Itinerario Político/Ricardo Alemán
Uno de los mayores escándalos que fracturó la gestión presidencial de Enrique Peña fue el de la llamada “Casa Blanca”, una construcción de 7 millones de dólares, edificada en Las Lomas, en la capital del país.
El manejo maniqueo del tema --una casa propiedad de la esposa del presidente, vendida en “preventa” por un proveedor de gobierno--, se convirtió en epítome de la corrupción de Peña, imagen que utilizó López Obrador para catapultar la campaña que lo llevó al poder en julio de 2018.
Sin embargo, cuando apenas transcurren dos años de la gestión de Obrador, no paran los escándalos de corrupción en su familia y su gobierno, al extremo de que “La Casa Blanca” quedó convertida en “juego de niños”, frente a las raterías de la nueva casa presidencial.
Y es que los 140 millones de pesos que hoy costaría “La Casa Blanca”, es apenas el 35 por ciento de los casi 400 millones de pesos que de manera ilegal le pagó Pemex a Felipa López Obrador, prima del presidente.
Pero hay más; con los 80 millones de pesos que defraudó al gobierno de Veracruz, Jessica Moreno, cuñada de AMLO –esposa de Arturo López Obrador--, se habría construído más de la mitad de la “La Casa Blanca”.
Y con los 225 millones de pesos que defraudo Concepción Falcón –otra cuñada de AMLO--, del gobierno municipal de Macuspana, se habrían edificado casi dos casas blancas.
Todo ello sin contar con los millones de pesos “recaudados” por otro pillo de Palacio, Pío López, el “hermano recaudador” del presidente, a quien un video exhibe recibiendo bolsas de dinero.
Lo simpático del caso es que, a pesar de la evidencia y de la ratería –que le dio la vuelta al mundo--, ni el INE ni el Tribunal Electoral y menos la Ficalìa General se atrevieron a sancionar “al pollo López Obrador”, como motejan a Pío López.
Peor aún, en el colmo de la sumisiòn institucional, el Tribunal Electoral determinó que, al exhibir el video, antes que probar un delito electoral del hermano del presidente, se violaban los derechos humanos de Pío López.
Pero son mayores las evidencias de las pillerías de la familia Obrador. Entre proveedores del gobierno federal existe una queja recurrente de que “Andy López”, el primogènito de AMLO es quien cabildea “los moches” a los empresarios que buscan participar en el gobierno federal.
Y ay de aquel dueño de empresa que no se someta con el respectivo “moche” que exige Andy, porque es perseguido y señalado por el propio presidente, en las “mañaneras”.
Pero tampoco ahí termina la historia. Apenas el pasado 3 de diciembre, la agencia de noticias Infobae reveló sobornos de la empresa petrolera Vitol Grupo, a fucionarios mexicanos de la paraestatal Pemex, en los gobiernos de Peña Nieto y de López Obrador.
La empresa suiza Vitol Grup fue denunciada por actos de corrupción en una corte de Estados Unidos y sus funcionarios reconocieron haber sobornado a servidores públicos de los gobiernos mexicanos de Peña y Obrador.
Ni las agencias de noticias Infobae ni la revista Forbes –que difundieron la información el 3 y 4 de diciembre, respectivamente--, revelaron la identidad de los servidores públicos sobornados, y menos el diario Reforma, que ayer difundió la noticia.
Lo curioso del tema es que según la denuncia contra la empresa suiza Vitol Grup, son igual de corruptos los gobiernos de Peña Nieto y de López Obrador. Y conste que el mandatario mexicano pregona todos los días que él y sus antecesorses “no somos iguales”.
Pero tampoco ahí para la corrupción de la gestión de López. Aún están en el ánimo social las raterías de Manuel Bartlett, de la “pareja infernal” que integran Irma Eréndida Sandoval y John Ackerman; de Yeidckol Polenvski y de la ex velocista, Ana Gabriela Guevara.
Claro, sin contar que, en Pemex, el director general, el agrónomo Octavio Romero Oropeza, metió a la nómina a toda su parentela, sobre todo a Ángeles Correa Romero, sobrina, con un salario de 40 mil pesos; Patricia Oropeza, sobrina, con 43 mil pesos de salario; Pamela Oropeza, sobrina, con 95 mil pesos; Marta Lucía Oropeza, prima, con125 mil pesos de salario y Ana Luz Flota Oropeza, sobrina, con un salario de 140 mil pesos.
Sí, la terca realidad lo confirma. Frente a la corrupción de escándalo de la familia y la claque de López Obrador, la “Casa Blanca” es un juego de niños.
Al tiempo.