Itinerario Político/Ricardo Alemán
El espectáculo no sólo es grosero sino grotesco.
Y es que cuando los senadores peleaban por la papeleta o por el tablero electrónico para votar el regreso o el rechazo de Santiago Nieto, en realidad disputaban el título de pillos y mentirosos.
Pero vamos por partes.
Hoy todos saben que en el Senado la ley se negocia. Y es que cuando todos los partidos eligieron a Nieto como fiscal de la Fepade, imperaron los hijos bastardos de la democracia; las cuotas y los cuates.
Santiago Nieto fue hijo de las cuotas al PRD y es cuate de Morena y del PAN. Por eso, los fanáticos de las cuotas y los cuates olvidaron la indeseable ley y tiraron al basurero la votación secreta, en papeleta, para elegir a Nieto. Lo eligieron “al chilazo”, en votación abierta. Total, “¡que chingue su madre la ley!”, dijeron ayer.
Pero hoy, cuanto los tiempos ya no son propicios para “las cuotas” y “los cuates”, los senadores no sólo olvidaron que violaron la ley para votar a Nieto sino que muchos se dijeron respetuosos de la legalidad y hasta invocaron valores y principios. Y, claro, también encontraron un culpable.
“¡Pinche PRI y pinche gobierno que quieren ocultar quién sabe qué transas del traidor a la patria llamado Lozoya! ¡Por eso, por tapadera, el gobierno priísta corrió al honesto Santiago Nieto!”, bufaban.
Y también por eso vino “la cargada” de lo políticamente correcto. Y la consigna se la tragaron reputados periodistas, articulistas e intelectuales. ¡Peña corrió a Nieto, porque Nieto se negó a ser tapadera de las raterías de Peña! ¡La “bufalada” bramando!
Mientras tanto, los “padres de la patria” –los senadores--, se tiraron del “Castillo de las Vergüenzas”, cual héroes preclaros. ¡Ni madre que se votará el destino de Nieto en votación secreta! ¿Y por qué en el Senado unos quieren votación secreta y otros rechazan la votación secreta?
¿Por qué creen?
Porque en el senado se hizo el milagro de la desvergüenza.
El PRI quería votación cerrada para no exhibir de manera pública a sus aliados; senadores del PAN, Morena, PRD, PT… Y claro, porque la votación secreta garantizaba la victoria en la destitución de Nieto.
Pero sabedores de quiénes y por cuántas monedas se han vendido sus compañeros de partido y de bancada, los opositores de PAN, PRD y Morena clamaban por la votación abierta, para exhibir la traición y a los traidores.
Es decir asistimos a la moderna versión del mítico: “¡Pinche ladrón… agárrenlo!”
Al final la política se impuso y Nieto se dobló. Trampa y tramposos.
¿Le llegaron al precio? ¿Cuál fue la moneda de cambio… cuál el monto?
Al tiempo.