Itinerario político
¡LA FARSA DE VIAJAR
EN LÍNEA COMERCIAL!
Una de las imposturas preferidas de los populistas del mundo es el llamado “baño de pueblo”.
Es decir, que con todo el poder del que disponen, los populistas preparan groseros montajes para aparentar ante la prole que son iguales que los ciudadanos de a pie.
Farsa que, de tanto en tanto los muestra viajando en transporte público, a bordo de una bicicleta, desprovistos de guaruras y en un modesto automóvil, como fue el caso del impostor López Obrador.
Pero lo simpático del asunto es que la impostura, el montaje y la farsa que en sus primeros años de gobierno desplegó AMLO, hoy son parte central del comportamiento de la espuria Claudia Sheinbaum, quien camina sobre los mismos pasos de López.
En otras palabras, resulta que, también cuando viaja en avión, “la señora presidenta” sigue, a pie juntillas, la impostura, los montajes y farsas populistas de su mentor y verdadero titiritero.
Y el mejor ejemplo lo vimos el pasado fin de semana cuando --como probada populista--, la espuria Claudia Sheinbaum decidió viajar a Brasil, a la Cumbre del G-20, en línea aérea comercial.
En efecto, “la señora presidenta” sigue los pasos, las mentiras y la farsa que impuso López Obrador en los primeros meses de su gobierno, cuando viajaba por todo el país en línea aérea comercial.
Pero claro, lo que no ven los ciudadanos de a pie –porque ese es parte del engaño--, es que se trata de todo un montaje en el que se siembran supuestos aplaudidores al paso de la presidenta en el aeropuerto, además de que el propio gobierno compra todos los lugares aledaños al asiento de la presidenta, en el vuelo comercial del que se trate.
¿Y para qué se compran todos los lugares aledaños al asiento en el que viaja la presidenta?
Por razones de seguridad; porque el protocolo presidencial establece que ningún desconocido se puede acercar al presidente o –en este caso--, a la presidenta, a menos de cinco metros de distancia.
Pero la farsa presidencial del viaje de la espuria Claudia en línea aérea comercial resulta aún más ridícula, cuando llegó al aeropuerto en medio de un exagerado despliegue de seguridad, con decenas de camionetas blindadas repletas de “guaruras” y cuando –igual que ocurrió con Obrador--, todos quienes se acercan a saludarla o a pedirle una fotografía son paleros a sueldo.
Es decir, todo un montaje de circo para hacer creer a los ingenuos que “la señora presidenta” está cercana al pueblo
Y por eso las preguntas de rigor.
¿Para qué el tamaño de la farsa, la impostura y el engaño?
¿De verdad “la señora presidenta” cree que engaña a alguien en México o en el extranjero?
¿De verdad cree que engaña a los líderes del G-20 con esa mentirosa humildad, que no es más que populismo puro y duro?
¿De verdad cree que engaña a la prensa mexicana y/o a la prensa extranjera?
Lo cierto es que, igual que ocurrió con AMLO, no va a pasar mucho tiempo para que la espuria presidenta abandone la farsa, el engaño y la impostura de viajar en línea aérea comercial.
¿Y por qué no pasará mucho tiempo para olvidar los viajes comerciales?
Porque muy pronto nadie va a creer ese y otros engaños propios del populismo presidencial trasnochado, además de que, al paso del tiempo, la realidad pondrá a cada quien en su lugar.
Y es que más allá de la farsa del viaje presidencial en vuelo comercial, lo cierto es que “la señora presidenta” pretende engañar al G-20 con la propuesta llamada “sembrando vida”, que no sólo fue un escandaloso fracaso en el gobierno de López, sino que se trató de un grosero programa electorero destinado a la compra de conciencias, además de que la espuria Claudia tampoco cree en tal programa. ¿Y por qué no cree?
Porque si creyera le habría asignado un mayor presupuesto federal al medio ambiente, en 2025.
Pero, además, en el G-20, Claudia propuso destinar a los pobres buena parte del presupuesto bélico del mundo cuando, en los hechos, Claudia da más presupuesto a la militarización y mutila los recursos para los mexicanos en rubros fundamentales como salud, educación, empleo, medio ambiente, ciencia y tecnología, protección ciudadana y pobreza.
Pero es más ridículo el programa “sembrando vida” cuando, en los hechos, los gobiernos de AMLO y Claudia, a diario “sembraron muerte” –210 mil muertes--, y cínicamente regalan dinero a la dictadura cubana, a costa del bienestar de millones de mexicanos pobres.
En pocas palabras, la visita de Sheinbaum al G-20 es toda una farsa, desde el vuelo en línea comercial y sobre todo en sus propuestas al mundo.
¡Y luego se quejan de que México es el hazmerreír del mundo!
Al tiempo.