Itinerario político/Ricardo Aleman
¡Sí hay peores que Duarte!
Sí, a pesar de que muchos mexicanos no lo quieren ver y tampoco creer, sí existen muchos ciudadanos peores que Javier Duarte. Sí, seguramente los veremos por cientos hoy, en el condominio debajo de ésta columna, en donde todos los días aparecen --de cuerpo completo--, los “neandertales” que rinden culto a la barbarie, el salvajismo, la antidemocracia y la intolerancia.
Sí, si hay peores ciudadanos que Javier Duarte y su claque depredadora. Y los hemos visto y leído por miles o millones --en la red social de cada quien--, al momento que celebran que Duarte sea vejado, denigrado, escupido, zapeado, golpeado...
Sí, vimos a ciudadanos peores que Duarte cuando un reputado gorila de redes sociales pretendió la calidad de “héroe nacional” para el dueño de la mano que lanzó un “zape”, por la espalda, a Javier Duarte. Sí, si hay peores ciudadanos que Javier Duarte, y están por todas lados, convertidos en jauría salvaje –babeantes por su insaciable sed de venganza y odio--, que ridiculizan las imágenes de la esposa de Duarte, sus hijos, sus parientes.
Sí, son muchos los ciudadanos que han olvidado que la democracia y las instituciones se crearon precisamente para poner fin al salvajismo, a la venganza, a la justicia por mano propia, al linchamiento al odio sin freno… Sí hay ciudadanos peores que Duarte… y son miles a los que nada importa la justicia, porque exigen venganza a secas; claman quemar en la pira de la humillación, la denigración, el ojo por ojo… a un Duarte que hizo lo mismo que esos miles que lo linchan; no respetar las leyes y el contrato básico del Estado institucional.
Sí, son muchos los ciudadanos peores que Duarte, porque sin saber de lo que hablan y sin conocer lo que dicen en sus redes sociales, no sólo transgredieron la vida privada y los derechos elementales de un ciudadano como Duarte –y de toda su familia, por más criminal que sean--, sino que piden más barbarie, más espectáculo, más circo y el regreso a la incivilidad…
Sí, muchos ciudadanos que ya lincharon a Duarte, que lo crucificaron junto con su familia, junto con todo el sistema político, junto con todos los políticos… no entienden que la verdad no es que se sepa todo, sino sólo aquello que transgredió la norma; que la justicia para un servidor público no se aplica a los individuos en lo privado, sino por el cargo que ostentaban o lo que representa la transgresión a las instituciones republicanas; no entienden que el sistema de justicia se creó para romper el ciclo de la venganza y para imponer el plazo de la justicia humana.
Sí, si hay muchos ciudadanos peores que Duarte, porque sin haber robado los millones de pesos que robó Duarte, quienes lo linchan son los más activos promotores del fin de la justicia, del derrumbe de las instituciones, del regreso de la barbarie y la venganza; por el retroceso de la civilización. Todos esos ciudadanos, a través de la dictadura de las redes, pretenden imponer la sociedad del espectáculo y el culto a la barbarie. Duarte y los suyos hicieron mucho daño, deben pagar lo justo. Pero la barbarie social lanzada en su contra destruye más a la democracia y la sociedad, que muchos como Javier Duarte. Al tiempo.