Itinerario Político/Ricardo Alemán
En medio de la peor crisis sanitaria de la historia –casi cien mil muertos a finales de octubre del 2020--; del mayor riesgo de inseguridad –con más de 60 mil muertes violentas--, y la mayor tragedia económica en medio siglo –la caída del PIB a menos 18 por ciento--, se avecina una calamidad política aún peor y de proporciones inéditas en el Estado mexicano.
¿Y cual es esa calamidad?
La posibilidad inminente de rompimiento del Pacto Federal, que no es otra cosa que el acuerdo que mantiene la unidad política y económica de las 32 entidades federativas del país y, sobre todo, el reparto del dinero público.
Y es que, a querer o no, al aumentar a 14 el número de gobiernos estatales que exigen a la federación un “nuevo pacto fiscal”, crece el peligro separatista que, de manera indirecta, plantean casi la mitad de los gobiernos estatales del país, frente a un presidente que, día con día, confirma sus rasgos no sólo autoritarios, sino dictatoriales.
Lo peor de todo, sin embargo, es que todas esas crisis, riesgos, tragedias y calamidades, han sido detonadas por un solo hombre, el mismo que ya es visto –por propios y extraños--, como el peor presidente mexicano de toda la historia; el fracasado López Obrador.
Y es que, nos guste o no, asistimos no sólo al fracaso del gobierno del presidente más votado, sino al fracaso de la política; que no es otra cosa que el fracaso de la razón, del diálogo, la negociación y el acuerdo.
Y, frente al fracaso total de la gestión de AMLO, medio país decidió “mandar al diablo” al presidente mexicano –convertido en el nuevo dictador Latinoamericano--, precisamente por su postura dictatorial, al manejar carretadas de dinero público, con fines clientelares y a favor de su partido.
Pero vamos por partes.
Está claro que no es novedad --para nadie--, que los gobernadores de las 32 entidades federativas históricamente han peleado su respectiva autonomía –política y fiscal--, frente al poder central.
Más aún, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) fue una exitosa promoción de Ricardo Monreal, el entonces gobernador perredista de Zacatecas, y hoy severos crítico de la autonomía que exigen los mandatarios estatales, agrupados en la Alianza Federalista de Gobernadores.
Es decir, Ricardo Monreal y su jefe, López Obrador, combaten hoy, todo aquello que ayer promovieron; la autonomía de los estados.
Por eso, además de la flagrante incongruencia del partido oficial, de su gobierno y su presidente, lo nuevo es que creció el número de mandatarios federalistas que exigen un reparto equitativo y equilibrado del dinero público.
Es decir, que apenas en las últimas horas --la tarde del miércoles 28 de octubre del 2020--, la Alianza Federalista de Gobernadores se fortaleció y se sumaron a sus filas todos los gobernadores del Partido Acción Nacional que, al mismo tiempo, son parte de la Asociación de Gobernadores del PAN (GOAN).
En pocas palabras, resulta que un total de 14 gobiernos estatales –que en conjunto representan el 49.9 por ciento del PIB nacional--, ya son parte del grupo político que reclama al gobierno de López Obrador un nuevo Pacto Federal en materia fiscal.
Y frente a la nueva calamidad obliga preguntar.
¿Qué significa un rompimiento con el gobierno central, de las entidades federativas que aportan el 50 por ciento del Producto Interno Bruto?
¿Cómo impactará tal rompimiento, por ejemplo, en la elección más grande de la historia; como impactará en cada uno de los 14 estados?
¿Qué impacto tendrá en los comicios federales, que 14 gobiernos estén en “guerra” con el gobierno federal; en la defensa de sus recursos, mientras que el gobierno central derrocha el dinero para fines electoreros?
¿Cuánto impactará en la elección, en el sentido del voto, el regionalismo de cada una de las entidades enfrentadas al gobierno centralista y dictatorial de López Obrador, sobre todo cuando el arrogante presidente tropical se niega a reconocer las exigencias de los federalistas?
Lo cierto es que no existen antecedentes de una disputa político electoral de esa magnitud, y menos en medio de la peor crisis sanitaria de la historia, de la peor calamidad de violencia y la más escalofriante crisis económica.
Como saben, los gobiernos enfrentados al presidente Obrador son los de Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Guanajuato, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Yucatán; todos panista y pertenecientes a la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional.
Pero también pertenecen a la Alianza Federalista los gobiernos priístas de Colima y Coahuila; el perredista de Michoacán, el independiente de Nuevo León y el de Movimiento Ciudadano, de Jalisco.
Y sí, luego de las crisis sanitaria, de violencia y económica, ya vivimos la cuarta tragedia; la del rompimiento del Pacto Federal.
Sí, cuatro tragedias en sólo 23 meses del gobierno de AMLO; el peor de todos los gobiernos de la historia.
Al tiempo.