Itinerario político/Ricardo Alemán
Itinerario político.
Caso BMW: Justicia ciega.
Ricardo Alemán.
El 31 de marzo, Carlos Salomón Villuendas Adame conducía un auto BMW a casi 200 kilómetros --por Paseo de la Reforma--, que impactó en un poste, lo que costó la vida a cuatro de sus acompañantes.
Gracias a los sistemas de protección del vehículo –bolsas de aire--, el conductor resultó ileso, a pesar de que el vehículo se destruyó por completo.
Según el Código Penal de la CDMX, el conductor del vehículo es presunto responsable por cuatro homicidios, tipificados en una sola conducta; “Homicidio culposo agravado”. Y es “agravado”, por la presunta ingesta de alcohol del conductor, a quien distintas fuentes acreditan consumo drogas.
Por el delito de “homicidio culposo”, el Código Penal establece –en el artículo 140--, la mitad de la pena prevista por el delito de homicidio simple, que va de 8 y 20 años de prisión. Es decir, que el conductor del BMW podría recibir una pena máxima de sólo 14 años de prisión por los cuatro homicidios.
Dicho de otro modo, que según la “peregrina” justicia mexicana, se castiga con la misma pena corporal –los mismos años de cárcel--, al que provoca la muerte de un amigo en un evento accidental --como el del “del BMW”, que al que provoca cuatro muertes.
Para la justicia mexicana valen los mismos años de prisión la muerte de un ciudadano fallecido en un “homicidio culposo agravado”, que cuatro ciudadanos fallecidos en el mismo evento.
Incluso se podría concluir que en el “homicidio culposo agravado” es más barato por docena. Se paga la misma pena por un homicidio que por cuatro, tipificados bajo esa figura penal.
Así pues, en groseros términos aritméticos, el conductor del BMW que accidentalmente chocó y provocó la muerte de cuatro acompañantes, pagará una pena corporal de 3 años seis meses por la muerte de cada uno de sus compañeros de fiesta muertos.
Todo ello sin contar las mentiras y argucias leguleyas que el presunto responsable y sus abogados desplegaron para no pagar por la imprudencia.
Por ejemplo, el conductor se negó a exámenes toxicológicos, y luego su abogado presentó un supuesto examen que exonera al conductor de la ingesta de alcohol o drogas.
En un primer momento, el presunto responsable cambió de nombre y dijo llamarse “José”. Pretendió hacer valer la influencia del padre, un ex policía y perseguido de la justicia. Luego dijo desconocer a sus acompañantes, para desligarse de la responsabilidad, hasta que fue denunciado en redes.
Más adelante, para no pagar reparación de daños, dijo que era paletero, con un salario mensual de mil pesos, al tiempo que fueron borradas de redes todas las evidencias de su vida ostentosa.
Abogados ligados a la defensa de las víctimas dicen que la mafia criminal ligada a Carlos Salomón Villuendas Adame –mafia vinculada a la venta de drogas--, mueve todo lo necesario para sacarlo “limpio” de prisión.
Justicia ciega, sorda y pendeja.
Al tiempo.