Itinerario Político/Ricardo Alemán
Al despedir a Alfonso Durazo, el presidente López Obrador se dijo triste.
Más aún, Obrador elogio al ex secretario de Seguridad Pública “por su desempeño ejemplar”, a pesar de que –en los hechos--, Durazo es el peor servidor público en la historia de México.
Pero lo que resulta el mayor insulto a los ciudadanos, al gobierno de AMLO y, en especial, a los electores de Sonora, es que Durazo parece haber sido palomeado por el presidente para contender por el gobierno de Sonora.
Y lo ridículo del tema es que no asistimos al premio a la eficacia y los buenos resultados, sino que somos testigos del premio a la ineficacia, al fracaso, al engaño, la estulticia y, en particular, al premio a la complicidad del poder con las bandas criminales.
Y es que no hay duda que el mayor fracaso del gobierno de López Obrador es el de la seguridad. El mayor fracaso del gobierno de AMLO se llama Alfonso Durazo
Y, tampoco hay duda que la promesa de seguridad fue una de las más ambiciosas promesas de AMLO; la de mayor impacto y más rápida respuesta, según lo prometió el candidato de Morena durante la campaña presidencial de julio de 2018.
Sin embargo, los hechos y la terca realidad muestran –a 23 meses de iniciado el gobierno de AMLO--, que se trató de uno de los mayores engaños, de la mayor decepción y, sobre todo, el mayor fraude.
¿Por qué?
Porque hoy, el número de muertes violentas es el mayor de la historia; porque el número de feminicidios es el más grande y más escandaloso de todos los tiempos, porque singuen si freno la muerte de niños y niñas; son de terror las más de 50 masacres y porque el promedio de periodistas muertos es uno de los mayores del mundo; 26 comunicadores asesinados en 23 meses.
Todo ello sin contar con el fracaso de la Guardia Nacional y con el incremento de las disputas territoriales de las bandas criminales, con la cancelación del decomiso de droga y, en especial, el perdón a los grandes capos de la droga, como Ovidio Guzmán, entre otros.
Todo lo anterior, como seguramente recuerdan, contrasta con la promesa que en su larga campaña de 18 años --para buscar ser presidente--, formuló y prometió el candidato López Obrador.
Prometió que –como si se tratara de un mago consumado--, al día siguiente de su llegada al poder presidencial se acabaría la violencia criminal.
Prometió que no habría más feminicidios; que terminarían las masacres; que los niños no estarían más al servicio de los criminales, que la Guardia Nacional sería ciudadana y que “no habrá un periodista más asesinado”.
Como queda claro, todo lo anterior fue mentira.
Como también fue mentira que el secretario de Seguridad Pública, el señor Durazo, sería el mago capaz de hacer realidad todos los milagros prometidos por López Obrador.
Y, en efecto, a 23 meses de iniciado el gobierno de Obrador, el mayor fracaso es la seguridad y el combate a la violencia, y el funcionario más ineficaz, más mentiroso; el más estulto de todo el gabinete, se llama Alfonso Durazo; un verdadero “chapulín del poder”.
Y es que Durazo fue secretario particular del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, a quien presuntamente asesinaron bandas criminales, supuestamente ligadas a Durazo.
Como secretario particular del presidente Fox, el señor Durazo habría sido el operador de la fuga de “El Chapo” del penal de Puente Grande, cuando además se descubrió que colaboradores de Durazo mantenían vínculos con las bandas criminales.
Y sí, Durazo fue uno de los más cercanos al candidato y luego presidente, López Obrador, quien dejó libre a Ovidio Guzmán, el hijo de “El Chapo”, amigo de Durazo.
Todos esos antecedentes convierten al señor Durazo en una bomba de tiempo electoral; en el mayor peligro no sólo para México sino para los mexicanos y, en especial, para los sonorenses.
Ese fallido secretario de Estado, ese político presuntamente vinculado con el crimen organizado es lo que merecen los ciudadanos de Sonora.
¿Quién será capaz de indagar los presuntos vínculos de Durazo con las bandas criminales?
Al tiempo.