La américa mexicana/Jorge Álvarez Banderas
El ideario de Morelos en las tierras “liberadas” se ve cristalizado hace 202 años con la instalación del “Primer Supremo Tribunal de Justicia para la América Mexicana” en el otrora Santiago-Ario, la protección de los derechos de las personas que más padecían, era sinónimo de una efectiva impartición de justicia por autoridades justas, la institución creada bajo el cobijo de la llamada Constitución de Apatzingán daba vida a su apotegma “Que todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario”; un tribunal que se extingue el siguiente 16 de enero mediante un manifiesto para disolver los Poderes del Supremo Gobierno de la insurgencia mexicana.
Casos como los de la queja de Eusebio Navarro contra el subdelegado de Apatzingán, la petición de Ignacio Villalón a José María Ponce para que medie en la causa de Jacinto Calvillo, la queja de Juan José Manuel Ruiz por un atropello cometido en sus bienes, el requerimiento de José Vicente Rivas a José María Ponce de León, la petición de José María Mora para que se le conceda un sueldo mediano para sostener a su familia, la petición de Manuel Resendes para que se ordene la reintegración de un adeudo, la petición de José Trinidad de dos potreros para siembra, la consulta que hace Ignacio Navarro a José María Ponce de León sobre la integración de juicios sumarios, la queja de Antonio Valencia contra Miguel Sánchez, la queja de María Úrsula Celiz contra las señoras Dasas, la petición de José María Angulo para que se le tome en cuenta para ocupar una plaza, la queja de Guadalupe Corona contra el bachiller Domingo Ibarra, la querella de José Nazario Ruiz contra Tomas Montero, el acuerdo del Supremo Tribunal de Justicia emitido en la causa iniciada contra Juan José Vega y remisión de constancias por parte del juzgado nacional de Santa Clara, la demanda de María Francisca Pérez contra su marido José Miguel Vargas, la petición de Miguel Vaca para que se le permita comprobar su inocencia, la queja de María Catarina Rodríguez contra su esposo Santiago Herrera, la denuncia de Rafael González contra el juez nacional y subdelegado de Apatzingán, José Díaz Cano, la queja de Francisco Guzmán contra el juez nacional Vicente Jiménez y el comandante Francisco Gil, la causa de José Ignacio Álvarez en reclamo de sus derechos como heredero, la solicitud de instrucciones del administrador principal de Apatzingán sobre la aplicación del articulo 32 constitucional, la acción promovida por Simón Orozco por adeudos de carácter mercantil, la queja de Fray Ignacio Montaño en contra de los padres Manuel González y Manuel Conejo, la solicitud de Fray Laureano Saavedra del pago de aranceles eclesiásticos, el acuerdo recaído a la solicitud de José Lezo dictado por la Junta Subalterna Gubernativa, la suplica que hace Fabián Rodríguez sobre el padre Garcilita, la solicitud de absolución que hace José Vicente Aranz[...]ta, la causa seguida al teniente coronel Rafael Castro, la misiva de José Sotero Castañeda a José María Ponce de León entonces presidente del Supremo Tribunal de Justicia, la solicitud de José María Sánchez para que le sea adjudicada una propiedad en calidad de heredero, las determinaciones sobre el pago de honorarios vencidos al Ministro José María Sánchez de Arriola, la denuncia hecha por el pueblo de San Pedro Zopoco por el despojo de sus tierras, permiten visualizar la productividad jurisdiccional durante su efímera existencia.
Un tribunal que se instala un día martes 7 de marzo de 1815, 135 días después que se sancionara el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, considerado como el antecedente del actual Poder Judicial de la Federación y de manera particular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; hoy, 202 años después el ideal de la felicidad del pueblo planteado por el Generalísimo Morelos sigue pendiente. @lvarezbanderas