La Cuauhtémoc, un bastión monrealista
Desde este espacio de opinión mandamos toda nuestra solidaridad a la familia Monreal por lo que aconteció en Zacatecas. Son tiempos difíciles, así los calificó Ricardo Monreal desde sus redes sociales. No podemos dejar de lado un tema tan fundamental, especialmente cuando todos los esfuerzos de colaboración se están poniendo en marcha. Esperamos que la pacificación del país —con la ayuda de la federación— rápidamente rinda frutos positivos ante los daños colaterales que aún se perciben porque, en administraciones pasadas, se dejaron de implementar estrategias y mecanismos que alimentaran el clima de paz.
La adversidad se superará. Ricardo Monreal es un hombre de convicciones fuertes. No sabe rendirse ante cualquier clima. Esta semana que pasó, sin lugar a dudas, fueron días complejos; no podemos soslayar ese hecho. Aunque, de igual forma, los aspectos sociopolíticos, como un elemento inherente al apellido Monreal, dieron un paso relevante en el mapa electoral. Saúl Monreal, hermano menor de Ricardo, ganó la encuesta interna y, con ello, podemos hablar de que será Senador de la República después del dos de junio. De igual forma, Catalina Monreal, hija del coordinador de la fracción de Morena en la Cámara Alta, ratificó su paso en las encuestas y, de manera clara, es elegida como la abanderada del lopezobradorismo en un punto coyuntural clave para el monrealismo.
Un grueso fuerte del electorado de la Ciudad de México se concentra en la alcaldía Cuauhtémoc. Además de ello, podemos decir, con todas las características sociopolíticas y de infraestructura, que ese punto es el Corazón de la CDMX. Un epicentro como ese, sin lugar a dudas, es un lugar estratégico y clave que, ante las circunstancias que pasaron en 2021, se tiene que ganar. Morena, en ese sentido, ha tomado la mejor determinación de poner en la cancha a Catalina Monreal. Es, además de una activista y académica, una mujer que ha demostrado cualidades para incursionar en estos ambientes. Así lo ha demostrado en los últimos años; fue coordinadora en la aspiración presidencial de Ricardo. Eso le permitió posicionarse y afianzarse como un liderazgo, especialmente en la Cuauhtémoc.
En pocas palabras, Caty Monreal está en pleno apogeo, especialmente en ese punto tan trascendental para la CDMX, como es la alcaldía Cuauhtémoc. De hecho, Catalina se coloca, de acuerdo con las encuestas que han divulgado algunos estudios, como la gran favorita para ganar. Eso significa que el monrealismo, como proyecto político, es muy competitivo para recuperar uno de los bastiones más importantes por todo lo que envuelve este punto. Luego de oficializarse la designación, los niveles del partido guinda crecerán para lograr acaparar más simpatías de la población civil.
Por otro lado, tendrá el apoyo incondicional de Ricardo Monreal y de toda una estructura que, a lo largo de muchos años, ha seguido conservando el zacatecano. Eso lo aprovechará al máximo Catalina Monreal. Desde ese punto de vista, a su vez, la campaña tendrá toda la capacidad de organización y logística que, a lo largo de estos meses, ha nutrido manifestaciones sociales como Rosa Mexicano, camino monrealista y juventudes monrealistas. Teniendo en cuenta todo eso y el detrimento que vive el Frente Amplio por México, Morena ganará en el Corazón de la Patria o, mejor dicho, en el epicentro principal del monrealismo.
Podemos concluir que, la llegada de Catalina Monreal, desde luego, hará posible que Morena reivindique su poder político en la capital del país. Fue fundamental, queda claro, dar el primer paso en elegir a Caty, como la carta que mayor impacto ha provocado entre los distintos sectores sociales. Es su momento. Ante esa perspectiva, tiene los ojos puestos— desde hace muchos meses— en recorrer cada uno de los puntos claves. O sea, tiene trabajo de base y, de paso, reúne todas las cualidades para doblegar al Frente Amplio por México. En pocas palabras, ganó Caty, ganó Morena, ganó la Cuauhtémoc.