Itinerario Político/Ricardo Alemán
En el mundo y en México el hombre del momento es Donald Trump, nuevo presidente de Estados Unidos.
Y en México y el mundo muchos están “al filo de la butaca”, en espera de lo que vendrá con un locuaz en el timón de la potencia de orbe. Por eso, el mundo y México diseñan estrategias y toman las medidas pertinentes para mitigar los efectos del “huracán Trump”.
Pero en México, el efecto Trump va más allá. Destapa otro fenómeno que, si bien no es del agrado de muchos, en los hechos confirma una de las grandes lecciones de la historia.
Resulta que cuando Trump propone derribar el TLC –y cuando en México todas las voces defienden el acuerdo comercial--, en los hechos no sólo se reivindica al presidentes más satanizados en los tiempos modernos –a Carlos Salinas--, sino que se confirma uno de los grandes fracasos de la oposición política de izquierda.
Vamos por partes. El éxito del TLC, el intento de Trump por tirarlo y la defensa que hacen todos en México –incluso AMLO--, le dan la razón histórica a Carlos Salinas, artífice del Tratado. Coloca el tiempo a Salinas como visionario de la globalidad, mientras sus críticos de hace más de un cuarto de siglo quedan reducidos a charlatanes y merolicos de plaza pública.
¿Cuántos políticos, partidos, líderes y dizque salvadores de la patria crucificaron a Salinas y lo convirtieron en “perro del mal” y “Villano Favorito”? ¿Dónde están “intelectuales” y opinócratas cuyo índice flamígero pontificaba el fin de los tiempos y la traición de Salinas. Pocos aceptan su pifia.
Pero la tragedia es mayor. El éxito del TLC y la reivindicación histórica de Salinas son, al mismo tiempo, prueba del fracaso de una generación de la llamada izquierda mexicana, que se construyó a partir de satanizar al visionario Salinas. El PRD nació como oposición al neoliberalismo salinista. ¿Dónde están hoy Salinas y dónde sus adversarios del PRD y Morena?
Otro fracasado es el EZLN chiapaneco que “se colgó” del TLC para detonar su aparición y justificar su guerra al Estado. Nadie niega el valor y la justeza de los reclamos zapatistas, pero nadie puede decir que las comunidades indígenas están hoy mejor.
El EZLN se equivocó al utilizar el TLC como emblema del presunto fracaso de la apertura comercial de Salinas y como ariete del supuesto fracaso de la apertura democrática de Zedillo.
Equívoco tal que, hoy, el EZLN presentará una candidata presidencial.
El PRD, Morena y el EZLN --y sus líderes--, retrasaron un cuarto de siglo la modernización del país. Hoy siguen sin entender las lecciones de la historia
Al tiempo.