La decisión saldrá de Palacio Nacional
Es un buen momento para realizar un balance de las actividades que se han llevado a cabo a lo largo de estas semanas en que, los recorridos territoriales, se han convertido en el mecanismo que permite afianzarse con la población civil que incidirá, sin embargo, la determinación saldrá de Palacio Nacional. Y no solamente es la sede donde se tomará la decisión final, sino también se elegirán a los líderes y coordinadores de ambas cámaras legislativas y, en una de esas, hasta el abanderado de Morena para la Ciudad de México.
O sea, está en juego el futuro de muchos espacios importantes que, a final de cuentas, son fundamentales para consolidar un esquema de políticas públicas del país. Por esa razón, el activismo territorial crece; estamos prácticamente a la mitad del proceso de información y, con esa premisa, se intensifica el posicionamiento ante la población civil. De hecho, muchos han apostado, pese al exhorto que mandó el presidente, al bosquejo de publicidad a través de espectaculares en las zonas metropolitanas, municipios, carreteras y todo aquel espacio concurrido que sirva para favorecer la presencia mediática.
El único que no se ha saltado las trancas, de acuerdo con los lineamientos que fijó el presidente Obrador a través del Consejo Político Nacional, es Ricardo Monreal Ávila. Él, durante todas esas semanas, acata la responsabilidad de informar, así como de ir encauzando la unidad de la expresión. Sabe que, en este proceso electoral previo, se necesita oficio para actuar, y asume el compromiso que se pactó. De hecho, le recordó a Marcelo Ebrard que, el debate interno, fue un acuerdo preliminar de no llevarlo a cabo para no dividir las posturas.
Y Ricardo Monreal, apegado a los acuerdos signados en un cónclave interno de Morena, está cumpliendo al pie de la letra lo establecido. De hecho, de los cuatro aspirantes del partido guinda, el único que ha optado por seguir la línea presidencial es el zacatecano que, a lo largo de su carrera política, se ha definido como un hombre de consensos. En ese sentido, el mandatario federal, como mediador del proceso interno, puede calificar ese hecho y determinar quien sí cumple o no. O sea, una prueba de fuego de quien se sujeta más a las reglas internas sin salirse del guión.
Alfonso Guerra, político español, acuñó una frase que se arraigó en las arengas de estos ambientes y que, a la postre, ofrece una connotación que es perfectamente entendible.
“El que se mueve no sale en la foto”. Es decir, una perspectiva que hace alusión no a un sometimiento, sino a la confianza de quien puede tomar esa responsabilidad social de conducir los hilos del país. En todo caso, el gran mediador, o el árbitro de la contienda, es el presidente de la República que, no hay duda de ello, tomará la decisión final, después de que los aspirantes hayan realizado la tarea de coordinar a la población civil y, de paso, aglutinar la unidad que es, hoy por hoy, clave para ganar la elección.
Una vez que el presidente evalúe y realice una reflexión de quién tomará su lugar, Ricardo Monreal puede recibir la línea de Palacio Nacional, especialmente porque ha mantenido con responsabilidad y firmeza la promesa de cumplir los acuerdos establecidos. No ha hecho publicidad con espectaculares; sus recorridos son austeros y, lo más importante, es un factor clave de unidad, y es ahí donde la toma de decisiones puede inclinar la balanza a la causa del zacatecano que es, desde hace 45 años, un político completo y profesional ligado más al oficio de manufacturar acuerdos de muy alto nivel, como un estratega que es.