Pública apenas cuenta con 85 pesos por cada docente para fondear el proceso de formación continua. En los hechos, miles y miles de maestros ni siquiera han visto un centavo aplicado a su favor para los efectos mencionados. Los Consejos Técnicos Escolares se trocaron en espacios para presentar a manera de taller y por equipos lo que cada docente entendió y asimiló por cuenta propia, arrinconándolos a un autodidactismo disociado de la discursada “revalorización docente”.
Intrínsecamente, la forma de llevar el proceso de implementación del nuevo modelo educativo por parte de la autoridad ha propiciado que se generen constantes filtraciones, que generarán mayores reacciones en cuanto los paquetes completos de libros de texto, planes y programas de estudio estén en manos de los padres de familia y docentes.
Al respecto, lo verdaderamente importante es que la actualización de los planes y programas de estudio beneficien la formación integral de las niñas, niños y jóvenes, así como que el proceso reformista no se pause, sino que se genere un sistema de consulta y mejora continua para que se rompa la costumbre de pausar la llegada de nuevos conocimientos, herramientas didácticas y debates de actualidad a las aulas, abriéndose la ventana de oportunidad sexenalmente, bajo los designios y voluntad de las fuerzas políticas que gobiernen en esos momentos. Esa viciosa costumbre debe romperse.
- Educarnos es tarea de todos, también en vacaciones.
Finalmente, no todo lo que sucede en vacaciones en materia educativa está en manos de las autoridades. El tiempo libre es uno de los activos más valiosos con los que contamos los seres humanos. En vacaciones hay mucho por hacer por desarrollar a nuestros hijos y a nosotros mismos. La pandemia nos dejó como legado la importancia de aprovechar el tiempo para la convivencia, la recreación y el aprendizaje.
Quizás, en vacaciones no podemos sustituir al sistema escolarizado, pero definitivamente hemos aprendido y tenemos mejores herramientas para aprovechar el tiempo a distancia … siempre y cuando contemos con conectividad, dispositivos electrónicos, electricidad y un ambiente propicio para el aprendizaje, la lectura y la recreación.
Un factor que pesa grandemente durante los periodos de asueto es el desaprendizaje, que demostradamente ocurre cuando los estudiantes se encuentran en entornos que no les permiten continuar aprendiendo o aplicando los conocimientos ya adquiridos. La contracultura es un adversario por vencer. Para tales efectos, los gobiernos locales suelen efectuar programas educativos de verano, donde se ofrecen actividades deportivas, turísticas, recreativas y culturales para niñas, niños y jóvenes.
Asimismo, se encuentran disponibles museos, centros arqueológicos, galerías y monumentos históricos para ser visitados. Morelia es una Ciudad Patrimonio de la Humanidad por mérito propio, contando con más de un millar de monumentos históricos en el centro. Asimismo, la gran mayoría de las ciudades y localidades de Michoacán de Ocampo poseen una inmensa riqueza cultural que las hace apropiadas para recorrerlas y aprender de lo nuestro.
Leer es una posibilidad también, ya que hay bibliotecas públicas esperando por nosotros. También se puede hacer voluntariado en la comunidad. Además de las organizaciones de la sociedad civil y grupos ya debidamente conformados, puede conformarse una micro escuela, un club de tareas y de repaso para prepararse rumbo al próximo ciclo escolar.
Paralelamente, quienes tienen condiciones para tales efectos, podrían aprender a tocar un instrumento musical, a jugar ajedrez, estudiar un idioma, un lenguaje de programación, a desarrollar habilidades tecnológicas, a manipular algún dispositivo electrónico, realizar manualidades, tomar clases de cocina, a realizar algún campamento de verano o matricularse en un curso de verano privado.
Opciones hay muchas, lo importante es aprovechar el tiempo y no permitir que se vaya sin haber aprendido algo nuevo, asimilando e integrando lo cursado durante el ciclo escolar recién concluido.
Conclusión.
En suma, la educación no para en vacaciones: aprovechemos el tiempo y pidamos a las autoridades que hagan lo propio. En agosto puede que ya sea demasiado tarde.
Sus comentarios son bienvenidos en [email protected] y en Twitter en @Erik_Aviles
*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.